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El punto de encuentro de la cadena agroalimentaria
 

Periódico Digital Qcom.es: El punto de encuentro de la cadena agroalimentaria

ERE encubierto de El Corte Inglés: 13.122 despidos en cuatro años

Teresa Sánchez

De acuerdo con los datos depositados en sus propias memorias anuales, en los últimos cinco años, el gigante de los grandes almacenes ha eliminado 13.122 puestos de trabajo. El 28 de febrero de 2008, al cierre del último ejercicio justo antes de que se iniciara la crisis económica, la compañía que preside Isidoro Álvarez alcanzó una plantilla récord de 109.800 trabajadores. Pero desde entonces no ha parado de destruir empleo.

Así, al cierre del último ejercicio, el 28 de febrero de 2013, la plantilla se había reducido ya a 96.678 trabajadores. No obstante, hay que tener en cuenta también que la plantilla de cierre del año en El Corte Inglés es más alta que la media registrada durante todo el año porque el grupo contrata mucho personal eventual durante esos últimos meses para hacer frente primero a la campaña de Navidad y Reyes y después de Rebajas.

En cualquier caso, si se examinan las plantillas medias, la caída es también espectacular. El Corte Inglés cerró el último año con 86.482 empleados, lo que supone 10.846 menos de lo que tenía de media en 2007.

Pero, ¿cuáles son las razones que explican esta destrucción tan grande de plantilla? En estos últimos cinco años de crisis, la empresa de grandes almacenes ha alcanzado una red compuesta, entre otros activos, por un total de 86 grandes almacenes (84 de ellos en España y los 2 restantes en Portugal) y 42 hipermercados.

En 2007, en cambio, con mucha más plantilla tenía sólo 70 grandes almacenes y 34 hipermercados. Es decir, que el grupo tiene muchas más tiendas, pero mucha menos plantilla. Y todo porque la caída imparable del consumo en España ha provocado que su facturación se haya reducido un 18,6 por ciento, al pasar de 17.897 millones de euros a 14.552 millones en el último año. Eso al margen de que el beneficio se haya dividido más de cuatro veces, pasando de 747,59 a 171,5 millones.

Durante 2007, El Corte Inglés creaba empleo estable, de calidad y joven, como demuestra la edad media de la plantilla en ese momento, de 35 años. Fue además pionero en la firma del Plan de Igualdad, con apoyo unánime de todos los sindicatos y cuidaba de forma especial e intensa la formación del personal, con un total de 9.600 cursos y más de dos millones de horas lectivas, orientados a facilitar su especialización y competencia profesional. “Se ha promocionado al 2,4 por ciento de la plantilla (2.604 empleados) a puestos de responsabilidad superior. Y se mantiene un alto grado de fidelidad a la empresa, con una antigüedad media de 10 años”, aseguraba en la junta de accionistas celebrada en agosto de 2008 el presidente, Isidoro Álvarez.

Pero ahora todo eso ha cambiado porque hay que reducir costes sea como sea para evitar que la empresa entre en pérdidas, no ya tanto por las consecuencias contables, sino sobre todo porque el gran daño que unos resultados negativos podrían tener no ya sólo para la imagen de la propia empresa, sino también para la economía en general.

Que El Corte Inglés entrara en números rojos sería un mazazo para el consumo, dispararía el pesimismo entre los consumidores porque siempre se la ha considerado como un bastión inexpugnable”, aseguran fuentes del sector.

Llama la atención además que esta fuerte destrucción de plantilla sólo es comparable en el sector de la distribución comercial a lo que está haciendo Eroski, aunque en este caso en lugar de despidos ha habido recortes al traspasar plantilla, con la venta de centros, a otras empresas.

De hecho, lo cierto es que frente a la gran destrucción de empleo en El Corte Inglés, sus más directos competidores en todos los mercados siguen generando puestos de trabajo año tras año. Es el caso, por ejemplo, de Inditex o Mango en la distribución textil, o de Mercadona y Dia, en el comercio alimentario.

De forma paralela al recorte de empleo, la compañía que preside Isidoro Álvarez ha cambiado además el sistema de incentivos a sus trabajadores, vigente desde la década de los años sesenta del siglo XX. Hasta ahora, había un sistema lineal, por el que los trabajadores cobraban un porcentaje fijo en función de las ventas que obtenían y desde hace unas semanas se ha aprobado otro por el que, aunque a mayor número de ventas, más se incrementa el porcentaje, se establecen unos mínimos para poder empezar a cobrar esas comisiones.

Los sindicatos UGT, Fasga y Fetico han aprobado el plan, que sólo ha sido rechazado por CCOO, aunque los empleados tienen serias dudas de que vayan a seguir cobrando las mismas comisiones que percibían hasta ahora, con lo que el desánimo se extiende entre los trabajadores.

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