25 DE septiembre DE 2024
Los atunes se pescarán vivos en colaboración con la flota local a través de artes de cerco y los resultados se evaluarán por la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT).
La empresa ItsasBalfegó, creada por el centro tecnológico AZTI y Balfegó, presenta un innovador proyecto piloto en aguas del mar Cantábrico, específicamente a unas tres millas náuticas al norte del puerto de Getaria.
La fase inicial, iniciada el 2 de septiembre de 2024, se centró en la construcción e instalación en el mar de dos piscinas sumergibles. Una vez situadas, durante las estaciones de otoño e invierno se realizarán pruebas de flotabilidad, inmersión y validación de las condiciones hidrodinámicas para asegurar que pueden resistir las duras condiciones climatológicas de la región.
La última fase, que se llevará a cabo en verano de 2025, consistirá en probar las piscinas con unos pocos ejemplares de atún rojo. Los resultados de esta fase serán evaluados por la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT) para determinar si, en caso de obtener resultados positivos, la actividad comercial podría extenderse más allá de la fase piloto y cómo desarrollarla.
Uno de los objetivos principales es involucrar a los pescadores en el proceso de pesca con redes de cerco y el posterior cuidado del atún rojo para buscar las mejores estrategias de manera coordinada y maximizar los beneficios para todas las partes.
Sostenibilidad ambiental y gestión de recursos
El proyecto cumple con la legislación vigente en materia de pesca y de medio ambiente, tanto a nivel nacional como europeo. Ha obtenido todas las autorizaciones y permisos necesarios para su desarrollo, incluyendo el uso de técnicas de cerco autorizadas para capturar atún rojo en el Cantábrico.
Cuenta con los permisos del Área de Medioambiente del Gobierno Vasco, la Capitanía Marítima (dependiente del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible), el Servicio Provincial de Costas en Gipuzkoa (dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico) y los Ayuntamientos de Getaria y Zarautz.
Además, el proyecto respeta las medidas de conservación y gestión de la especie reguladas por la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT).
Antes de recibir la autorización gubernamental, el proyecto se ha sometido a una evaluación ambiental exhaustiva, considerando todos los posibles impactos sobre el ecosistema marino y proponiendo medidas correctivas para mitigar estos efectos.
Las nuevas instalaciones implementan tecnologías avanzadas como sensores y cámaras para monitorizar en tiempo real la calidad del agua y la actividad biológica alrededor de las piscinas, permitiendo respuestas rápidas a cualquier signo de impacto negativo en el medio marino.
El uso de sistemas de alimentación automatizados y precisos asegura que el alimento se distribuya de manera eficiente, reduciendo el exceso que podría sedimentarse en el fondo marino y afectar la calidad del agua.
Además, los alimentos utilizados para el mantenimiento del atún rojo están diseñados para maximizar la absorción por parte de los ejemplares. Estos alimentos están compuestos por ingredientes sostenibles, de alta calidad y trazables, reduciendo la dependencia de la pesca de especies silvestres y el impacto sobre estas poblaciones.
Beneficios económicos y sociales
La iniciativa respeta las zonas de pesca tradicionales y no interfiere con las actividades de las embarcaciones artesanales. Además, genera 40 puestos de trabajo directos y unos 200 indirectos, junto con otros beneficios económicos como el fomento de la investigación y la innovación, y el impulso del turismo y la gastronomía.
Juan José Navarro, director adjunto de la empresa Balfegó promotora de proyecto, dio a conocer estos datos en una rueda de prensa celebrada en Orio (Gipuzkoa) en la que ha comparecido junto al director del centro de investigación Azti, Rogelio Pozo, y el presidente de la Federación de Cofradías de Pescadores de Gipuzkoa, Norberto Emazabel, instituciones que también participan en el proyecto.
Inicialmente, estaba previsto que el proyecto echase a andar esta misma primavera con la instalación de dos jaulas y la captura de los primeros ejemplares que permitieran testar su viabilidad técnica y económica, si bien el retraso en una de las autorizaciones demorará hasta el año próximo la pesca de los atunes y la prueba comenzará esta misma semana o la próxima únicamente con la colocación de las jaulas para comprobar su resistencia, flotabilidad y capacidad de inmersión a lo largo de este otoño y el próximo invierno.
Los responsables del proyecto han aclarado de que en caso de que el programa piloto, que cuenta con un presupuesto de 2 millones de euros, supere las dificultades técnicas y constate su viabilidad económica, el programa se completará en los años siguientes con la instalación de un cuatro o cinco jaulas más, con capacidad para 150 toneladas de atún cada una de ellas y un coste adicional de entre cuatro y cinco millones de euros.
Sector pesquero vasco
La iniciativa involucra también al sector pesquero vasco, ya que supondrá que la flota de cebo pueda llevar a cabo labores de pesca con artes de cerco, un requisito necesario para la captura en vivo de los animales que luego serán engordados en la granja.
La idea es que en el futuro la mayor parte de las más de 1.000 toneladas de atún con las que cuenta la flota vasca se destinen a esta explotación de acuicultura, sin que sea necesario ceder parte de ella a los pescadores de otras partes de España como se hace actualmente, han detallado los promotores del proyecto.
El presidente de la Federación de Cofradías de Pescadores de Gipuzkoa, Norberto Emazabel, explicó a los medios que el sector no quiere perder esta oportunidad, aunque admitió que no resultará fácil adaptarse al nuevo sistema de capturas, pero “si el proyecto sale bien los arrantzales entrarán de lleno en él.
La compañía recuerda en el documento presentado al Ejecutivo autonómico que el atún rojo es el más preciado de los túnidos y el más valorado en la cocina debido a su grasa infiltrada, su color rojo y su "sabor y textura inconfundibles".
Por este motivo, está previsto que una vez que los atunes sean introducidos en las jaulas, tras su captura en los meses de junio y julio, sean alimentados "cinco o seis días" a la semana exclusivamente con pescado azul, sin que "en ningún caso" se les administre compuestos procedentes de harinas o aceite de pescado, ni ningún tipo de aditivos ni medicamentos.
Tras unos meses de engorde, cuando se perciba que la calidad de los ejemplares ya resulta "adecuada", serán sacrificados en octubre de forma "individualizada" para garantizar su "bienestar", ya que en situaciones de "sufrimiento" la carne baja de calidad por la aparición de ácido láctico en los músculos, además de perjudicar "al color, la textura y la durabilidad del producto".
Qcom-es © 2024 | Todos los derechos reservados