26 DE noviembre DE 2015
Redacción Qcom.es
Las FoodTech startups encabezan el FoodRevolution, un movimiento de transformación del sector de la alimentación con más de 1.000 millones de dólares de inversión a nivel global, en la cual cientos de pequeñas compañías en todo el mundo rediseñan la manera de cultivar los alimentos y de consumirlos, e incluso modifican los establecimientos donde los compramos. Sus principales ámbitos de ejecución son la sostenibilidad, junto con la conveniencia y la tecnología, relacionadas con la alimentación. España cuenta con interesantes iniciativas en este sector como Buyfresco, Comprea o Fruitbull.
En EE.UU, el 29% de la población hace fotos relacionadas con comida, compartiéndola en las redes sociales con el ‘hashtag’ #foodporn, que genera más de 308.456.900 impresiones diarias. En televisión triunfan los concursos de cocina, los ‘chefs’ se han convertido en estrellas y grandes referentes y el interés por la comida orgánica o ecológica y por los alimentos saludables ha aumentado de forma considerable. La comida y todo lo relacionado con ella se ha convertido en una tendencia consolidada.
Por ende, el capital riesgo está apostando por este tipo de compañías. Las empresas relacionadas con comida y bebida atrajeron $1,1 mil millones en capital riesgo en todo el mundo en la primera mitad de 2014, según Dow Jones VentureSource. En 2013, los fondos VC FoodTech invirtieron $1,6 mil millones, un aumento del 39% con respecto al $1,14 mil millones en 2012.
E-commerce como plataforma
Las plataformas de e-commerce están desplazando la necesidad de salir de casa para comprar ropa, tecnología o comida. En este campo, se abre un mundo de oportunidades para las marcas, que pueden desarrollar productos y servicios que aportan conveniencia y eficiencia al cliente a través de internet, pudiendo llegar a desintermediar al distribuidor. La experiencia de entrega se convierte en otro aspecto a cuidar para fidelizar al cliente. Ulabox, tudespensa.com o Comprea son algunos de los ejemplos que confirman que las startups están pisando fuerte en este terreno.
Existen compañías que centran su propuesta de valor en desarrollar conceptos que contribuyen a un entorno mejor a través de un mayor cuidado del medio ambiente, apoyo a productores locales, comercio justo, etc. DigInn, Tio Gazpacho o Luraki son algunas de ellas.
Asimismo, dado el coste de criar ganado y el imparable aumento previsto de la población mundial, muchas empresas buscan ya alternativas más sostenibles y menos contaminantes como la incorporación de insectos en nuestra dieta como alternativa proteica. SixFoods, Exo o Bitty en EEUU son un ejemplo de ello.
En este contexto, las marcas también están empezando a sustituir sus ingredientes animales por vegetales sin variar el sabor o la textura; contribuyendo a salvar muchas vidas de animales y alineándose con una tendencia que se hará masiva en unos años. Es la labor de empresas como Hampton Creek, Modern Meadow o ImpossibleFoods.
La importancia del growsumer
En los últimos años, ha surgido una nueva forma de consumir: el consumidor ha pasado de comprar productos industriales a demandar productos frescos y de bajo impacto ambiental que eviten el transporte y la refrigeración de alimentos. En este marco aparece el growsumer, el hortelano urbanita, que cultiva sus propias verduras en casa. Esta tendencia “km 0” fomenta el consumo local y sostenible, acortando todo lo posible la cadena de suministro. GrowinPallet, Ecohortum o Citysens ya trabajan en facilitar el cultivo en hogares.
La tecnología es el gran aliado de estas startups. En el campo, los growsumers tradicionales, los granjeros, han comenzado a buscar alternativas innovadoras en la manera de cultivar. Para ello, han comenzado a hacer uso de los drones que sobrevuelan los cultivos para filmar y detectar plagas y a plantar sensores para recabar información, subirla a la nube y analizar el Big Data para optimizar la producción. Cubenube, FruitBull o Agroguía son algunas de las startups que están facilitando este fenómeno.
La gastro-tecnología en casa
Los avances tecnológicos han supuesto que los aparatos culinarios se comuniquen a través de Smartphone para ayudar o preparar los alimentos. Natural Machines, Anova o iDevices en EEUU están trabajando en digitalizar nuestros aparatos para facilitarnos la vida.
A la hora de compartir mesa con otros, además de la innovación en aparatos que faciliten las elaboraciones, la economía colaborativa también está jugando un papel importante. Los consumidores ya no temen compartir espacios y experiencias con extraños. De hecho, muchos buscan encuentros inesperados que abran su mente y su mundo. ‘Joyning’ es el término que busca la fusión del disfrute y la unión con desconocidos. Kitchensurfing o TastingCollective son las principales precursoras de este movimiento.
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