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El punto de encuentro de la cadena agroalimentaria

Periódico Digital Qcom.es: El punto de encuentro de la cadena agroalimentaria

18 DE febrero DE 2025

EGOpolítica y agricultura. Sí EGO, no me he equivocado

Ricardo Miguelañez. @Rmiguelanez

El otro día asistí al XXV Congreso Anual de Productos Cárnicos de la Asociación Española de Fabricantes y Distribuidores de Gran Consumo (AECOC) y tuve la oportunidad de escuchar una ponencia muy interesante de Pol Morillas (foto), director del Barcelona Centre for International Affairs, que no me dejó indiferente. Sobre todo, el juego de palabras que utilizó y la explicación que nos dio con relación a estos dos términos: GEOpolítica y EGOpolítica, que van a marcar el devenir de los próximos años en todo el mundo. Parece lo mismo, son las mismas tres letras y si lo dices rápido pueden no diferenciarse, pero no lo es.

Morillas nos explicó que hemos pasado de la geopolítica mundial a una situación donde los EGOS mandan y podrían decidir lo que ocurra en el futuro, porque lo que está ocurriendo no es solo un asunto de estrategia política internacional, sino de una serie de personas que quieren pasar a la historia por revolucionar el mundo, y tienen capacidad para hacerlo.

La política y la economía global han encontrado en Donald Trump y Elon Musk dos “fuerzas de choque” que, aunque diferentes en estilo, convergen en un punto clave: la reconfiguración del orden mundial. Mientras Trump agita el tablero político con su proteccionismo y su retórica nacionalista, Musk acelera la transición tecnológica con su apuesta por la inteligencia artificial y la automatización. En medio de este torbellino, el sector agroalimentario europeo se encuentra en la cuerda floja amenazado no solo por aranceles y políticas proteccionistas que no traerán nada bueno, sino también por la aceleración de la digitalización tecnológica aplicada a la producción de alimentos.

Como ya es sabido por todos, el retorno de Trump a la primera línea política amenaza con revivir su política de aranceles y tensiones comerciales en todo el mundo. China, la principal compradora de productos agroalimentarios estadounidenses, fue su blanco favorito en la guerra comercial de su primera presidencia. La imposición de aranceles sobre productos como la soja y el maíz perjudicó a los agricultores del Medio Oeste, quienes dependen de la exportación para sostener su rentabilidad, pero no solo afectó a estas materias primas, porque cualquier decisión que toman estos gigantes afecta a muchos otros alimentos y a muchos países.

Sí, Trump regresa con una estrategia similar y podría desencadenar una nueva ola de represalias comerciales, afectando a las exportaciones de carne, vino, aceite, cereales y productos lácteos. Europa y China están a la expectativa, pero tomando posiciones. Un ejemplo es el acuerdo de la UE con Mercosur, con el que se trata de diversificar destinos, junto a otros movimientos de ambas instituciones con relación a las medidas adoptadas por el mandatario norteamericano en sus primeras semanas al frente de la Administración de su país.

Revolución tecnológica

Por otro lado, Elon Musk no es un político al uso, por ahora, pero su influencia en el sector tecnológico es incuestionable. Con Tesla, la red social X y sus desarrollos en inteligencia artificial, Musk quiere impulsar una revolución en la automatización que afectaría de manera directa o indirecta también al sector agrario. Desde tractores autónomos hasta drones para la monitorización de cultivos, la visión del empresario sudafricano está transformando la producción agrícola en un entorno dominado por la tecnología.

La combinación de las políticas proteccionistas de Trump y la revolución tecnológica de Musk podría generar un escenario donde los grandes productores, especialmente los estadounidenses, tengan ventaja sobre el resto del mundo si aplican rápidamente la revolución tecnológica que, sin duda, tiene visos de producirse en todo el mundo, pero quizás no en Europa, que no ha sido capaz de hacerlo en los últimos años, porque la UE ni es el bloque más listo, ni el más rápido en apoyar y fomentar este tipo de avances. Por cierto, y por si nos sirve de consuelo, algunos analistas dicen que su estrategia podría, a largo plazo, perjudicar a Estados Unidos con la pérdida de influencia en el mercado agroalimentario global. Habrá que verlo.

Los Gobiernos de Europa, Latinoamérica, China y Rusia, que, aunque ahora está en la situación que está, algo tendrá que decir, están obligados a adaptarse a este nuevo orden global. La dependencia de las tecnologías extranjeras y las barreras comerciales podrían dificultar el desarrollo de modelos agrícolas sostenibles y competitivos, o quizás sea eso lo que realmente quieren, desestabilizar nuestro futuro.

En definitiva, la EGOpolítica de Trump, Musk, Xi Ping y otros mandatarios mundiales está redefiniendo el futuro del sector agroalimentario. La pregunta es: ¿qué países y empresas están preparados para afrontar este cambio? Una vez más el sector agroalimentario en su conjunto se encuentra en el centro de la disputa por el poder global y veremos cuál será el resultado final.

Foto: Agencia SINC

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