17 DE abril DE 2024
Según el estudio “Tomando el pulso a las pymes 2024”, realizado por la entidad financiera BBVA y la agencia de consultoría estratégica BTOB Livebrands, más la mitad (un 53%) de las pequeñas y medianas empresas (pymes) agrícolas están dispuestas a asumir riesgos y afrontar retos para seguir creciendo en tamaño y facturación, buscando a la vez equilibrio entre la sostenibilidad medioambiental y la económica.
La escasez de agua para regadío y el incremento de los costes, especialmente en fertilizantes y carburantes, añaden tensión a un sector, como el agrícola, que necesitará invertir en la mejora de su eficiencia para sobrevivir, es una de las conclusiones que cita este estudio, en el que analiza, de manera pormenorizada, las preocupaciones, retos y áreas de mejora de las pymes españolas en general y de las agrícolas, en particular. Estas últimas suponen el 9,6% de las pymes de nuestro país y “representan a un sector que se debate entre amenazas y oportunidades (como siempre), entre actuar o morir.”
A pesar de los datos estadísticos macroeconómicos de niveles récord de la Renta Agrarias 2023, publicados por el MAPA, en este estudio se señala que “el ejercicio 2023 fue un annus horribilis para la agricultura (sequía, merma de producción, subida de precios de los suministros e incluso una inflación histórica de los alimentos) y 2024 también se enfrenta a retos de calado, que afectarán de lleno a las empresas del sector, como lidiar con el impacto real del cambio climático, la Política Agraria Común (PAC) 2023-27, que ha llevado a movilizaciones de agricultores y ganaderos en España y en Europa, y la formación de precios en la cadena de valor.”
El estudio describe las principales preocupaciones del sector agrario que son principalmente, según su porcentaje, ahorrar en la factura de la luz (31,2%), el acceso a la financiación (24,7%) y el saber dónde invertir para crecer (22,3%).
Se recuerda que, hace una década, los costes de producción suponían entre un 40% y un 45% del valor de la producción final agraria y que, actualmente, se acercan al 60%, lo que “afecta a la viabilidad de las explotaciones y hace que agricultores y ganaderos se planteen y lleven a cabo ajustes en su actividad para reducir gastos y pérdidas.”
Entre los retos más inmediatos de las pymes agrícolas están la necesidad de hacer frente a la sequía, al incremento de los costes, a la financiación de proyectos o a las exigencias de Europa. Y, como señala, el estudio, “muchas de ellas apuestan por la diversificación, el comercio exterior y la sostenibilidad como vías estratégicas para continuar creciendo.”
De ahí, que se identifiquen en este estudio como desafíos fundamentales en la actualidad aspectos como crecer en tamaño y en facturación (53% de las pymes agrícolas consultadas); controlar la subida de costes (42,4%); desarrollar estrategias sostenibles (20,9%), y disponer de mayor independencia energética (18%).
Entre las áreas de mejora para las pymes agrícolas, que se enfrentan a una gran transformación, un 46,2% se centra en el acceso a las subvenciones; otro 31,3% en invertir en equipamiento sostenible; un 29,1% en comercio exterior, y otro 29,1% en detectar nuevas oportunidades para la empresa.
Como se refleja en el estudio, la sostenibilidad es importante para el conjunto de las pymes españolas. Un 80,8% de ellas se plantea poner pronto en marcha medidas de sostenibilidad o continuarlas en un futuro. El 59% ya ha desarrollado alguna acción en este ámbito, con el sector agrícola siendo uno de los más activos en este tipo de iniciativas.
Las razones que se argumentan para ser sostenibles son que este hecho supone una rentabilidad y ahorro de costes (39%), una mejora de la imagen y de la reputación (29%) y un aumento del grado de satisfacción de los clientes (24%).
Transformar el modelo
En una reciente entrevista, Miguel Cardoso, economista jefe para España de BBVA Research señalaba con relación a la evolución del sector agrícola en 2024 que “tendrá que enfrentarse a una transformación de modelo, para poder dar respuesta a varios de sus grandes retos, como la falta de agua, y conseguir maximizar la eficiencia de sus empresas.”
En consecuencia, aseguraba Cardoso, “va a haber una reducción del tamaño del sector, y aquellos que consigan sobrevivir serán los que sepan invertir mejor para mejorar su eficiencia.”
