6 DE noviembre DE 2020
Redacción Qcom.es
La tienda física es el espacio en el que el consumidor se siente más seguro, seguido de la hostelería y restauración, servicios de cuidado personal, los vuelos o la participación en eventos, según refleja el Deloitte Consumer Tracker, encuesta continua realizada en más de 15 países. En concreto, en el caso de la distribución con base alimentaria, el hecho de haber estado funcionado en todo momento como servicio esencial ha posibilitado una reacción rápida y eficaz en la implantación de protocolos de seguridad que, más tarde, se han reproducido en otros negocios.
“En España nos encontramos con un consumidor con uno de los mayores niveles de ansiedad de los países monitorizados, solo por detrás de India, Irlanda, Sudáfrica y Chile. Además, el 43% de los consumidores españoles declaran dificultades para abordar los próximos pagos y un 55% de ellos tienen miedo a perder sus empleos”, según ha afirmado Antonio Ibáñez, socio de Deloitte Digital durante el Encuentro DecirHaciendo virtual, organizado esta mañana por Consum, sobre ‘La respuesta del sector de la distribución ante la Covid-19’.
Ibáñez también ha destacado que, en el entorno Covid en el que nos encontramos, las tendencias de consumo cambian significativamente en menos de dos semanas, influyendo positiva o negativamente en los diferentes sectores del gran consumo. En ese sentido, “la intención de compra en las próximas cuatro semanas de alimentación sube de manera relevante un 18%, bajando a su vez la intención de consumir en restaurantes un 25% o en artículos de moda un 20%”.
Los elevados niveles de ansiedad y otros impactos psicológicos provocados por la Covid-19 también han sido destacados por Verónica Esparza, psicóloga general sanitaria y psicoterapeuta en Eutox, quien ha mencionado el término ‘coronafobia’, acuñado por la asociación benéfica del Reino Unido ‘No Panic’, “que refleja el miedo y la tensión emocional y social que experimenta el público en general en respuesta a la Covid-19 con conductas obsesivas, angustia, pánico, ansiedad, acaparamiento, paranoia y depresión, entre otras”. Y ha afirmado que “estos síntomas no se aplanan junto con la curva de contagios, sino que persisten como problemas crónicos que requieren atención continua”.
“Lo que estamos viendo es un trastorno de adaptación, que es una de las afecciones de salud mental que se diagnostican con mayor frecuencia. En realidad, es un conjunto de trastornos que siguen a un factor estresante significativo”, ha afirmado Esparza.
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