La Federación Española de Alimentación y Bebidas (FIAB), en colaboración con la Fundación Cajamar, ha organizado en Madrid el Seminario "Las relaciones comerciales en la cadena agroalimentaria: buscando soluciones en España y la Unión Europea". En el evento han participado representantes de todos los eslabones de la cadena, así como portavoces del sector a nivel europeo y especialistas de la industria y de competencia de España, Francia e Inglaterra.
El Seminario ha comenzado con la intervención de Roxane Feller, directora de Asuntos Económicos de FoodDrink Europe, quien ha ofrecido una radiografía de la situación de la cadena agroalimentaria a nivel europeo. Feller ha destacado que la industria de alimentación y bebidas engloba a cerca de 310.000 compañías que emplean a alrededor de 4,2 millones de personas, erigiéndose como el primer sector industrial de la Unión Europea.
En su intervención, Feller ha destacado entre otros puntos la existencia de unas relaciones comerciales injustas dentro de la cadena agroalimentaria, lo que, según ha explicado, es una de las causas de la pérdida de competitividad del sector y tiene un impacto negativo sobre el crecimiento. Encontrar una solución a esta realidad, común a la mayoría de países europeos, es uno de los objetivos de la industria en todo el continente, según ha explicado Feller.
En este contexto, Feller ha afirmado que, con el objetivo de impulsar el cambio, destacados actores que intervienen en la cadena agroalimentaria constituyeron en marzo de 2011 un grupo de trabajo para analizar la situación. A partir del consenso alcanzado, el grupo elevó un documento en noviembre de 2011 al Foro de Alto Nivel para la Mejora del Funcionamiento de la Cadena Alimentaria, constituido en el seno de la Comisión Europea, que tuvo una gran acogida. En este momento el grupo trabaja en un plan para poner en práctica herramientas que mejoren las relaciones comerciales entre los distintos actores.
Las relaciones comerciales en España
El director de Promoción de la Comisión Nacional de la Competencia (CNC), Antonio Maudes, ha participado en el Seminario para exponer los resultados del Informe sobre las Relaciones entre Fabricantes y Distribuidores en el Sector Alimentario, centrado en tres aspectos: el incremento de la concentración en la distribución comercial alimentaria, la penetración de las marcas de los distribuidores, y la existencia de determinadas prácticas comerciales "desproporcionadas".
Maudes ha señalado, para contextualizar la situación, el profundo cambio estructural que ha sufrido la distribución comercial en los últimos quince años, destacando el fuerte crecimiento de los grandes supermercados. El informe de la CNC pone de manifiesto un aumento de la concentración en la distribución, que queda patente, por ejemplo, en que la cuota de las primeras cuatro empresas del sector creció 10 puntos porcentuales en apenas siete años, entre 2002 y 2009.
Igualmente, el documento recoge el crecimiento del peso de las marcas del distribuidor (MDD), que han aumentado exponencialmente en apenas 20 años, pasando de una cuota de mercado apenas superior al 5% en 1990, hasta alcanzar el 33,7% en 2009, siendo además España uno de los países en los que estos productos han alcanzado las cuotas más elevadas. Este peso de las MDD es especialmente destacado en sectores como las conservas, los congelados, la charcutería y quesos, leches y batidos, alimentación seca y derivados lácteos.
El informe constata un aumento notable del poder de negociación de los distribuidores frente a sus proveedores, lo que, según recoge, tiene una serie de riesgos a largo plazo, entre los que se encuentra la reducción de la competencia y de los incentivos y de la capacidad de invertir e innovar de los fabricantes. Según indica el documento, estos riesgos pueden tener efectos potencialmente negativos en España debido a dos factores: la existencia de determinadas barreras regulatorias de entrada y algunas prácticas comerciales generalizadas en las relaciones entre proveedores y distribuidores.
Sobre este último punto, la CNC apunta las prácticas comerciales más problemáticas, como son la no fijación por escrito de las condiciones contractuales, las modificaciones retroactivas y cambios no pactados de las condiciones comerciales, los pagos comerciales inversos, el uso de información y de imagen en beneficio de la marca del distribuidor, los intercambios de información sobre terceros y las cláusulas de cliente más favorecido.
