31 DE octubre DE 2024
La UE es el mayor productor mundial de aceite de oliva y representa alrededor del 65 % de la producción mundial. Sin embargo, debido a las condiciones climáticas desfavorables, las cosechas recientes han sido malas.
En 2022/23, la producción de aceite de oliva de la UE cayó alrededor de un 40% en comparación con años anteriores, y en 2023/24 un 25%, en comparación con la media quinquenal. Esta tendencia se refleja a nivel mundial, con la producción de aceite de oliva en declive en muchas regiones. Como resultado, los precios del aceite de oliva se han disparado en todo el mundo, con aumentos que van desde el 100% hasta el 175% para el aceite de oliva virgen extra, dependiendo del mercado.
En este contexto, los consumidores pueden sentirse atraídos por alternativas más baratas, mientras que los comerciantes pueden verse tentados a ofrecer opciones de menor costo, lo que aumenta el riesgo de fraude en un mercado conocido por su calidad y tradiciones centenarias. Por desgracia, el fraude en el sector del aceite de oliva no es una amenaza nueva.
El aceite de oliva es un producto de alto valor y persiste la tentación de actores sin escrúpulos de maximizar los beneficios a expensas de los consumidores y la calidad del producto. Cuando los consumidores no están familiarizados con las diferencias entre los distintos tipos de aceite de oliva, las prácticas fraudulentas se vuelven más frecuentes.
Por eso es crucial endurecer las respuestas administrativas y las sanciones penales para los estafadores, al tiempo que se invierte en la educación de los consumidores. Una vez que los consumidores conozcan las distinciones entre los aceites de oliva virgen extra, virgen, lampante, orujo y refinado, así como los procesos y sabores involucrados, la tasa de fraude disminuirá. Los consumidores educados podrán tomar decisiones informadas y evitar los productos de menor calidad.
Una práctica habitual en el sector del aceite de oliva es la mezcla de diferentes aceites vegetales. A este respecto, debo plantear una cuestión importante con respecto a las actuales normas de comercialización de la UE que el Copa-Cogeca ha pedido durante mucho tiempo que se reforme: la capacidad de prohibir la venta de mezclas de aceite de oliva en países donde no está permitida su producción.
En la actualidad, las normas de la UE permiten la mezcla legítima de aceites de oliva con otros aceites vegetales, y los Estados miembros pueden optar por prohibir dichas mezclas en sus territorios. Esta política está diseñada para proteger y promover la calidad del aceite de oliva puro y reducir el riesgo de engañar a los consumidores.
Sin embargo, existe una laguna: si el aceite de oliva de un Estado miembro que prohíbe la mezcla se exporta a otro país de la UE donde se permite la mezcla, el aceite mezclado puede volver a importarse y venderse en el estado original.
Aunque esto es técnicamente legal, socava la intención de la prohibición original, ya que permite que la mezcla "salga por la puerta principal y regrese por la trasera". Los consumidores merecen saber que cuando compran aceite de oliva, están obteniendo aceite de oliva puro, no una mezcla con productos de menor calidad.
Además de abordar el tema de las mezclas, debemos centrarnos en cómo se presenta el aceite de oliva a los consumidores. Algunos Estados miembros han aplicado normativas más estrictas que exigen botellas no recargables de aceite de oliva en restaurantes y establecimientos de catering.
Estas botellas aseguran que lo que se sirve es aceite de oliva genuino y no un sustituto de menor calidad. La armonización de dichas normas en toda la UE no solo promovería la cohesión del mercado interior y facilitaría el comercio, sino que también garantizaría la seguridad, la calidad y la protección de los consumidores de los productos.
Mejorar la trazabilidad
Insto al sector del aceite de oliva, a las organizaciones de consumidores y a las instituciones de la UE a que colaboren para mejorar la trazabilidad y la protección de los consumidores, centrándose en las mezclas y los envases. Necesitamos salvaguardias más estrictas para garantizar que el aceite de oliva siga siendo un producto de primera calidad en el que los consumidores puedan confiar.
Además, no podemos ignorar la competencia de los países vecinos de la cuenca mediterránea, como el norte de África y Oriente Medio. A pesar de que estas regiones se enfrentan a retos climáticos similares, sus costes de producción son mucho más bajos que los de Europa. Países como Túnez, por ejemplo, han estado exportando más de 56.000 toneladas de aceite de oliva a la UE anualmente, libres de impuestos, desde 1998.
Si bien estas importaciones pueden ayudar a bajar los precios en tiempos de escasez, deben considerarse como una solución temporal. Orientar a los consumidores europeos hacia el aceite de oliva de fuera de la UE supone una amenaza para las normas de producción de alta calidad de la UE. En los últimos años, debido a la reducción de la producción de la UE, las importaciones de terceros países como Chile y Argentina han aumentado.
Si bien los productores europeos están comprometidos con la defensa de los derechos laborales, las normas medioambientales y la sostenibilidad económica, estas mismas garantías no siempre se aplican a las importaciones procedentes de países no pertenecientes a la UE. Es esencial que reflejemos estos valores en los acuerdos comerciales internacionales y que demos prioridad a la producción europea.
El aceite de oliva es uno de los pilares de la Dieta Mediterránea, considerada un modelo dietético completo y equilibrado con beneficios comprobados para la salud y considerada patrimonio inmaterial de la humanidad por la UNESCO. El aceite de oliva es un producto de alta calidad nutricional ya que está compuesto por ácidos grasos monoinsaturados, vitamina E y β-carotenos, lo que le confiere propiedades cardioprotectoras.
Sigo confiando en que el nuevo mandato legislativo de la UE dará prioridad a la protección del aceite de oliva y es imperativo que tomemos medidas rápidas para preservar la integridad y la calidad de este producto icónico, garantizando su futuro en un mercado mundial cada vez más competitivo.
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