13 DE diciembre DE 2022
Redacción Qcom.es
La Confederación Española de Pesca (CEPESCA) ha expresado un sentimiento agridulce ante el resultado de las negociaciones de TAC y cuotas de pesca para 2023, que culminaron esta mañana en Bruselas con “resultados desiguales en función de las distintas pesquerías y flotas”, en palabras de Javier Garat, secretario general de Cepesca y presidente de la patronal europea Europêche.
A pesar del incremento de cuotas para especies como la merluza, el gallo, el rape, la caballa o el merlán en aguas del Cantábrico Noroeste y del Golfo de Cádiz, que supone una buena noticia para las flotas beneficiadas, el sector califica de decepcionantes para los pescadores del Mediterráneo los resultados de las negociaciones. A su entender, la “intransigencia” del comisario Sinkevicius ha provocado que la propuesta inicial de la Comisión Europea (CE) de recorte de un 7,5% de los días de pesca se haya mantenido prácticamente idéntica, con un 7%. Este porcentaje se traduce en que muchos barcos van a disponer de menos de 150 días para pescar a lo largo del año, teniendo en cuenta que el sector ya había reducido entorno al 30% su esfuerzo pesquero desde la entrada en vigor del Plan Plurianual puesto en marcha en 2020.
Según Garat, “los pescadores del Mediterráneo, que ya están al límite y han hecho grandes esfuerzos en los últimos tres años para revertir la situación de las poblaciones de peces, han visto cómo el comisario Sinkevicius se ha mostrado de nuevo insensible, no ha reconocido estos sacrificios y ha forzado un nuevo giro de tuerca que pone en peligro la viabilidad de muchas empresas de las cinco CCAA mediterráneas, sin esperar a conocer los resultados positivos de las medidas ya aplicadas”.
El sector cree, como ya hizo saber al Gobierno hace unos días, que en una pesquería multiespecífica como la del Mediterráneo es inviable alcanzar el RMS en todas las especies en 2025, tal y como contempla el Reglamento, y que este objetivo debería retrasarse a 2030, más aún si se tiene en cuenta que ni siquiera se ha evaluado seriamente el impacto de las medidas ya adoptadas en el marco del Plan Plurianual, tal y como el propio Gobierno comparte. A este respecto, y si bien el sector valora el trabajo hecho en Bruselas por el ministro Planas y su equipo durante las negociaciones, lamenta que no haya sido suficiente para salvar los intereses de la pesca española en la cuenca mediterránea frente a la “cerrazón” del comisario europeo, y que más allá de la actividad en el mar, tiene un enorme impacto social e incluso cultural en la zona.
Respecto al Mediterráneo, el acuerdo también contempla una compensación del 3,5% del número de días de pesca si se aplican medidas de mejora de la selectividad o cierres de al menos cuatro semanas consecutivas para proteger los reproductores de merluza o cierres temporales que permitan reducir un 25% la pesca de juveniles de especies demersales o un 20% la de reproductores o, finalmente, que se incremente la talla mínima de la merluza a 26 centímetros.
En cuanto a la gamba roja, se disminuyen las posibilidades de pesca en un 5% para 2023, frente al 7% propuesto. El sector abogaba por eliminar las restricciones o mantener el mismo nivel que en 2022, ya que todos los informes científicos consultados indican que el stock, salvo en zonas muy específicas, muestra mejoras considerables.
La consejera de Pesca califica de “muy perjudicial” el acuerdo de pesca Unión Europea para Andalucía
La consejera de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural, Carmen Crespo, ha afirmado que el acuerdo alcanzado entre los ministros de Pesca de la Unión Europea (UE) sobre los Totales Admisibles de Capturas (TAC) y cuotas para 2023 es “muy perjudicial para Andalucía”. Sobre al impacto concreto en el sector andaluz, ha comentado que su departamento está estudiando “los pormenores” con el fin de conocer “en qué afecta económicamente” a la flota de la Comunidad Autónoma y analizar “qué podemos hacer al respecto”.
Carmen Crespo ha explicado que el acuerdo alcanzado a nivel comunitario “no es satisfactorio” para el arrastre del Mediterráneo porque, “después de un 17,5% de reducción durante todos estos años, ahora se le aplica un 7% más” que complica la rentabilidad de 92 barcos afectados. Ha calificado la situación como el reflejo de “una negociación frustrada” que conlleva además el establecimiento, por primera vez, de una cuota a la gamba roja que supone un 5% menos de capturas. “Es una medida muy perjudicial para el sector”, ha recalcado la consejera, que considera que se está aplicando “un doble castigo a la flota mediterránea andaluza” que no tiene justificación, ya que los informes científicos apuntan a que el caladero se encuentra en buenas condiciones.
En el caso de las embarcaciones dedicadas a la captura de cigala en el Atlántico, Crespo ha comentado que la decisión de los ministros europeos supone “una triple reducción que es inasumible por parte del sector”. La consejera ha detallado que “la reducción del 36% se suma al recorte del año pasado del 30% y a todo lo que hemos sufrido este invierno” con la prohibición impuesta al arrastre para faenar en determinadas zonas de este océano, entre las que se encuentran ciertas aguas del Golfo de Cádiz.
Crespo porque considera necesario encontrar vías que permitan “compensar la situación de esos 92 barcos que van a tener muy difícil faenar”. La consejera ha hecho hincapié en que la rentabilidad de las embarcaciones se complica en gran medida, “sobre todo para las que bajan de 150 días de pesca al año, que es prácticamente inasumible”.
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