12 DE noviembre DE 2021
Redacción Qcom.es
ASEDAS, Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados, ha celebrado hoy en La Palma su Junta de Organizaciones Territoriales, que agrupa a asociaciones de supermercados de toda España. Con este encuentro, se ha querido mostrar el apoyo del sector de la distribución alimentaria a los afectados por la erupción volcánica de Cumbre Vieja, al sector agrario de la isla y al sector turístico.
Las asociaciones reunidas en La Palma han vuelto a reclamar la necesidad de que el sector de la alimentación, en general, y de la distribución alimentaria, en particular, sea declarado esencial para la sociedad española. Más allá del compromiso del sector, que una vez más ha estado en primera línea para atender las necesidades básicas de la población, es muy importante para futuros retos contar con la capacidad jurídica de proteger las infraestructuras críticas, así como garantizar el transporte y la seguridad.
“El sector de la alimentación y de la distribución alimentaria fue declarado esencial por primera vez con motivo de la pandemia Covid-19. Esta consideración permitió a los empresarios actuar rápida y eficazmente, lo que debe servirnos de aprendizaje para facilitar el trabajo fundamental de hacer llegar alimentos y otros productos de primera necesidad a los ciudadanos en otras situaciones difíciles, como la que se vive hoy en La Palma”, dijo Ignacio García Magarzo, director general de ASEDAS.
Con una red comercial de 55 establecimientos de retail de gran consumo, la isla de La Palma presenta los mayores índices de densidad comercial de alimentación en el archipiélago. La Palma registra 0,66 tiendas por cada 1.000 habitantes, frente a los 0,49 supermercados por cada 1.000 habitantes de la Comunidad Autónoma de Canarias. Y es, además, superior a la media nacional, que alcanza 0,53 tiendas por cada 1.000 habitantes, según cifras de Retail Data.
De estos supermercados, tres se han visto directamente afectados por la erupción volcánica, con la desaparición bajo la lava de uno de ellos, y otros dos han tenido que cerrar sus puertas debido a los desalojamientos de población en la zona de Puerto Naos. Aun así, el compromiso de las empresas que operan en la zona afectada ha hecho que la alimentación no haya sido un problema durante la crisis volcánica.
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