Por otro lado, en una breve entrevista (https://www.youtube.com/watch?v=K7KEYiSB_CI), como acompañamiento al estudio “Tomando el pulso a las pymes 2024” de BBVA y BTOB Livebrands, la entidad financiera analizaba las estrategias desarrolladas por una pyme agrícola para enfrentarse a los desafíos del sector y crecer en tamaño y facturación: la bodega Eccocivi, que se encuentra en el municipio de Sant Martí Vall (Girona) y que se ha construido integrada en el paisaje, bajo tierra y junto a una masía ancestral que da nombre a la finca. Esta pyme agrícola se dedica al cultivo, producción, elaboración y comercialización de productos derivados de la viña y el olivo.
Según comenta Guillem Parres, director y enólogo de Eccocivi, “estamos en un momento en que el sector agrícola tiene unos costes muy elevados y mucha carga burocrática. Las grandes explotaciones agrícolas puedan absorber mejor estos aumentos de costes de producción y burocráticos, pero a las pymes nos está costando mucho más.” Y, al respecto, defiende en la entrevista que “un territorio es mucho más rico teniendo cinco explotaciones agrícolas de diez trabajadores que una de cincuenta.”
Como para otras bodegas, la pandemia de Covid supuso un reto para Eccocivi que, además, solo vendía a hostelería y tuvo que poner en marcha un e-commerce para sobrevivir. El directivo asegura que, “a pesar de que la tienda online no supone un gran porcentaje del volumen total de ventas, es una nueva línea de explotación que interesa mucho a un nuevo consumidor que se está acostumbrando a comprar a través de internet.”,
Parres recuerda en esta entrevista que “en un mercado como el de Eccocivi, con tanta competencia, hace falta tener una estrategia de marca y de comunicación muy clara para distinguirse del resto y resaltar el valor añadido de las bodegas pequeñas.”
“Es muy importante atraer al cliente a nuestra explotación para mostrarle cómo trabajamos, desde el producto final hasta la importancia que le damos a la sostenibilidad, al cuidado de los bosques, a mantener vivas las zonas rurales... (porque) así creamos un vínculo mucho más fuerte con el consumidor que, además de comprarnos vino, está adquiriendo unos valores. En el momento que conseguimos esto, el precio pasa a un segundo plano y nos hacemos fuertes ante un sector muy competitivo.”
Otro de los grandes retos para Eccocivi, según este enólogo, es el cambio climático, que hace que las producciones sean menores, se incrementen los riesgos y aumenten los costes. “Para contrarrestar las sequías”, añade Guillem Parres, “intentamos tener un suelo y una simbiosis con el cultivo principal, que es el viñedo, más resiliente. Hacemos que, cuando haya lluvia, este terreno tenga una mayor capacidad de infiltración del agua para evitar las pérdidas por escorrentía.”
Parres explica también que, “en los tratamientos fitosanitarios, hay un mayor uso de agua y que es importante conocer bien el ciclo de las infecciones del viñedo para reducir los tratamientos y gastar menos.”
Debido a su política de empresa, Eccocivi no cambia tarifas a mitad de año, por lo que ha tenido que buscar otras formas de ahorrar, como son la implantación de energías renovables en aras de lograr independencia energética, la reducción del gramaje de botellas y la diversificación para generar experiencias, como catas, visitas, eventos o bodas.
Por otro lado, la bodega ha encontrado también oportunidades en la exportación, en la agricultura regenerativa y en la optimización de procesos. Parres reconoce que las ayudas a la maquinaria y a la digitalización suponen un empujón para ser más eficientes.
“El coste energético es, sin duda, uno de los más importantes e impacta en toda la cadena de materiales. La solución es intentar buscar la máxima independencia energética a través de energías renovables”, señala el directivo.
Por último, retener y apostar por el talento es otro reto que está muy presente en el sector agrícola. “Cuesta mucho encontrar mano de obra, sobre todo especializada, lo que nos lleva a tratar de optimizar los procesos, mecanizarlos y estandarizar algunos de ellos para incorporar a mano de obra con poca o menos experiencia y que les sea mucho más fácil trabajar con nosotros”, concluye Parres.
En el estudio realizado por BBVA y BTOB Livebrands participaron más de 400 pequeñas y medianas empresas de los sectores económicos más representativos del país, entre ellos el sector agrícola. El 40,5% de las compañías consultadas dio prioridad a la estabilidad; otro 45,9% al crecimiento y el 13,6% restante simplemente a la supervivencia.
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