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El punto de encuentro de la cadena agroalimentaria

Periódico Digital Qcom.es: El punto de encuentro de la cadena agroalimentaria

28 DE febrero DE 2025

COP16.2: adoptado el primer plan global para financiar la conservación de la Naturaleza

La 16ª reunión de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad (COP16), celebrada en Roma, concluyó con un acuerdo para la adopción del primer plan global para financiar la conservación de la Naturaleza, después de tres días de reuniones.

Este encuentro suponía retomar las negociaciones iniciadas el pasado mes de octubre en Cali (Colombia), donde las partes no llegaron a un acuerdo sobre cómo financiar el Marco Mundial de Biodiversidad de Kunming-Montreal alcanzado en la COP15 y que pretende proteger un tercio de la tierra y los océanos de aquí a 2030.

Más de 150 países, con la ausencia de Estados Unidos, se reunieron en Roma para la sesión reanudada de la 16.ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad (COP16.2), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) hizo un llamado a la acción para transformar los sistemas agroalimentarios y apoyar los objetivos globales de biodiversidad.

Los países acordaron cómo contribuirían con 200.000 millones de dólares al año para 2030, como en principio se habían comprometido en una reunión anterior en Montreal. Este fondo incluye un plan para recaudar 20.000 millones anuales d financiación para la conservación para países en desarrollo para 2025, que aumentaría a 30.000 millones anuales para 2030, e incluye los detalles del Marco Mundial de Biodiversidad, cuyo objetivo es proteger el 30% del planeta y el 30% de los ecosistemas degradados para 2030.

El evento dio continuidad al impulso generado en octubre pasado en la COP16 en Cali, Colombia, donde la FAO, el Gobierno de Colombia y la Secretaría del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) lanzaron la Iniciativa de Apoyo a los Agri-NBSAPs. Esta iniciativa tiene como objetivo ayudar a los gobiernos a integrar los sistemas agroalimentarios en sus Estrategias y Planes de Acción Nacionales sobre Biodiversidad (NBSAP, por sus siglas en inglés) y en su implementación.

Según explicó el director general de la FAO, QU Dongyu, al inaugurar el evento,"la iniciativa nos brinda un mecanismo colectivo para ayudar a los Gobiernos a desarrollar capacidades, identificar e implementar palancas estratégicas en los sectores agroalimentarios para alcanzar sus metas nacionales de biodiversidad", 

Por su parte, la presidenta de la COP16, Muhamad, reconoció el papel fundamental de la FAO en la incorporación de la seguridad alimentaria y la agricultura en el núcleo del marco global de biodiversidad y celebró la alianza con Colombia y el CDB en la Iniciativa de Apoyo a los Agri-NBSAPs, subrayando que se trata de un esfuerzo conjunto muy importante que espera ver materializado.

La biodiversidad es esencial para la producción de alimentos, ya que proporciona servicios ecosistémicos clave como la polinización, la fertilidad del suelo, el control de plagas y la regulación del clima.

La degradación de los ecosistemas supone un riesgo significativo, con aproximadamente 3.000 millones de vidas en peligro, especialmente entre las poblaciones vulnerables. La pérdida de polinizadores podría tener un impacto negativo enorme en la seguridad alimentaria, dado que hasta el 75 % de los cultivos alimentarios del mundo dependen, al menos en parte, de la polinización.

El Director General de la FAO enfatizó la importancia de implementar el KMGBF, adoptado en la COP15, para abordar estos desafíos. “Más de la mitad de las 23 metas del Marco están directamente relacionadas con la agricultura”, señaló, subrayando la necesidad de que los países integren los sistemas agroalimentarios en sus NBSAPs.Explicó que “la biodiversidad también está en el suelo y en el agua” y que es fundamental “abordarla desde una perspectiva holística y tridimensional”.

