24 DE febrero DE 2022
Redacción Qcom.es
ASAJA ha lamentado profundamente que las amenazas de conflicto armado entre Rusia y Ucrania se hayan hecho realidad y la diplomacia internacional no haya sido capaz de evitarlo. Aseguran que "el sector agrario español será, sin duda, uno de los damnificados. Nuestras importaciones de cereales y girasol, así como de medios de producción básicos como abonos y fertilizantes, se resentirán gravemente, lo que implicará un nuevo encarecimiento de los costes de producción para el sector"
Igualmente, la organización agraria ha recordado que "España, deficitaria en cereales, importa anualmente casi el 30% del maíz que necesita de Ucrania. En 2018 las importaciones de maíz alcanzaron los 2,8 millones de toneladas, por un valor de 460 millones de euros (España fue el segundo destino de las exportaciones ucranianas de maíz). Además, el 60% de nuestras compras en el exterior de aceite de girasol también proceden de Ucrania, así como el 17% del trigo, el 31% de las tortas de aceites vegetales y el 15,4% de leguminosas grano" y han añadido que "el destino de todas estas importaciones es, fundamentalmente, la elaboración de piensos para nuestra ganadería y una falta de suministro derivará en el encarecimiento de estas materias primas, algo que para los ganaderos españoles sería de fatales consecuencias en estos momentos que nos vemos afectados por la sequía que padece España.
En su opinión, también pueden verse afectados otros factores de producción agrícola "como abonos y fertilizantes también se pueden ver seriamente afectados por el comercio con Ucrania, y eso provocará nuevas subidas de precios. En suma, un nuevo varapalo más para las explotaciones agrícolas y ganaderas españolas que se encuentran asfixiadas por unos costes de producción nunca vistos y unos precios de venta en origen que no permiten que la actividad agraria resulte rentable para el productor".
Por su parte, el secretario de Relaciones Internacionales de UPA, José Manuel Roche, que iba a reunirse hoy en Bruselas con el vicepresidente de la Comisión, Frans Timmermans, ha señalado la gran preocupación que genera este conflicto entre los agricultores y ganaderos: “Nos tememos una subida aún mayor de los costes de producción”, ha advertido. “Esta crisis puede tener graves efectos directos e indirectos. La UE es muy dependiente energéticamente de Rusia, uno de los mayores productores de petróleo y de gas natural, lo que repercute directamente en la producción de abonos.
Los efectos de la invasión de Ucrania son todavía impredecibles, pero UPA cree que" la Comisión Europea debería haberse adelantado a esta coyuntura preparando un plan de contingencia que mitigue los daños. La clave para UPA es salvaguardar la soberanía alimentaria de Europa y recuerdan los terribles daños económicos que supuso el veto ruso a nuestras exportaciones tras el penúltimo episodio de este conflicto".
España es hoy por hoy el principal destino de las exportaciones de maíz ucraniano. Un maíz que es clave en la alimentación animal, sobre todo en los sectores porcino y avícola. “Debe articularse un plan para evitar un potencial desabastecimiento y frenar la escalada de los piensos”, aseguran desde UPA.
Desde COAG se denuncia que esta situación empeora la “tormenta perfecta” por la que está pasando ya el sector agrario español y pide a la Comisión Europea que fortalezca la capacidad de producción propia del sector primario frente a los envíos procedentes de países terceros.
Desde Cooperativas Agro-alimentarias se indica que esta guerra es un episodio más, aunque más cruento, de los problemas geopolíticos que viene padeciendo el mercado internacional agrario y alimentario desde hace ya bastante tiempo, con los impactos directos e indirectos que suelen causar sobre las producciones y sobre el abastecimiento y, en este caso, de consecuencias por el momento desconocidas.
Por todo ello, las organizaciones agrarias solicitan un Plan de Choque para el sector agrario que le permita salir a flote de la comprometida situación en la que se encuentra.
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