10 DE diciembre DE 2020
Redacción Qcom.es
La industria de alimentación y bebidas muestra un impacto en sus resultados como consecuencia de la crisis provocada por el COVID-19. Así, el sector refleja un retroceso en la producción y la creación de empresas, mientras que mantiene un comportamiento estable en las exportaciones. Así se deduce del estudio elaborado por la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB) y el Instituto de Estudios Económicos (IEE), con el apoyo del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, que refleja el efecto del COVID-19 sobre las principales magnitudes económicas del sector.
En términos de facturación, la industria de alimentación y bebidas ha sufrido una disminución estimada de 3.680 millones de euros desde el inicio de la pandemia el pasado mes de marzo.
La pervivencia de las restricciones para controlar la pandemia hace prever que la producción seguirá esta línea hasta final de año. FIAB estima que, para el conjunto de 2020, el valor de la producción alcanzará aproximadamente los 116.700 millones de euros, un 3,6% inferior a la cifra de 2019.
A consecuencia de este retroceso, en el mes de octubre de 2020 el tejido empresarial del sector ha contabilizado cerca de 1.800 empresas menos en comparación con el mes de febrero, una disminución del 6,8%.
“Teniendo en cuenta la presencia del sector en todo el territorio nacional, su especial contribución en las zonas con menores índices de renta por habitante y el efecto arrastre sobre el resto de actividades productivas, el retroceso en la producción supone un importante revés para la competitividad de la industria, especialmente para las empresas de alimentación y bebidas de pequeño tamaño, orientadas principalmente al mercado local y regional”, señala Mauricio García de Quevedo, director general de FIAB.
Aunque durante la crisis se ha producido un aumento del consumo en el hogar, este segmento no asume la caída experimentada en hostelería, debido al cierre de bares y restaurantes y a las limitaciones a la movilidad con la práctica paralización del turismo internacional. Mientras que en 2019 las ventas al canal HORECA alcanzaron los 20.900 millones de euros, el impacto de las medidas adoptadas por la crisis del COVID-19 arrojan unas pérdidas de entre un 50% y un 60% de las ventas de la industria para este canal con respecto a las de 2019, pasando a representar 9.200 millones de euros.
La actividad en el mercado exterior se mantiene por el efecto coyuntural del gran aumento de las exportaciones de productos del porcino a China. Sin embargo, las ventas a mercados internacionales como la Unión Europea, nuestro principal socio comercial, retroceden un 1,1%.
“La internacionalización es un pilar estratégico para el sector y para seguir creciendo, debemos resolver aquellas situaciones que están perjudicando a los productos españoles, como los aranceles en Estados Unidos y la aún incierta resolución del Brexit”, apunta el director general de FIAB.
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