11 DE enero DE 2017
Ricardo Migueláñez. @rmiguelañez
Licenciada en ingeniería agrónoma por la Universidad Politécnica de Calatuña, Diana Roig es desde hace seis años la Health and Nutrition Manager de Unilever España. Su voz es respetada en todo cuanto tiene que ver con nutrición y alimentación. Con ella hemos tenido la oportunidad de charlar sobre productos saludables, tendencias de mercado o innovación, entre otros temas.
Ricardo Migueláñez.- Parece que los consumidores apuestan cada vez más por productos saludables. ¿Qué opinión tiene sobre los productos que actualmente encontramos en los lineales? ¿Se puede hablar de una categoría específica de ‘productos saludables’?
Diana Roig.- Nosotros entendemos que no hay productos buenos o malos, sino dietas buenas o malas. Por tanto, todos los productos en su debida medida pueden formar parte de nuestra alimentación. En los lineales encontramos desde fruta y verdura hasta caramelos, y los dos, aunque en diferentes cantidades, pueden formar parte de nuestra alimentación.
Ahora bien, en una misma categoría sí podemos encontrar productos más saludables, bien porque de por sí aportan más nutrientes o bien porque el fabricante ha hecho un esfuerzo de reformulación para adecuar su perfil nutricional con las necesidades de la población, y productos menos saludables. Es muy importante fijarnos en el etiquetado nutricional, que es el que mejor nos “habla” de las bondades de un producto.
R. M.- ¿Cree usted que la evolución de la alimentación y las tendencias van a hacer que en 10 años desaparezcan muchos de los productos que hoy en día existen en el mercado?
D. R.- No creo que desaparezcan muchos productos, pero algunos sí se transformarán para adaptarse a las exigencias actuales del consumidor. Hay varias tendencias, como la tendencia hacia lo auténtico, hacia lo sostenible, hacia lo rápido pero saludable a la vez, etc. que se van a imponer y a marcar las innovaciones del futuro.
R. M.- ¿Qué está haciendo Unilever al respecto? ¿Considera que la reformulación es suficiente o hay que crear nuevos productos?
D. R.- Las dos cosas son necesarias. En nuestro caso, tenemos unos perfiles nutricionales propios, hechos en base a las recomendaciones de autoridades sanitarias internacionales, que nos marcan el rumbo de las reformulaciones y las innovaciones.
Tenemos múltiples ejemplos, como por ejemplo las cremas de verduras Knorr. Estas se están reformulando para reducir la sal, pero a la vez intentamos crear nuevas cremas que sean igualmente sabrosas y tengan un contenido de verdura todavía más alto.
En el proceso de innovación tenemos una herramienta que no permite ir adelante en el proceso si el nuevo producto no cumple unos requisitos determinados en cuanto a perfil nutricional y también en cuanto al impacto para el medioambiente.
R. M.- ¿Qué opinión tiene con respecto a la tendencia que existe en muchos países, entre ellos España, por parte de determinados profesionales o autoridades de “demonizar”, prohibir o grabar con impuestos determinados alimentos?
D. R.- Como hemos dicho anteriormente, no hay alimentos buenos o malos sino dietas buenas o malas. Por ello, creemos que es bueno que los profesionales de la salud recomienden, como ya están haciendo, cómo equilibrar nuestra alimentación, y expliquen de forma muy didáctica qué productos hay que consumir en mayor cantidad y cuáles en menor cantidad o reservar para ocasiones especiales.
Por otra parte, hay también que fomentar la educación en nutrición de los niños desde el colegio, y nos consta que organizaciones en las que estamos presentes ya están haciendo pasos para que así sea.
Por último, las empresas también tenemos una gran responsabilidad, que va más allá de la reformulación de los productos, y que consiste en hacer una comunicación ética y acorde con las características reales de los productos.
Creemos que estas son las estrategias que mejor resultado pueden dar a medio y largo plazo.
R. M.- En España hay muchos productos que son atacados por distintos operadores debido a sus propiedades nutricionales. ¿Son tan malos los productos que están disponibles en los lineales?
D. R.- De nuevo, lo malo no es un producto en sí, sino el abuso que pueda hacerse de él. Desde el momento en que está en un lineal, un producto no puede ser malo. Pero sí hay que conocer en qué medida hay que consumirlo, y con muchos de los productos que vienen siendo atacados se están haciendo esfuerzos para mejorarlos: a base de reformulación, porciones más pequeñas, etc.
R. M.- Por último, el pasado año explicaron en Madrid a los consumidores cómo se elabora la margarina, haciendo referencia al origen del producto. ¿Qué quieren transmitir al consumidor con este tipo de iniciativas?
D. R.- En una tienda de Platea (Madrid) explicamos de forma sencilla cómo se elabora la margarina, de qué aceites y semillas procede, sus bondades nutricionales, etc. Fue un éxito, porque todas las personas que nos visitaron entendieron que la margarina es un producto hecho a base de aceites vegetales como el girasol, que, al igual que un chef hacía allí, podría hacerse en casa porque no es más que una emulsión; y, finalmente, que hay mitos alrededor de la margarina que no son ciertos, como que es fuente de ácidos grasos trans, cuando no es así.
Creemos en las iniciativas que informan al consumidor y que le permiten tomar decisiones más fundamentadas respecto a su alimentación.
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