27 DE julio DE 2021
José Luis Yzuel. Presidente de Hostelería de España
Estamos a punto de cumplir año y medio desde el comienzo de esta terrible pandemia en la que la hostelería, lamentablemente, está a la cabeza de los sectores más afectados desde el punto de vista económico. El año 2020 cerró con caídas de la facturación que superan el 50%, situándose en casi 70.000 millones de euros de pérdidas con respecto a 2019. Esto supuso que unos 85.000 establecimientos se vieran abocados al cierre el pasado año llegando a la desaparición de 1/3 del sector en el primer trimestre de 2021, acompañado de más de un millón de puestos de trabajo, entre directos e indirectos, en serio peligro.
Los últimos datos del empleo, referidos al mes de junio, reflejan el impacto positivo de la relajación de las medidas con una recuperación del empleo respecto al año anterior, que supone 62.000 trabajadores más. La cifra de negocios también tuvo un impulso, en mayo aumentó un 28,1% respecto a la del mes de abril. No obstante, todavía las cifras están lejos de las de 2019, que suponen un 41% menos de facturación, y 244 mil trabajadores menos que en ese año. Además, todavía se mantienen en ERTE 199.000 personas, el 43,3% del total de los ERTE.
El impacto es diferente según las CC.AA, estando más afectadas las que dependen más directamente del turismo de extranjeros, que en 2020 han sufrido una caída cercana al 80% respecto al año anterior.
Respecto a las previsiones, la tendencia que apuntaba a una progresiva y acelerada recuperación a partir de junio se ha visto truncada por la negativa repercusión derivada de la quinta ola del coronavirus. Nos situamos en un escenario muy volátil, con imprevistos negativos que están dificultando la recuperación y es difícil hacer predicciones de la posible evolución del verano, que pudieran empeorar las estimaciones. En este sentido, aunque supondrá un comportamiento mejor que el verano de 2020 (-45%), la caída respecto a 2019 que situábamos entre un 20 y 30%, debido a la nueva situación se va a situar algo por encima del 30%.
Desde el primer momento la hostelería se ha comportado con responsabilidad, y hemos redoblado esfuerzos por hacer de nuestros locales lugares seguros. Asimismo, hemos tendido la mano al Gobierno, tanto central como regionales, para avanzar en opciones que permitan la compatibilidad de la contención de la pandemia y el desarrollo de una actividad económica de la que dependen millones de familias. Utilizando los propios medidores del Ministerio de Sanidad se pone de manifiesto que cerrar la hostelería no reduce la incidencia de los contagios, ya que la evolución de la curva de seguimiento del virus es muy similar en comunidades autónomas con medidas relativas a la hostelería muy diferentes.
Aun así, hemos estado en el foco de todas las restricciones, sin que por parte de las Administraciones se planteen ayudas directas como en otros países como Francia, Alemania o Luxemburgo, entre otros. En nuestro país los ICO y los ERTE son las principales medidas aprobadas y se espera todavía que se terminen de materializar las ayudas directas que el Gobierno central ha derivado a las CC.AA. Pero quedan muchos temas que necesitan de una solución urgente para cientos de miles de empresas que eran viables antes de la crisis. Los
alquileres están a la cabeza, ya que la solución aprobada en el Consejo de Ministros del pasado 22 de diciembre, no resuelve ni el 3% de los casos, pero también se necesitan otras medidas como la exoneración de impuestos o incentivación del consumo.
La hostelería forma parte de nuestro estilo de vida y cultura, por lo que no sólo estamos defendiendo la supervivencia de un sector que es el sustento de millones de familias, sino que luchamos por algo que forma parte de nuestro ADN. A nuestro favor juega que somos un sector con una enorme resiliencia, que en toda esta crisis no ha parado de adaptarse, no sólo a los continuos cambios normativos, sino reinventándose continuamente. Esta crisis ha traído algunas tendencias muy marcadas, que seguramente se impongan a corto y medio plazo. La digitalización está a la cabeza, para mejorar los procesos, tanto de producción como de comercialización. Se van a producir nuevos momentos de consumo que supondrán nuevas oportunidades de emprendimientos, y la comida a domicilio y para llevar seguirá experimentando un auge que se sumará a la oferta integral de los negocios. Por último, nos encontraremos con una hostelería con una gestión muy mejorada, en la que la eficiencia en los procesos y la profesionalización van a primar. Es el momento de seguir apostando por el sector que más felicidad produce a la sociedad.
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