3 DE julio DE 2024
Ricardo Migueláñez. @Rmiguelanez
En las últimas décadas, existe un aumento significativo en los consumidores por la adopción de dietas basadas solo en plantas, una tendencia apoyada por una preocupación por la salud, el bienestar animal y el medio ambiente o mejor dicho en los titulares que aparecen habitualmente en los medios de comunicación o RRSS, y que en muchos casos no son ni verdad, ni mentira ni medio pensionistas.
Sin embargo, este supuesto cambio hacia los alimentos de origen vegetal ha planteado nuevas preguntas sobre la ingesta adecuada de nutrientes esenciales, sobre muchos, pero hoy nos vamos a centrar en uno que ha sido señalado por un informe de la OMS, el Yodo.
Se trata de un elemento esencial para el cuerpo humano. Y es que cabe recordar el papel crucial de este mineral en la producción de hormonas tan importantes como las tiroideas, que regulan el metabolismo, el crecimiento y el desarrollo.
Así, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la ingesta diaria recomendada de yodo es de 150 microgramos para adultos, 250 microgramos para mujeres embarazadas y lactantes, y menores cantidades para los niños, ajustadas según su edad.
Por otro lado, desde que tengo memoria, productos que siempre han estado presente en nuestros frigoríficos como el pescado, la leche o los huevos han sido las fuentes dietéticas más ricas en yodo. Sin embargo, estos han sido sustituidos por productos alimenticios de origen vegetal. Un hecho que preocupa especialmente a la OMS en Europa quien ha advertido recientemente como el uso creciente de estos productos entre jóvenes y adultos aumenta el riesgo de problemas para la salud, en especial para mujeres embarazadas, que tienen mayores necesidades de este elemento químico.
Todo esto viene a recordar que, para prevenir estos problemas de déficit, es crucial mantener una dieta diversificada que todo tipo de alimentos, para que no se produzcan problemas en nuestro organismo. En este caso del Yodo, no ingerir determinados alimentos que lo aportan en la dieta puede tener graves consecuencias para la salud, afectando la función tiroidea, el desarrollo neurológico y físico, la salud reproductiva y cardiovascular.
Es esencial asegurar una ingesta adecuada de yodo a través de una dieta variada, el uso de sal yodada y, cuando sea necesario, la suplementación bajo supervisión médica. La prevención de la deficiencia de yodo es crucial para mantener una buena salud y evitar complicaciones serias a largo plazo.
Y si habláramos de otros minerales esenciales y que han de ser ingeridos a través de los alimentos, no terminaríamos, porque la lista de alimentos que se están tratando de demonizar es muy larga. Gracias en este caso a la OMS por señalar el peligro de una dieta solo vegetal.
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