19 DE septiembre DE 2019
Redacción Qcom.es
Un total de 41 países siguen necesitando ayuda alimentaria externa, siendo los conflictos la causa principal de los elevados niveles de inseguridad alimentaria y con unas condiciones meteorológicas adversas -en particular la escasez de lluvias en África- que afectan gravemente a la disponibilidad y acceso a los alimentos de millones de personas, según explica un estudio trimestral de las Naciones Unidas.
Los países de la lista - que incluye a 31 de África- no han variado en los últimos seis meses, según el informe Perspectivas de cosechas y situación alimentaria publicado hoy por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Los 41 países que necesitan actualmente ayuda alimentaria externa son: Afganistán, Bangladesh, Burkina Faso, Burundi, Cabo Verde, Camerún, Chad, Congo, Djibouti, Eritrea, Etiopía, Guinea, Haití, República Centroafricana, República Popular Democrática de Corea, República Democrática del Congo, Iraq, Kenya, Lesotho, Liberia, Libia, Madagascar, Malawi, Malí, Mauritania, Mozambique, Myanmar, Níger, Nigeria, Pakistán, Senegal, Sierra Leona, Somalia, Sudán del Sur, Sudán, República Árabe Siria, Uganda, Venezuela, Yemen y Zimbabwe.
Al mismo tiempo, las cosechas de cereales se anuncian abundantes en varios países de América Latina y Asia, mientras que la mejora de las condiciones de seguridad ha contribuido a impulsar la producción agrícola en la República Árabe Siria.
Los conflictos provocan hambre
Cerca de la mitad de los 41 países necesitados de ayuda son escenario de disturbios civiles o conflictos en toda regla, mientras que otros se enfrentan a una grave escasez de recursos debido a la gran afluencia de refugiados procedentes de países vecinos que experimentan tensiones.
En Afganistán, 3,6 millones de personas se encuentran en niveles de inseguridad alimentaria de "Emergencia" (Fase 4 de la CIF), y otros 10 millones en niveles de "Crisis" (Fase 3 de la CIF). En Sudan del Sur, se estima que unos 6,35 millones de personas -es decir, el 54 por ciento del total de la población-, padecen de grave inseguridad alimentaria.
En Siria, si bien el aumento de la producción de la cosecha de trigo de 2019 mejoró la disponibilidad de cereales en el país, hay todavía unos 6,5 millones de personas en situación de inseguridad alimentaria, y otros 2,5 millones de personas más corren el riesgo de caer en esta misma situación si no cuentan con el apoyo adecuado para sus medios de subsistencia.
Los conflictos y la inseguridad civil son también los principales factores de la inseguridad alimentaria en Burundi, Camerún, la República Democrática del Congo, Yemen y partes de Myanmar y Nigeria.
En Venezuela, la hiperinflación ha erosionado gravemente el poder adquisitivo local, generando graves limitaciones al acceso de los hogares a los alimentos, mientras que se espera un descenso de la producción de cereales debido a la falta de insumos agrícolas. Unos 4,3 millones de personas han abandonado el país y se han establecido en países vecinos, donde sus necesidades humanitarias son "significativas", según el informe.
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