10 DE febrero DE 2025
Con el cambio de ciclo institucional la Unión Europea ha entrado también en un cambio de ciclo político, y las cosas empiezan a verse de otra manera.
El giro se inició con la nueva composición del Parlamento Europeo, aunque los Informes de Letta y Draghi también han contribuido a abrir un nuevo camino y a llamar la atención sobre la necesidad de reorientar el modelo europeo.
Esta reorientación pasa por propiciar cambios de fondo que empiezan a ser patentes en los discursos oficiales: “sostenibilidad sí, pero de la mano de la competitividad”; “reforzar el mercado interior”; “simplificar los procedimientos de toma de decisiones”, “reducir las cargas administrativas” … la semántica no es neutra y precisamente por ella empieza el cambio.
Las ultimas piezas del cambio han sido la Brújula de la Competitividad y la Estrategia de Simplificación recientemente presentadas por la Comisión, y otras iniciativas que habrán de venir en las próximas semanas y que seguramente incidirán en la misma línea.
En principio, nada que objetar. Es lo que veníamos pidiendo de manera insistente en los últimos años a la vista de la avalancha normativa del Green Deal y el Farm to Fork.
Sin embargo, echo en falta algo más de decisión y firmeza en lo que hemos visto hasta ahora, y sobre todo que cuesta ver – …otra vez la semántica - la palabra desregulación. La desregulación es igualmente necesaria en este nuevo ciclo, y no es lo mismo que simplificación, sino que va mas allá.
A mi juicio, en estos últimos años se han tomado decisiones legislativas que no solo merecen frenarse, sino que la solución pasa por cuestionarlas a fondo y en su caso eliminarlas. Y no son pocos los órdenes en los que habría que pensar en esa desregulación, que van más allá del sector agroalimentario: la protección de plantas, los coches de combustión, el Europe Beating Cancer Plan, … y alguno que otro más.
Ya se están tomando algunas decisiones que parece que van en la buena dirección. Pensemos por ejemplo en el anuncio de Von der Leyen presentando una iniciativa ómnibus para fundir en una sola norma las obligaciones impuestas por las Directivas CSRD y CS3D y el reglamento taxonomía financiera. O el Reglamento deforestación (EUDR), que en diciembre pasado se aplazó in extremis su aplicación un año al comprender que su aplicación iba a ser imposible [1]. Pero siguen estando presentes tics como la falta de consulta en la iniciativa ómnibus o la puesta en marcha de la revisión del EUDR…cuando todavía no se ha aplicado (kafkiano).
Pero salvando estos detalles, esperemos que esto no haya hecho más que empezar y que todo lo que se predica sea cierto. Y que vayamos más allá de la simplificación administrativa, …Repitamos todos, “desregulación”, y nos lo acabaremos creyendo.
[1] No he visto una norma comunitaria más mal concebida que este reglamento,…
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