12 DE mayo DE 2023
¿Cuáles son los trabajos que se llevan a cabo desde el Consejo Regulador de una Denominación de Origen? ¿Qué significa este producto para Castilla-La Mancha?
Dos son los principales pilares que cumple esta interprofesión, compuesta por asociaciones agrarias (productores), industriales del vino, bodegas y cooperativas. Todos “viajamos en el mismo barco” con el rumbo puesto hacia el mismo sitio: que el consumidor elija a los vinos de La Mancha con la garantía y el Origen de que lo hace escogiendo un producto de calidad.
Para ello, seguimos básicamente dos pilares, la promoción (de la cultura moderada del vino) y el control de calidad, que se consigue en estricto seguimiento por la trazabilidad del producto (auditorías, controles físico-químicos, organolépticos, etc).
¿Qué provincias abarca y cuánta superficie en hectáreas?
La Denominación de Origen La Mancha acoge, parte de las provincias de Albacete, Ciudad Real, Cuenca y Toledo, que, en esencia, son las que contemplan el concepto cultural de la propia Mancha. La misma que tan bien retrató Cervantes en su inmortal novela. En hectáreas, se traduce en unas 152.482 Ha acogidas.
En la D.O. La Mancha se han conseguido importantes logros en cuanto a la calidad de sus vinos. ¿Cuáles son las metas en este aspecto?
Seguir creciendo en calidad y sobre todo, que las bodegas vean que ese esfuerzo cualitativo y promocional, tiene su recompensa en los mercados. A nivel nacional, por ejemplo, los vinos de La Mancha deberían tener más presencia en los restaurantes. Aunque es complicado, por la gran competencia, Madrid es nuestro objetivo prioritario y nos gustaría recuperar la visibilidad en lo que fue el mercado natural para los vinos manchegos, cuando fueron los vinos de la Corte en el Siglo de Oro.
En el exterior, es momento de reorientar estrategias. Con la pandemia y después la guerra de Ucrania, este pasado 2022 las bodegas han tenido que diseñar nuevos enfoques, virando hacia nuevos mercados. Fidelizar clientes en el mercado comunitario (Alemania, Países Bajos, etc) y a la vez ser capaces de penetrar en continentes que despiertan a la demanda en el consumo mundial de vino como África, algunos países americanos, y por supuesto Asia, con gigantes como China o Japón.
¿En qué se caracteriza la vendimia de Castilla-La Mancha?
Por su variedad y extensión en el tiempo. Puede ser una cosecha corta en cantidad pero algunas variedades de uva (de ciclo más temprano de maduración) se recogen antes, en agosto, y hasta que se termina con las variedades más tradicionales (airén) o lentas en su ciclo evolutivo (cabernet Sauvignon) pueden pasar varios meses.
Con los procesos de mecanización para viñedos emparrados, más rentables en tiempo, es cierto que poco a poco se va perdiendo la estampa más tradicional de cuadrillas de vendimia manual, pero también se busca una mayor profesionalización y tecnificación. Ahora la vendimia se controla mucho más, buscando un momento optimo de maduración para que la uva llegue idónea en parámetros de calidad. También se está extiendo la vendimia nocturna que permite un posterior importante ahorro de costes energéticos en la bodega protegiendo también en temperaturas a la propia uva recogida.
Las salidas promocionales de los vinos manchegos a mercados internacionales se cuentan por éxitos. ¿Qué buscan fuera en estos vinos?
En cierto modo, la gran “revolución” que ha dado La Mancha en las últimas tres décadas responde a una restructuración varietal enfocada claramente a los mercados internacionales. Muchas bodegas vislumbraron el potencial de los mercados exteriores y sus inversiones en tecnología y capital humano (estructuras comerciales) han comenzado a dar sus frutos. Son vinos, en ocasiones enfocados según el mercado. La gran virtud de La Mancha es su oferta y variedad, y su capacidad camelónica de adaptarse a las demanadas de cada país, cada mercado y hasta cada consumidor. Por ejemplo, si en países europeos o Estados Unidos prefieren vinos de toque afrutado, nuestros tintos tempranillo (Cencibel) o los propios blancos airén tienen un potencial único. Algo que es perfectamente compatible con los vinos de paso por madera, donde La Mancha también ha sabido posicionarse.
La competencia en el mundo del vino es feroz, ¿qué estrategias deben seguir las bodegas de la Mancha para posicionarse bien en los mercados?
La competencia es dura, eso es cierto. No solo con nuestros vecinos productores como Francia o Italia, con tradicional ventaja con respecto a los propios vinos españoles, La Mancha compite también con la emergencia de países del llamado Nuevo Mundo como Chile, Australia, Nueva Zelanda, Sudáfrica. Es importante, lo primero, mantener nuestra propia identidad. El consumidor valora los vinos con una tradición y una historia propia adheridas. Ahí, La Mancha está unida de manera indisoluble, con el Quijote, nuestro mejor embajador en el exterior. Por ejemplo, en países como Japón, se venera su figura con respeto. Es un valor diferencial que debemos exhibir y por ello, recientemente hemos renovado nuestra imagen corporativa de los vinos DO La Mancha, modernizando el logotipo. A primer golpe de vista nos asocia con el Quijote.
Por último, se habla mucho de proteger nuestra cultura del vino, ¿cree qué hemos avanzado o todavía queda mucho camino por recorrer?
Se trabaja en ello cada año, más aún en el consumo interno. Hemos pasado en medio siglo de un consumo diario muy asociado a nuestra dieta mediterránea a un consumo más excepcional o festivo. Es cierto que algo ha despertado. Las catas tienen demanda y el público quiere conocer mejor al vino, pero es preciso acercárselo de manera divertida, lejos de tecnicismos, siempre mejor asociado a una historia, una tradición, una gastronomía y en un contexto siempre distendido y moderado.
También trabajamos por acercar el vino a los jóvenes (universitarios) con cursos de formación, que de alguna manera, siembren la semilla y el interés además de presentarles el sector del vino como un futuro mercado laboral: se necesitan comerciales, químicos, comunicadores, etc.
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