Advirtió que la inversión financiera sigue siendo un factor clave para alcanzar los objetivos de biodiversidad, y que la integración de los sistemas agroalimentarios en las estrategias y planes de acción nacionales sobre biodiversidad puede desbloquear oportunidades de financiamiento a través de mecanismos internacionales, asociaciones público-privadas y presupuestos nacionales. “Es fundamental que los agricultores participen activamente, que se apropien del proceso y formen parte de la alianza. Sin los agricultores, esto solo sería una política sin implementación”, añadió Dongyu. 

Reacciones

Según las primeras reacciones que han llegado a Science Media Centre España (https://sciencemediacentre.es/), el acuerdo sobre el Plan Global ha tenido buena acogida y es esperanzador. Así, Daniel Montoya, profesor de investigación Ikerbasque en el Basque Centre for Climate Change (BC3), afirmó, al respecto, que "la crisis de biodiversidad que estamos sufriendo se desarrolla a una escala global y, por tanto, las medidas para mitigarla deben ser también globales. Esta es la idea subyacente de la Conferencia de Naciones Unidas sobre Biodiversidad. Hace cuatro meses las negociaciones para establecer un acuerdo de financiación para la conservación de la naturaleza lamentablemente fracasaron en la reunión celebrada en Colombia. A pesar de la incertidumbre inicial, la nueva reunión de la COP16 en Roma representa una esperanza para la biodiversidad, dado que esta vez sí se ha llegado a un consenso. Este consenso contempla dos medidas fundamentales. La primera consiste en la movilización de recursos y la creación de mecanismos para financiar la conservación de la naturaleza. La segunda es la creación de un marco de monitorización del acuerdo alcanzado."

A pesar de no ser demasiado ambicioso, añadió Montoya, "el acuerdo alcanzado en la COP16 de Roma representa una hoja de ruta clara para la conservación de la naturaleza. El siguiente paso consiste en materializar las medidas acordadas y hacerlo de una manera global, donde toda la sociedad y los gobiernos estén involucrados al margen de ideologías. Dependemos de la naturaleza y nuestra es la decisión y el deber de conservarla”.

Por su parte, Alicia Pérez-Porro, bióloga marina, responsable de interacción política y relaciones institucionales en el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF), afirmó que "por fin tenemos el primer plan global para financiar la conservación de la biodiversidad. Ha sido cuatro meses después del final de la COP16 en Cali, Colombia, que terminó de manera agridulce con la suspensión por falta de quorum de las negociaciones. Esa ha sido la razón detrás de estos tres días extra de negociaciones en Roma que, afortunadamente, han dado sus frutos."

Pérez-Porro indicó que "esta segunda ronda de negociaciones tenía un tablero de juego todavía más complicado geopolíticamente que el de Cali. Por un lado, Susana Muhamad, ministra de Medio Ambiente de Colombia y presidenta de la COP16, anunció su renuncia como ministra a principios de febrero, lo que podía afectar negativamente a las negociaciones. Y por el otro, todo lo que está pasando en EE.UU., con políticas contrarias a la conservación y retirada de la financiación de cualquier tema ambiental."

Los temas para los que se ha llegado a un consenso en esta segunda ronda de la COP16 son los que garantizan la implementación del Marco Global de Biodiversidad. Incluyen, por un lado, la movilización de recursos y un mecanismo financiero, y por el otro, el marco de monitorización. Como siempre en este tipo de negociaciones, añadió la experta, "la ambición ha sido a la baja, pero tal y como está el mundo últimamente yo me quedo con la parte increíblemente positiva de que ahora, por fin, tenemos una hoja de ruta clara para conservar y restaurar la biodiversidad, y los recursos económicos para llevarla a cabo”.

Asimismo, Inmaculada Álvarez-Manzaneda Salcedo, investigadora posdoctoral del departamento de Ecología de la Universidad de Granada, intervino señalando que "la primera reacción de Susana Muhamad [la presidenta de la cumbre] tras la COP16 es de esperanza tras el acuerdo obtenido. Sin embargo, habrá que ver en qué se manifiestan estas medidas de financiación propuestas. Siendo conscientes de que una de las primeras causas de la pérdida de biodiversidad es la degradación de los hábitats, parece esperable y deseable que muchas de estas medidas estén enfocadas en su conservación".

