Las Jornadas del Lechazo Asado de Aranda de Duero (Burgos) celebran el próximo mes de Junio su décimo aniversario. Una fecha señalada para conmemorar con el público una década de gastronomía tradicional, extendida por el panorama nacional e internacional y deleitar a los visitantes con un completo menú basado en el cordero lechal. Visitas a bodegas, folclore y sobre todo gastronomía y productos de la tierra acompañarán a estas Jornadas, cuyo principal protagonista, el lechazo asado, ha sido incluso objeto de literatura.
Las Jornadas del Lechazo Asado de Aranda de Duero llegan a su décima edición tras lograr reforzar la capitalidad de Aranda como centro del lechazo asado, atraer al público a la celebración anual de este encuentro gastronómico y generar un mayor consumo del producto, así como una mayor afluencia turística a la localidad.
En esta décima edición, Aranda de Duero volverá a deleitar a todos los visitantes con el olor y el sabor del cordero lechal asado, un plato auténtico, único y tradicional acompañado de vino Ribera del Duero, pan de torta de aceite y ensalada con productos de la huerta. Este año diez asadores de la localidad ofrecerán un menú por 37 euros que incluye además, una selección de entrantes, como pueden ser Morcilla, Paté de lechazo, Mollejitas de lechazo con gambas al jerez en nido de patata, Pimientos, Hamburguesa de Lechazo con huevo y crujiente de panceta o Ravioli de Pensamientos de Lechazo, entre otros muchos platos.
Gastronomía que se une al folclore tradicional, visitas a bodegas subterráneas y otras actividades diseñadas para conmemorar el décimo aniversario de estas Jornadas gastronómicas. En Aranda de Duero el lechazo asado es un producto que se identifica con la tierra, como el vino Ribera del Duero, que tiene que ver con el territorio, con el pasado antiguo y reciente, y que está muy introducido en la vida actual, puesto que hoy en día está al alcance de todos, y es uno de sus grandes atractivos.
Indicación Geográfica Protegida.
El cordero lechal que protagoniza estas Jornadas cuenta con la garantía de la Indicación Geográfica Protegida (IGP), que avala su alta calidad y el cumplimiento de los requisitos estipulados, como que el cordero debe tener entre 4 y 8 kilos de peso y ser de raza churra, ojalada o castellana, entre otros.
Este homenaje a la gastronomía tradicional está organizado por la Asociación de Hosteleros de Aranda y la Ribera (ASOHAR), además cuenta con el patrocinio del Ayuntamiento de Aranda de Duero, la Indicación Protegida del Lechazo, el Consejo Regulador de la D.O. Ribera del Duero y Caja Círculo.
Las X Jornadas del Lechazo Asado contarán con la participación del Mesón El Roble, el Mesón de la Villa, Finca Los Rastrojos, Finca Torremilanos, El Lagar de Isilla, Mesón El Pastor, Mesón El Cordero, Casa Florencio, Restaurante El Ciprés y Casa José María. Todos ellos contribuirán a que en los próximos años esta cita gastronómica sea tan atractiva para el mercado nacional como para el internacional. Otro de los objetivos será la declaración de las Jornadas como Fiesta de Interés Regional.
Pasado y presente.
El lechazo asado forma parte de una liturgia vinculada a la comarca. Su consumo es una tradición viva entre los arandinos y está unida a la celebración de algún momento especial. Liturgia a la que se unen los muchos forasteros que pasan por la villa. Cada día se consume en sus figones medio centenar de lechazos y durante el fin de semana pueden llegar a 400.
La singularidad del lechazo es triple: el producto, oveja de raza churra que come en un pasto único y rico en hierbas aromáticas; su elaboración, en horno de leña de encina; y los asadores: herederos de una tradición familiar.
Aranda de Duero fue siempre una ciudad de ferias y mercados que facilitaron el consumo de lechazo asado. El paso de la carretera favoreció también la proliferación de restaurantes-asadores que hacían la delicia de los viajeros. Actualmente, muchos asadores han abierto establecimientos similares en otros lugares de España.
Conocido nacional e internacionalmente, el lechazo asado de Aranda de Duero ha sido también plato de comensales tan ilustres como Miguel Delibes, que ya en 1983 hacía referencia al producto en un texto publicado en el Diario ABC: "A la pregunta del comensal, ‘¿qué me puede usted servir?' el mesonero, en determinados meses, tras un largo repertorio de manjares, concluirá ineluctablemente: "Y por su puesto, también ‘asado'." Nunca o casi nunca mencionará el nombre del animal que ha asado porque el asado por antonomasia es, en Castilla, el cordero lechal".
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