13 DE septiembre DE 2022
Redacción Qcom.es
La distribución comercial es un sector muy competitivo, que basa su modelo de negocio en el volumen y opera con unos márgenes muy estrechos. La propia dinámica competitiva del sector ha respondido a los problemas que la inflación genera en los consumidores.
Todas las cadenas de distribución llevan meses trabajando para ofrecer una cesta de la compra más económica, a través de productos de marca propia, más promociones y descuentos. Este ajuste en precios alcanza un surtido de productos y categorías amplísimo, capaz de cubrir diferentes necesidades de consumo, en especial, de los hogares más vulnerables.
La distribución contribuye a amortiguar el alza de precios
Frente a escaladas de precios de hasta 3 dígitos en la energía y las materias primas básicas, la cadena agroalimentaria está contribuyendo a amortiguar la inflación. Es especial, la distribución.
De acuerdo con los últimos datos, entre julio de 2021 y julio de 2022 el IPC de la Alimentación y Bebidas ha crecido a una tasa anual media del 6,7%, frente a una tasa anual media en el índice de precios industriales (IPRI) de Alimentación de 12,8%. En el mismo periodo, el IPC general también ha registrado una variación media del 7,5%.
Los últimos datos publicados por el Ministerio de Agricultura, sólo disponibles hasta mayo, constatan también este efecto de amortiguación. En concreto, tomando como referencia enero de 2021, los precios percibidos en origen han subido 33 puntos y en la industria alimentaria lo han hecho 22 puntos, mientras que el IPC de alimentación pagado por los consumidores ha subido 12 puntos.
Energía y materias primas acumulan encarecimientos de 3 dígitos
Conviene no olvidar que la raíz del problema de inflación no es otra que el encarecimiento desproporcionado de la energía, los combustibles y las materias primas.
Por poner unos pocos ejemplos, la electricidad en los mercados mayoristas ha escalado un 282% desde enero de 2021 hasta julio de 2022 y el gas lo ha hecho en un 395%. En este periodo, componentes tan importantes para la producción primaria o la industria alimentaria como los cereales se han encarecido por encima del 170%. Mientras que el vidrio, el cartón o el plástico para envases repuntan en el entorno del 120%.
Trasladado al IPC, los últimos datos disponibles de julio muestras cómo los componentes energéticos explican más del 40% del encarecimiento de precios. Los combustibles han acelerado su encarecimiento un 95,7%, el gas alcanza tasas del 204% y la electricidad se acerca al 50%, después del pico de marzo.
El precio efectivo de la cesta de la compra es inferior al IPC
Ante la escalada del IPC, los hogares llevan meses reajustando su presupuesto y preferencias de compra. Hay un efecto sustitutivo entre productos y marcas, una mayor atención a los precios y promociones y una variación importante de los hábitos de consumo.
La dinámica competitiva de la gran distribución y su amplio surtido de productos y ofertas contribuye precisamente a este ajuste del presupuesto de los hogares. Según los últimos datos disponibles del Panel de Consumidores del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, el crecimiento del precio medio pagado por los consumidores (valor de las compras realizadas) lleva 5 trimestre consecutivos por debajo del IPC de Alimentación.
Más de una treintena de nuevos costes regulatorios en un año
En medio de una crisis energética sin precedentes, las Administraciones Públicas están acelerando la espiral de costes en sectores como el comercio.
En el último año, nuestras empresas se han visto afectadas por una treintena de medidas que encarecen sus costes por distintas vías: más impuestos y cotizaciones, nuevas obligaciones para el ejercicio de su actividad, importantes requerimientos de inversión para adaptar su negocio a la nueva regulación y altos costes de transacción ocasionados la complejidad y fragmentación de las normas.
También se ha propuesto avanzar más rápido y con mayor carga regulatoria que la recogida en las propias directivas europeas en cuestiones como cadenas de valor, etiquetados, economía circular, plásticos, residuos o transición energética. Incluso de forma fragmentada entre comunidades autónomas.
En materia fiscal, se puede avanzar en medidas con un impacto más directo en la renta disponible de los hogares como la reducción del IVA a los alimentos o la deflactación del del IRPF.
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