En este contexto, el informe de la Comisión incluye cinco recomendaciones para mejorar las relaciones comerciales entre fabricantes y distribuidores en el sector alimentario, que incluirían la eliminación de las barreras regulatorias a la gran distribución minorista o facilitar la detección de determinadas prácticas comerciales, con la posibilidad de denunciar y vigilar su aplicación. La CNC señala también que es necesario formalizar por escritos las condiciones contractuales y minimizar el impacto negativo de las prácticas problemáticas entre fabricantes y distribuidores, con especial atención a la previsibilidad.
Mesa redonda: ¿Qué soluciones tenemos?
Finalmente, el Seminario ha contado con una mesa redonda en la que han participado representantes de los principales sectores que conforman la cadena agroalimentaria en España: Felipe Medina, director del Departamento de Economía Agraria de COAG, Agustín Herrero, Subdirector de Cooperativas Agroalimentarias, Ignacio Larracoechea, presidente de Promarca, Javier Millán Astray, director general de ANGED (Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución), además del director general de FIAB, Horacio González Alemán, y el director general de la Industria Alimentaria en el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Fernando José Burgaz, que actuó como moderador.
Burgaz, en nombre del Ministerio, ha apuntado que la futura Ley sobre la cadena agroalimentaria "sólo será válida si cuenta con el consenso y la participación de todos los actores, ese es el objetivo". Ha añadido que "la cadena no puede ser una historia de buenos y malos", ya que todos los actores están estrechamente conectados y se necesitan unos a otros.
Durante la mesa redonda, González Alemán destacó que existe "un desequilibrio evidente en la cadena agroalimentaria, que nadie puede negar", y señaló la necesidad de empezar a buscar soluciones. Descartó un modelo prohibicionista, pero abogó por "una legislación, un marco a favor de la competencia, a favor de la libertad y de la capacidad de elegir del consumidor".
Finalmente, subrayó la necesidad de incluir al legislador en el proceso. "El Parlamento tiene que ejercer su labor. El Ministerio o la autoridad administrativa competente haría un análisis en profundidad de cómo funciona el modelo, y un informe que eleve al Parlamento para constatar si se avanza o no", añadió el director general de FIAB.
Para González Alemán, estos serían "los grandes ejes del modelo español", tras lo que mostró su convencimiento de que de esta manera "se creará valor dentro de la cadena".
Por su parte, Felipe Medina, de COAG, esbozó la situación del sector agrario en la actualidad y coincidió en describir la cadena agroalimentaria como "muy desequilibrada, donde los agentes no tienen el mismo poder de negociación, que está muy concentrado en la distribución y muy atomizado en la producción". Medina apuntó que no existe una única solución, aunque resaltó la importancia de una ley de reequilibrio de la cadena alimentaria basada en dos pilares: la vertebración del sector productor, que debe ganar volumen y adaptarse al mercado, y la regulación de las prácticas comerciales abusivas, como las subastas ciegas, el cambio de destino de las producciones o la reducción de los precios pactados, entre otras.
Agustín Herrero, subdirector de Cooperativas Agroalimentarias, apuntó el gran poder de la gran distribución en el mercado, muy superior al de los proveedores, y especialmente en el caso de los productores, que pagan las consecuencias de una fuerte atomización. Herrero se mostró crítico debido a que ese poder de mercado ha provocado prácticas abusivas generalizadas y simultáneas. Ante esta situación, Herrero demandó "una legislación que tipifique y prohíba esas prácticas, y además que actúe de oficio, ya que ningún proveedor va a denunciar a su cliente". Además, criticó "el modelo low cost", un "modelo erróneo que compromete mucho el futuro".
Por su parte, el representante de Promarca, Ignacio Larracoechea, comparó la situación de las marcas de fabricante frente a las marcas de distribución. Durante el posterior debate, Ignacio Larracoechea indicó, por ejemplo, que mientras en Francia la capacidad de los fabricantes para colocar una innovación alcanza el 80%, en España esa cifra apenas llega al 26%, lo que sin duda frena la inversión y el desarrollo de nuevos productos.
El último en intervenir en la mesa ha sido el director general de ANGED, Javier Millán Astray, en representación de los distribuidores. Millán Astray ha subrayado que "hoy lo que el consumidor pide es precio, eso es lo que quiere encontrar en la tienda, y el distribuidor se lo da o corre un riesgo importante de quedarse fuera del mercado", por lo que ha indicado que en este contexto, "la cadena alimentaria se tensa". "La distribución juega un papel desagradable, al ser el que da la cara ante el consumidor, también es el encargado de exigir una mayor eficiencia y un mayor compromiso", ha añadido Millán Astray.
Qcom-es © 2023 | Todos los derechos reservados