24 DE noviembre DE 2020
Redacción Qcom.es
ASEDAS, Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados, ha analizado hoy el papel del supermercado en la movilidad urbana en una jornada en la que han participado Alfonso Gil, presidente de la Comisión de Transportes, Movilidad y Seguridad Vial de la FEMP (Federación Española de Municipios y Provincias) y Teniente de Alcalde y Concejal Delegado del Área de Movilidad y Sostenibilidad del Ayuntamiento de Bilbao, José María Bonmatí, director general de AECOC, e Ignacio García Magarzo, director general de ASEDAS. En la misma, también se ha analizado, con Yolanda Cerdà, directora del Observatorio de Innovación en Gran Consumo en el Institut Cerdà, el estudio Supermercados y proximidad comercial en la movilidad sostenible. Éste estudia el papel de los puntos de venta de alimentación como un vector de cambio hacia una movilidad sostenible, que reduzca el impacto de los consumidores en el medioambiente.
Movilidad con cero emisiones
En las ciudades, los supermercados están presentes en zonas urbanas con alta densidad de viviendas, las tipologías son diversas y esto condiciona la forma de acceso de los consumidores y la llegada de las mercancías a las tiendas. El Institut Cerdà en el estudio Supermercados y proximidad comercial en la movilidad sostenible pone en el foco la evolución experimentada en la última década con respecto a la movilidad de los consumidores.
En el caso del supermercado, el informe indica que el 89,7% por ciento de los clientes acudieron a las tiendas a pie o en bicicleta, 10 puntos más que una década antes (79,4%). Esta evolución se observa también en otros medios de transporte, con el uso del coche en claro descenso (lo utiliza un 7% frente al 14,9% del periodo anterior) y una valorización del transporte público (el 3,2% frente al 5,8%).
Esto significa que, de los algo más de 2.600 millones de actos de compra en el formato supermercado que se calculan anualmente, unos 2.400 millones se realizaron con emisiones cero en lo referente al desplazamiento. “La alta capilaridad de los supermercados, así como su surtido equilibrado que permite cubrir las necesidades de alimentación e higiene en un solo acto de compra, consigue que los ciudadanos acudan andando, en cada vez mayor número, a realizar sus compras. Esto significa una importante reducción de emisiones por parte del consumidor, al no tener que utilizar su vehículo privado”, dijo Ignacio García Magarzo.
La localización, la dimensión y la oferta del formato supermercado también condiciona el modo de acceso de los trabajadores (más de 260.000 solo en el caso de ASEDAS) a sus empleos. En este sentido, el 29,83% va a pie o en bicicleta a su puesto de trabajo; el 43,32% en transporte público y el 26,85% en vehículo privado, primando también la sostenibilidad en los desplazamientos.
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