28 DE enero DE 2016
Redacción Qcom.es
El pasado 7 de enero, el Departamento de Salud y el Departamento de Agricultura de Estados Unidos publicaron las Guías Alimentarias para el período 2015-2020 (acceso a través de la página web: health.gov/dietaryguidelines/2015/guidelines/), un documento en el que se ofrecen las directrices generales para fomentar hábitos alimenticios saludables y se analizan los hábitos alimentarios de los norteamericanos, estableciendo recomendaciones para adoptar un patrón de alimentación más saludable. Estas guías también confirman que un patrón de alimentación saludable no debe ser una receta rígida, sino más bien un marco adaptable en el que se puede disfrutar de los alimentos que satisfagan las preferencias personales, culturales y tradiciones que encajen en el presupuesto personal.
La información contenida en las Guías Alimentarias se utiliza en la elaboración de alimentos, la nutrición, las políticas y programas de salud federales. También es la base de diversos materiales de educación nutricional federales dirigidos a los consumidores y a los especialistas, políticos y profesionales responsables de la educación nutricional y de los programas alimentarios de la administración de Estados Unidos.
Las investigaciones hechas por expertos para la realización de esta guía indican que la mitad de la población de los Estados Unidos, aproximadamente 117 millones de personas, sufre al menos una enfermedad crónica predecible. En muchos casos, estas dolencias están relacionadas con los patrones de la alimentación y con la falta de actividad física.
Las recomendaciones de las Guías Alimentarias giran en torno a cinco directrices básicas:
1.- Seguir un patrón de alimentación saludable, que debe incluir legumbres, cereales, lácteos bajos en grasa, distintos tipos de proteína, aceites, verduras y frutas, que también pueden ser consumidas en forma líquida como zumos de fruta.
2.- Cuidar la variedad y cantidad de nutrientes, así como la cantidad de alimentos que se ingieren.
3.- Limitar las calorías procedentes de los azúcares añadidos y de las grasas saturadas al 10% de las calorías diarias y reducir la ingesta de sodio. Los azucares naturales procedentes de la fruta que se encuentra en los zumos de frutas no se incluyen en el límite del 10% de calorías diarias procedentes de azúcares añadidos.
4.- Cambiar la selección de alimentos y bebidas por otros más saludables, ricos en nutrientes y que cubran los distintos grupos de alimentos.
5.- Promover los patrones de alimentación saludables de otras personas, en el hogar y en los centros escolares para que los más pequeños adopten hábitos de vida saludables.
Entre las directrices que estas Guías Alimentarias ofrecen para mejorar el patrón de alimentación, se pone como ejemplo la Dieta Mediterránea, una alternativa en la que priman las frutas y verduras y que ha demostrado su eficacia en la prevención de enfermedades crónicas y cardiovasculares.
Un mayor consumo de frutas y sus derivados
El consumo de frutas se encuentra por debajo de lo recomendado en todos los grupos de población de los Estados Unidos, excepto en el caso de los niños de 1 a 8 años, que sí alcanzan la media de consumo recomendada. Un tercio de las frutas son consumidas en forma de zumos, de los cuales los más populares son los de naranja, manzana y uva.
Para lograr un patrón de alimentación más saludable, el Departamento de Salud y Servicios Humanos recomienda elegir frutas y sus zumos en lugar de snacks, como postre o como complemento a la comida, ya que tienen un alto aporte de nutrientes y no contienen azúcares. La legislación vigente en España y en el resto de los Estados miembros de la Unión Europea prohíbe la adición de azúcares, colorantes o conservantes a los zumos de frutas envasados, de forma que sólo contienen los azúcares naturalmente presentes en la fruta de la que proceden. (Real Decreto 781/2013).
Las bebidas y los líquidos también cuentan
Aunque a menudo las bebidas no se tienen en cuenta a la hora de planificar la ingesta de alimentos, tienen una gran relevancia en los patrones de alimentación. Las Guías Alimentarias 2015-2020 incluyen los zumos de frutas dentro del grupo de bebidas que deben primar en la dieta, junto con el agua y la leche desnatada. Las citadas Guías no diferencian expresamente entre las frutas y su forma de consumo, en zumo o desecadas, ni limitan de ninguna manera las cantidades de consumo de los zumos de frutas.
Los zumos son una fuente importante de vitaminas, nutrientes, calcio y potasio y no contienen azúcares añadidos, de modo que son un alimento nutritivo y saludable, a la vez que ayudan a mantener la necesaria hidratación del cuerpo.
Expresamente se reconoce en el capítulo 2 que se mantienen los zumos de frutas en la lista positiva de los alimentos nutritivos consumidos en sustitución de las bebidas con azúcares añadidos "con objeto de reducir el consumo de los azúcares añadidos a menos del 10 por ciento de calorías por día: se dispone de muchas opciones posibles para reducir la ingesta de azúcares añadidos, entre estas estrategias se incluye la elección de bebidas sin azúcares añadidos, como el agua, en lugar de las bebidas azucaradas, reducir las porciones de bebidas azucaradas, beber estas bebidas con menor frecuencia y seleccionar las bebidas con bajo contenido de azúcares añadidos, como la leche desnatada y los zumos de frutas u hortalizas”.
Recientemente la organización española “5 al día” recomienda el consumo de frutas y hortalizas “enteras, en zumos o desecadas” y reconoce que “estar bien hidratado es importante durante todo el año. La sed es el mejor indicador para tomar agua y las frutas y hortalizas también contribuyen a la hidratación”.
Desde la Asociación Española de Fabricantes de Zumos, Asozumos, nos esforzamos por promover una dieta sana y equilibrada basada en el consumo de frutas y hortalizas en cualquiera de sus formas, para acercar los índices de consumo recomendados por la Organización Mundial de la Salud, OMS.
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