21 DE junio DE 2023
Redacción Qcom.es
Cooperativas Agroalimentarias de España participó ayer en el plenario del Comité Mixto de Frutas y Hortalizas celebrado en Roma, donde, una vez más, se reclamó ante las administraciones de España, Francia, Portugal e Italia soluciones fitosanitarias para sus producciones y la aplicación inmediata del criterio de reciprocidad sobre las importaciones de terceros países, que entran en la UE con ventajas competitivas.
Durante la reunión, el sector volvió a poner en evidencia que las carencias de tratamientos fitosanitarios eficaces es un factor limitante para la actividad hortofrutícola en la UE. Se reiteró la necesidad de una estrategia coordinada y eficaz que optimice las herramientas que aún ofrece Bruselas para disponer de medios de lucha contra las plagas y enfermedades. Además, el sector pidió que no se desautoricen más materias activas o productos mientras no exista antes una alternativa eficaz y que todas las administraciones inviertan medios y presupuesto en la búsqueda de esas soluciones alternativas.
A lo largo de la reunión se repitieron las críticas del sector -y de las propias administraciones- al proyecto de Reglamento de Uso sostenible de Fitosanitarios de la Comisión actualmente en debate, que fija una reducción del 50% para 2030, por considerarlo arbitrario e irrealista y por el impacto que tendrá, especialmente sobre la continuidad de las plantaciones hortofrutícolas del Sur de Europa. Además, se solicitó que este expediente no avance, en tanto en cuanto la Comisión no presente un estudio de impacto pormenorizado, como le fue encomendado en 2022 por el Consejo. Las organizaciones de los cuatro países manifestaron su compromiso con la sostenibilidad y destacaron los avances en la racionalización del uso de fitosanitarios y en la implantación de métodos alternativos como el control biológico y la producción integrada y ecológica. Durante sus intervenciones reclamaron a la UE y a los Estados miembro que, al desplegar sus políticas, tengan en cuenta no solo la viabilidad medioambiental sino también la económica y que las decisiones se tomen basándose en datos científicos y estudios de impacto sobre cada cultivo, en términos de sanidad vegetal, de competitividad, de seguridad alimentaria, de mantenimiento de la actividad económica, el empleo y el desarrollo rural de las regiones productoras europeas.
A este respecto, Cooperativas Agro-alimentarias de España , que estuvo representada por el presidente del Consejo Sectorial de frutas y hortalizas, Juan Antonio González, volvió a denunciar que, mientras la condicionalidad medioambiental de puertas adentro de la UE está programada y cuantificada y ya plasmada en proyectos de reglamentos y en los propios planes estratégicos de la PAC, la tan manida “reciprocidad”, la posibilidad de aplicar el mismo nivel de exigencia a los países extracomunitarios es solo una declaración de intenciones. Tras dos años este principio no ha tenido ningún efecto práctico, se sigue permitiendo que productos importados provengan de países que utilizan fitosanitarios y prácticas prohibidas dentro de la Unión Europea y que compiten en nuestro mercado en superioridad de condiciones. Esas importaciones además de no adecuarse a las expectativas de los consumidores europeos están provocando la deslocalización de la actividad hortofrutícola hacia regiones del mundo que ofrecen muchas menos garantías.
Cooperativas Agro-alimentarias de España, junto con el resto del sector también pidió la intervención de las administraciones nacionales en contra del proyecto de reglamento planteado por la Comisión en 2022 que obligaría a vender a granel las frutas y hortalizas en la UE. Todas las organizaciones argumentaron que -contrariamente a lo pretendido- los envases en este sector no son superfluos, sino que cumplen una función primordial. Protección y alargamiento de la vida útil de las frutas y las hortalizas, valorización de los productos, identificación del origen e información al consumidor, trazabilidad y seguridad alimentaria, son algunas de las ventajas del envasado, que benefician al consumidor y a dos objetivos prioritarios de la UE: evitar el desperdicio alimentario y promover el consumo de frutas y hortalizas como base de la dieta saludable.
Durante la reunión, se expusieron las principales conclusiones de los siete Grupos de Contacto celebrados en 2023, centrados en las producciones de pera-manzana, uva de mesa, tomate, cítricos, ajo, fresa y melocotón-nectarina. Se repasaron las circunstancias difíciles en las que se han desarrollado las campañas hortofrutícolas analizadas, con tensiones en el mercado comunitario como consecuencia de varios factores: los elevados costes de producción (inputs, energía) y los problemas de disponibilidad de mano de obra; la merma económica por bajadas de rendimientos debidas a problemas fitosanitarios y climáticos; la presión de las importaciones desde terceros países en condiciones ventajosas (Marruecos, Egipto, Turquía, Sudáfrica, China, etc.) ; las dificultades para exportar a los mercados de la Europa del Este (como consecuencia de la guerra) o a Reino Unido (tras el Brexit); la presión sobre los precios de la distribución y la pérdida de poder adquisitivo del consumidor que está provocando una tendencia a la baja en el consumo de Frutas y hortalizas. Finalmente, los profesionales destacaron el impacto de los múltiples accidentes climatológicos destacándose las olas de calor en verano, los problemas de sequía, la sucesión de temperaturas atípicamente extremas, las inundaciones primaverales, así como varios episodios de heladas y granizos.
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