20 DE septiembre DE 2024
Francia siempre ha sido vista como un país de pequeñas y medianas explotaciones agrarias, autónomas y gestionadas por el titular y su familia.
El modelo de agricultura familiar, consolidado y reforzado durante el periodo de modernización que tuvo lugar después de la II Guerra Mundial, se ve hoy atravesado por fuertes procesos de cambio que generan nuevas y muy diversas formas de organización del trabajo y del capital agrícola.
La figura de los dos cónyuges gestionando su explotación, así como la ósmosis total entre vida familiar y vida laboral y la idea de una profesión agrícola unida, pilares de ese modelo, están hoy desvaneciéndose.
A estos cambios, en muchos casos dolorosos, habría que añadir otros, tales como el declive demográfico de la población agraria, las preocupaciones medioambientales o la situación cada vez más fragilizada del lugar y la imagen de la agricultura en la sociedad francesa.
Todo ello hace que la agricultura se haya convertido en un tema de debate, en el que cada uno se atrinchera en su propia posición, ignorándose mientras tanto la revolución indecible que está ocurriendo en el sector agrario.
En este libro, publicado originalmente en francés en octubre de 2022, los autores reflexionan sobre el futuro de la agricultura en este contexto de cambio, pero sin dejar de lado a los principales afectados por ello, los agricultores.
El marco de referencia de sus reflexiones es la agricultura francesa, pero pueden ser de utilidad para el conjunto de la agricultura europea.
Por eso, Cajamar ha tenido interés en que se edite en español, encargando a Eduardo Moyano (doctor ingeniero agrónomo y sociólogo del CSIC) la coordinación de la edición, así como la redacción de un epílogo situando el proceso de cambio en el contexto de la agricultura española.
Grandes rupturas
Según Moyano, hace treinta años (1993), el sociólogo francés Bertrand Hervieu publicó el libro Les champs du future, en el que analizaba los profundos cambios que estaban comenzando a experimentar la agricultura y el mundo rural francés en la década final del pasado siglo XX (hay versión en español con el título Los campos del futuro, publicada en la serie Estudios del MAPA).
Hervieu señalaba cinco grandes rupturas en la agricultura familiar: demográficas, productivas, tecnológicas, sociales y económicas; anticipando ya entonces el cambio que se habría de consolidar y ampliar en las primeras décadas del actual siglo XXI.
En su citado libro, Hervieu demostraba, además, que esos cambios estaban socavando las bases del modelo de explotación familiar que había sido emblema indiscutible de la modernización agraria comenzada en Francia al terminar la II Guerra Mundial y continuada con indudable éxito hasta el final de la década de 1970 (los llamados “treinta gloriosos”).
El análisis de esa gran transformación, iniciada entonces e intensificada ahora, es el objetivo central del libro Une agriculture sans agriculteurs ('Una agricultura sin agricultores'), escrito por Bertrand Hervieu y François Purseigle, y publicado en 2022 por el servicio editorial de la prestigiosa Fundación Nacional de Ciencias Políticas.
El subtítulo, La révolution indicible ('La revolución indecible'), es un guiño innegable al clásico libro La révolution silencieuse ('La revolución silenciosa'), publicado por Michel Debatisse en 1963.
En ese libro, el entonces dirigente del sindicato de jóvenes agricultores CNJA analizaba la gran modernización que se estaba produciendo en la agricultura francesa en los años 1960, gracias a las políticas agrarias y a los avances científicos y tecnológicos asociados a la “revolución verde”.
Sesenta años después, Purseigle y Hervieu analizan en su libro los grandes cambios que experimenta hoy la agricultura francesa en una nueva vuelta de tuerca del desarrollo científico y tecnológico, haciendo aún más profunda las rupturas (muchas de ellas dramáticas) del modelo de agricultura familiar.
Al calificar de indicible ('indecible') un proceso de transformación al que, además, califican de “revolucionario”, Purseigle y Hervieu quieren con ello señalar que, a pesar de su profundidad y amplitud, es un cambio del que “no se habla” o “del que nadie quiere hablar” en Francia. Y esto ocurre, afirman, porque el modelo de agricultura familiar sigue dominando tanto la escena política, sindical y cultural, como el imaginario colectivo de los franceses.
Aunque todos sepan en su fuero interno que muy poco queda ya de ese modelo en la realidad agrícola de Francia, y que cada vez están más presentes modelos muy tecnificados en los que puede percibirse ya “una agricultura sin agricultores”, la realidad es que muchos se resisten a hablar de ello. De ahí, el carácter “indecible” de este proceso de transformación.
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