Acción conjunta y urgente

Asimismo, José Prenda, catedrático de Zoología en el departamento de Ciencias Integradas de la Universidad de Huelva, afirmó que "la conservación de la biodiversidad es una necesidad perentoria que reclama la acción conjunta de todos los gobiernos y de los principales actores mundiales. La pérdida irremisible de seres vivos es a la vez síntoma y causa del deterioro planetario impulsado por el crecimiento sin freno de la especie humana. La simplificación de la biosfera, la estela de extinciones que vamos dejando tras nuestro aparente progreso en sinergias imposibles de predecir, redunda en las condiciones en que se desarrolla la vida, incluida la humana."

De ahí, añadió "la urgencia por alcanzar acuerdos que definan un marco de conservación global que siente las bases para el freno efectivo a la pérdida de especies. Al igual que ya existen mecanismos para la salvaguarda del clima, es imprescindible comenzar a arbitrar medidas en el mismo sentido para la protección efectiva de la biodiversidad. Que no solo se reduzcan emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero, sino que el estatus de especies deje de precarizarse y se inicie una estabilización, cuando no el crecimiento, de poblaciones y ámbitos de distribución de organismos amenazados."

Para Prenda, "en ello reside la importancia de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad (COP16) que se cerró anoche en Roma con un acuerdo que invita tímidamente a la esperanza. Según la presidenta de la COP16, la colombiana Susana Muhamad, se han conseguido recursos financieros, planteado como gestionarlos y definir su seguimiento. Un marco casi idílico. Las dificultades estriban en hasta qué punto se tomarán en serio gobiernos y entidades este acuerdo teniendo en cuenta el nuevo contexto sociopolítico global en el que las tendencias apuntan sin disimulo en sentido contrario."

Según este catedrático, "la descarbonización lleva aparejado un considerable desarrollo tecnológico con consecuencias directas sobre la economía que la hacen atractiva para los actores financieros. El freno y la reversión a los procesos de extinción de flora y fauna es un problema mucho más complejo, por cuanto su implementación puede exigir consideraciones particulares, especie a especie, y sus efectos financieros, aunque pudieran ser equiparables hasta cierto punto con los mercados de carbono, de momento no gozan de la misma popularidad."

Y añade que "el acuerdo logrado en Roma, de alcance modesto y consecuencias por ver, al menos establece unas condiciones de partida formales para el despegue de una eventual recuperación de la biodiversidad. Lo que no es poco. Esperemos que la buena voluntad manifestada por el reducido grupo de líderes presentes en el cierre de la cumbre no se tuerza por el peso del interés de las grandes potencias o por el imprudente desdén que solemos manifestar los humanos por otras vidas que no sean la nuestra”.

En la misma línea, Graciela Gómez Nicola, profesora titular del departamento de Biodiversidad, Ecología y Evolución (Zoología) de la Universidad Complutense de Madrid, corroboró que "después de la decepción de Colombia, lograr en Roma un acuerdo mundial para financiar la conservación de la naturaleza es, sin duda, una buena noticia. Pero el desafío más importante es que en los próximos cinco años se consiga y garantice esa financiación y que el reparto sea justo y equitativo para desarrollar el Marco Global de Biodiversidad."

Para Gómez Nicola, "el Marco no debe ser una mera declaración de intenciones; ya no nos lo podemos permitir. Tiene que avanzar y conseguir frenar el deterioro de la biodiversidad. En un sistema global lleno de incertidumbres y conflictos, los recursos económicos disponibles, que todavía son insuficientes, se tienen que emplear de una manera muy eficaz y justa, garantizando el acceso directo de los pueblos indígenas y las comunidades locales, que tienen un papel clave en la conservación de la biodiversidad”.

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