Carmen Benítez. Periodista
El arroz es el cereal que lleva acompañándonos prácticamente toda la vida, desde pequeños nos han enseñado a comer arroz en primeros platos como paellas o ‘a la cubana', también en postres, o incluso cuando hemos estado enfermos.
Algunos historiadores afirman que este cereal es nativo del Sureste asiático y se cultiva desde hace más de 7.000 años. Durante la Edad Media era un producto muy caro, se consideraba todo un lujo poder comprarlo, sin embargo, en la actualidad es muy consumido por sus beneficiosas propiedades nutricionales y por su bajo precio.
Su origen se sitúa en Asia, probablemente en la India, si bien fue en China donde comenzó su cultivo y domesticación. De Asia pasó a Europa oriental sobre el año 800 A. C., llegando a España con la invasión musulmana y difundiéndose desde aquí a la Europa mediterránea y más tarde al continente americano.
En la Unión Europea, según el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA) se dedican al arroz unas 475.000 hectáreas con una producción de 3,2 millones de toneladas de arroz cáscara (1,8 millones de arroz blanco). Italia es el primer productor, con un 52% de la superficie total europea, seguido de España con un 20% de la misma. En cuanto a la producción de arroz cáscara los porcentajes son del 50% y un 30%, respectivamente, debido al mayor rendimiento agronómico del arroz en España.
Consumo
Analizando datos del MAGRAMA, el arroz es uno de los productos básicos más protegidos tanto en los países en desarrollo como en los países desarrollados, por su carácter estratégico ya que es la base de la alimentación de cerca de la mitad de la población mundial, sobre todo en Asia y África.
Debido a esta importancia estratégica y a que el consumo interno de los principales países productores y exportadores, acapara la casi totalidad de su producción interna, el comercio mundial del arroz, representa un porcentaje relativamente pequeño de la producción mundial.
España es un exportador neto de arroz, fundamentalmente elaborado, resultado de la transformación de la producción nacional así como de las importaciones de arroz descascarillado procedentes de terceros países, mayoritariamente extracomunitarios.
En España, en el año 2011 se consumieron 178,8 millones de Kg, datos algo superiores que en 2010, que fueron 177,2 millones de Kg. Estas cifras se traducen en 248,6 millones de euros de facturación en 2011 y 241,2 millones de euros en 2010, lo que significa una evolución del 3,1%. El consumo per capita en 2011 es de 3,9 kilos, según datos del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.
Características Nutricionales
El arroz es una rica fuente de hidratos de carbono y por lo tanto, actúa como combustible para el cuerpo. Está formado por largas cadenas de complejos carbohidratos que tardan tiempo en descomponerse. Por lo tanto, los hidratos de carbono presentes en el arroz proporcionan un suministro constante de energía. El almidón presente en el arroz es beneficioso para los diabéticos, ya que tiene un contenido de carbohidratos muy bajo en comparación con otros alimentos ricos en almidón.
Tanto el arroz blanco como el arroz integral contienen un valor nutricional único. El primero es alto en minerales como el calcio y el hierro, también es rico en vitaminas, como la niacina, la vitamina D, la tiamina y la riboflavina. Por otro lado, el integral es una buena fuente de fibra y por lo tanto, mejora la digestión. Este producto contiene una muy baja cantidad de grasas saturadas y colesterol, por lo que es un alimento saludable para el corazón .
Variedades
Existen más de 7.000 variedades de arroz, la mayoría de las cuales son de origen tropical, pero algunas de ellas, como la variedad japónica, proceden de regiones templadas.
En la Unión Europea sólo algunas regiones reúnen condiciones favorables para su cultivo. Destacan los cultivos de arroz de la meseta del río Po, en Italia, o las regiones murcianas y valencianas en España, así como en Grecia, Turquía, Rumania y en el sur de Francia, aunque estos últimos sean menos extensos.
Actualmente, los continuos avances tecnológicos permiten aumentar las producciones en una menor extensión de terreno, obtener arroces resistentes a condiciones climáticas diferentes, cultivos resistentes a plagas, y granos del cereal de diferente forma, textura, con características culinarias singulares.
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