26 DE noviembre DE 2024
Ricardo Migueláñez. @Rmiguelanez
El estratégico sector agroalimentario y pesquero español tiene numerosos problemas y desafíos a los que se tendrá que enfrentar, unos de forma mucho más acuciante y un plazo inmediato y otros más a medio y largo plazo.
Hay que conseguir que el sistema alimentario sea cada día más fuerte y esté más organizado para trabajar con las Administraciones Públicas que toque el tema que sea menester y lo hagan de forma que consigamos resultados distintos, porque, como dicen en mi pueblo mis amigos, “siempre pagamos los mismos”.
Uno de los más persistentes en el tiempo y en todos los subsectores es el de la falta de mano de obra en general. A pesar de los esfuerzos que se vienen haciendo y que habrá que continuar haciendo, faltan, por un lado, jóvenes empresarios en el campo y en el mar para garantizar un mínimo de relevo generacional en la agricultura, la ganadería y la pesca, pero, por otro, falta mano de obra para llevar a cabo las distintas campañas de temporada, y casi ya también las labores propias del día a día.
Al respecto, la reciente aprobación por Consejo de ministros del reglamento de la Ley Orgánica 4/2000, 11 de enero del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones sobre derechos y libertades de los extranjeros en España y su integración social es un paso adelante muy importante para resolver este problema en el caso del personal laboral migrante, contrato en origen y que venga a España unos meses para trabajar en el sector agrario o en otras actividades económicas.
No solo hacen falta trabajadores foráneos para las campañas de temporada, sino también para que se queden en nuestro país, facilitándoles todo lo posible su arraigo social y económico.
Un periódico titulaba que “España ha dado la “golden visa” de residencia en la última década a 250.000 inversores y ejecutivos extranjeros” por compras de más de 500.000 euros en inmuebles. Se necesitaría también otra especie de “golden visa” para las personas extranjeras (y a sus familias) que quisieran venir a trabajar honradamente a nuestro país en los sectores con déficit de mano de obra, como es el sector agrario, facilitándoles en todo lo posible su arraigo social y económico en el medio rural
El relevo generacional es también un grave problema en Europa y será también una de las prioridades que deberá abordar con urgencia el nuevo equipo de la Comisión Europea en la nueva Estrategia sobre la Agricultura, como ya afirmó el que será nuevo comisario del ramo, Christophe Hansen.
Fiscalidad
En materia de fiscalidad también hay mucho trabajo por hacer. Relacionado con la despoblación del medio, son numerosas las voces que vienen pidiendo una fiscalidad específica que atraiga habitantes al medio rural. Aunque se han dado algunos pasos tímidos en este sentido por parte de algunas CC.AA., hace falta una política nacional más incisiva para este cometido.
La reforma fiscal en ciernes entre el Gobierno y las CC.AA. podría ser un buen momento para abordar la cuestión fiscal, pero no parece que vaya a ser así, dado el actual estado de polarización política en el que nos encontramos en nuestro país.
Los sectores primarios (agro y pesca), en general (ya hemos visto estos días la sorprendente protesta de los agricultores británicos en Londres -No farms-no food- por la decisión del Gobierno de aplicar de nuevo el impuesto de Sucesiones), pero sobre todo los jóvenes que deciden emprender en estas actividades necesitarían también una fiscalidad específica (que les liberaran de determinados gravámenes, por herencias, Sucesiones, IBI, gasóleo…etc.) para ayudarles no solo a incorporarse a éstas, sino principalmente a que, una vez incorporados, se pudiese mantener en la misma, evitando frustraciones y abandonos posteriores.
Medio ambiente
En materia medioambiental, preocupa enormemente al conjunto del sector agroalimentario todo lo relacionado con los envases y los residuos que generan los mismos, porque supone un coste económico añadido que luego deberán incorporar, si pueden, al precio de venta del producto final; trasladarlo a los precios de compra del eslabón precedente, o verse en la obligación de tener que asumirlos recortando sus márgenes de rentabilidad.
En este ámbito, habrá que defender los intereses del sector agroalimentario en Bruselas o Estrasburgo, porque es ahí (Comisión Europea, Consejo, PE…) donde se proyecta la política en materia de medio ambiente para toda la UE que afecta al sector agroalimentario, pero también estar al tanto de cómo se traslada o traspone la norma comunitaria a normativa nacional (Miteco, MAPA…) para su aplicación en nuestro país, ya que en muchas aspectos hemos querido ser “más papistas que el Papa” y adelantarnos en el tiempo a su aplicación
No hay que olvidar que el Pacto Verde Europeo, y sus Estrategias “De la granja a la mesa”, que incluye normativas sobre bienestar animal, reducción del uso de fitosanitarios y de fertilizantes…etc., y de “Biodiversidad” (Ley de la Naturaleza, ley de Deforestación…etc.) continúan adelante en este nuevo periodo que casi nos llevará hasta 2030, aunque quizás tras los resultados de las últimas elecciones europeas, haya modificaciones y plazos más realistas en su aplicación.
Etiquetado y publicidad de alimentos
Otro de los asuntos pendientes en la órbita comunitaria es el relacionado con el etiquetado de alimentos, tanto el frontal como el nutricional y otros. La Comisión lleva tiempo dándole vueltas a este asunto, concretamente al frontal, y desde diversas fuentes del sector agroalimentario se insiste en la necesidad perentorio de regular y armonizar un etiquetado (también el etiquetado digital) para toda la UE, que frene un poco el dislate de tantos tipos de etiquetado y que cada país tenga el suyo propio (incluso más de uno) para que impere un poco el sentido común.
Aunque el más conocido por el público (y que aplican algunas empresas agroalimentarias y aceptan o imponen algunas cadenas de distribución) es el sistema francés de Nutri-score, son muchas las voces que claman por otras alternativas más realistas y fiables, teniendo en cuenta que no hay alimento o bebida que, desde el punto de vista sanitario, sea totalmente bueno o malo siempre que se consuma con moderación y vaya ligado a otros aspectos dietéticos o de vida saludable.
Este comentario puede ser válido también para otro asunto que crea a menudo polémica, como es el de la publicidad de los distintos alimentos o bebidas, ya que la autorregulación que se impone el sector de la industria agroalimentaria, aunque necesaria, no termine de convencer a algunos ámbitos relacionados con la salud de los consumidores. Aquí podría incluirse, por ejemplo, el actual debate sobre el anteproyecto de ley de consumo de alcohol por menores de edad y todo lo relativo a la publicidad en los medios tradicionales y por internet (RRSS, plataformas digitales…etc.).
A ver si lo conseguimos, porque si no nos ponemos de acuerdo para luchar por los intereses de los productores y comercializadores de alimentos de forma conjuntan, ganarán los de siempre, los que hacen las normas desde las moquetas lejos de la producción, leyes que luego son imposibles de aplicar en el campo o que no sirven para nada.
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