27 DE noviembre DE 2024
Juan Valero de Palma, presidente de la Federación Nacional de Comunidades de Regantes (Fenacore), que representa a más del 80% del total (unos 700.000 agricultores de toda España), presentó este 27 de noviembre su primer informe sobre los efectos de la dana en el regadío y un plan de acción frente a este tipo de fenómenos.
Valero afirmó en una rueda de prensa que los agricultores afectados por la riada han perdido todos sus ingresos, no solo de todo el año, después de haber cultivado el campo, fundamentalmente en la Comunidad Valenciana, Andalucía y Castilla-La Mancha, sino también en algunos casos los de los próximos años venideros, algo bastante diferente a los daños o pérdidas que han causado las inundaciones a otros negocios (bares, tiendas, fábricas...).
Además, añadió el responsable de Fenacores, de los daños en las cosechas de viñedo, caquis, cítricos y otras producciones, ha habido una pérdida de arbolado que en algunos casos, no se podrá recuperar ya, porque parte no saldrán adelante, o tardarán de cinco a diez años en volver a poner en producción, tras haber estado antes otros tantos años cuidándose y creciendo desde su plantación.
También se han inundado y sufrido daños, algunos irreprables, casas de guardas rurales, centros de control, almacenes, instalaciones eléctricas, automóviles, cabezales e hidrantes en las parcelas, además de haberse destruido acequias, que han terminado colmatadas de residuos, que habría que arreglar de cara a la próxima campaña de riego.
Valero de Palma señaló también que, aunque gran parte de los regantes están asegurados, Valero de Palma, la mayoría son de responsabilidad civil y contra riesgos frente a terceros, por lo que el Consorcio de Compensación de Seguros (CCS) no compensará al no contar con seguro a todo riesgo. En algunos casos, además, los daños ascienden al 80% del valor de las infraestructuras de las comunidades de regantes.
En concreto, de acuerdo a los datos recabados por la empresa EPG Salinas, a partir de los datos de 36 Comunidades de Regantes, apenas un 10% de éstas tienen las conducciones y las balsas aseguradas con daños propios.
El presidente de esta Federación, afirmó también que, con pérdidas en infraestructuras de regadío estimadas en más de 250 millones de euros, las ayudas de 170 millones para su reparación, anunciadas por el Gobierno, y no todo se destinan a ello, resultan claramente insuficientes, ha considerado Valero.
Inversión en obras hidráulicas
Juan Valero alertó también que el siniestro de la DANA ha sacado a la luz la falta de suficientes inversiones en obras de regulación en los últimos años de los anteriores planes hidrológicos, que calcula que ascienden hasta los 3.000 millones de euros.
Hasta ahora, añadió el presidente de Fenacore, solo se han ejecutado tres de cada 10 euros de la inversión prevista en esos planes, con un 29 % de las infraestructuras hidráulicas de interés general aún sin construir.
Al respecto, esta Federación ha urgido, por un lado, a acelar la construcción de las 27 presas aprobadas en dichos planes de cuenca, con los análisis económicos y ambientales que sean necesarios para minimizar los impactos de sucesos como el de finales de octubre. Recordó, por ejemplo, que el embalse de Forata, en Valencia, permitió que los daños por inundaciones no fueran mucho más elevados que los cuantificados hasta ahora.
Valero criticó que, en el caso del actual Plan Hidrológico de la Cuenca del Júcar, no esté prevista la construcción de ninguna presa (como las proyectadas de Cheste, Villamarchante, Montesa y Marquesado en el anterior plan y que en el de 2023 fueron desechadas y eliminadas del último ciclo de planificación por diferentes motivos) y, ante ello, hizo un llamamiento para revisar esta situación, llevando a cabo el pertinente análisis de coste-beneficio, que decida, después de lo visto lo sucedido en esta última DANA, si su construcción es razonables.
El responosable de Fenacore fue también crítico con el hecho de que la Administración haya presupuestado nada menos que 2.500 M€ en la Estrategia nacional de Restauración de ríos, que incluye el derribo de azudes históricos, en algunos casos abandonados y, sin embargo, haya desechado el uso de fondos para invertir en nuevas obras hidráulicas, que son más prioritarias. En el último Plan se descartó la inversión en hasta 70 embalses y presas, la mayor parte necesarias para la regulación hídrica y evitar siniestros como el de la DANA.
Los regantes, los primeros ecologistas
Valero afirmó que son necesarios fondos para la limpieza de cauces y para encauzar ríos y barrancos desde el punto de vista ambiental y, además, exige medidas económicas complementarias que ayude a los regantes, como la revisión de las tasas de cobertura de las acequias; aprovechar la reforma del plan de recuperación de la crisis, y más concreción de las indemnizaciones al sector. Aunque valoró los 444,5 M€, aprobados por decreto por parte del Gobierno en apoyo del sector agrario afectado, demandó que éstas se conceden de forma ágil y directa, que además se amplíen las zonas declaradas como catastróficas y, que se apruebe una exención transitoria de tarifas y cánones para todas ellas, y que se exima del pago de la potencia eléctrica contratada a los agricultores afectados.
Desde Fenacore se insistió en que los regantes son los primeros ecologistas, al vivir por y para el campo, admitiendo la preocupación por que el nuevo ciclo de planificación hidrológica siga dando prioridad al ecologismo y la biodiversidad, la restitución de los ríos a su régimen natural, pero sin evaluar sus efectos. Así, considera también que la nueva comisión Europea no debería primar la filosofía ambientalista sobre la planificación hidrológica, ignorando el importante papel que tiene para mitigar los efectos climáticos extremos (sequía, inundaciones) y para garantizar el abastecimiento de un recurso básico como el agua a la poblacion, así como sus beneficios de la generación de energía "limpia" hidroléctica.
Valero de Palma afirmó que "la naturaleza atenta también contra la naturaleza" y está el ejemplo de La Albufera, y advirtió que la naturaleza no puede dominar al ser humano y que son las personas las que pueden encauzarla de forma sostenible.
Fenacore pide, por último, a la Comisión, como a los Ministerios del Gobierno español con competencias en el agua y el medio ambiente, que eviten las corrientes ecologistas más radicales e impusen medidas que logren armonizar la necesaria sostenibilidad medioambiental con la seguridad y el bienestar social y económico, porque "solo asi podrán mitigarse las consecuencias climatológicas más adversas, como las provocadas por la última DANA.
Qcom-es © 2024 | Todos los derechos reservados