4 DE febrero DE 2021
Redacción Qcom.es
La Unión Europea, a través de la Estrategia Europea de Economía Circular para los plásticos, se ha puesto como objetivo para 2030 que todos los envases de plástico distribuidos sean 100 % reciclables, de forma rentable.
En este contexto, en el ámbito agroalimentario, la directiva 2019/904 obligará a que los envases plásticos de bebidas de hasta tres litros contengan, al menos, un 25 % de material reciclado en 2025, y un 30 % a partir de 2030. Esto, se une a la presión de los consumidores que demandan, cada día más, soluciones sostenibles y reducción de uso de plásticos para envasado.
El Tereftalato de Polietileno, más conocido por PET, es un material plástico muy utilizado en envase alimentario. “El PET reciclado, o r-PET, logrado a partir de material posconsumo surge como una de las soluciones más demandadas del envasado sostenible para alimentos, por la existencia de procesos de súper-limpieza autorizados por EFSA (European Food Safety Agency) que consiguen que el PET posconsumo sea, de nuevo, un material apto para el contacto con alimentos”, ha indicado Carlos Enguix, responsable del Departamento de Tecnologías del Envase de AINIA.
Además, el r-PET es el único material plástico con procesos autorizados de reciclado posconsumo para envasado de una gran variedad de alimentos, lo que permite su uso cumpliendo las exigencias de seguridad que exige la Unión Europea, para garantizar la salud de los consumidores.
Cómo cumple el r-PET con las exigencias para el envasado de alimentos
Como todos los materiales, el PET en el proceso de reciclaje puede sufrir una disminución en sus características como consecuencia del acortamiento de las cadenas poliméricas, o la contaminación con algunas impurezas en su composición.
Según Enguix, “mediante la formulación y/o el uso de porcentajes de material reciclado, combinado con porcentajes de material virgen, se puede conseguir que el material resultante cumpla con las exigencias para el envasado de alimentos”. Exigencias entre las que cabe destacar: ser procesable mediante los procesos de transformación convencionales, gracias a ofrecer un peso molecular y una viscosidad adecuados; tener unas propiedades mecánicas óptimas para los procesos de envasado y distribución; ofrecer unas propiedades ópticas excelentes, para que sea atractivo para el consumidor, por su brillo y/o transparencia; disponer de una barrera a los gases adecuada para la conservación de los alimentoso cumplir con las exigencias legales para la aptitud para el contacto con alimentos.
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