30 DE octubre DE 2024
Los efectos devastadores provocados por las fuertes tormentas acaecidas por la Depresión en los Niveles Altos de la Atmósfera (DANA), situada sobre la Península y Baleares en amplias zonas del área mediterránea, especialmente en la Comunidad Valenciana y algunas regiones de Andalucía, son una llamada de atención sobre la relación de estos eventos extremos con el cambio climático.
Sobre si existe dicha vinculación entre estas tormentas y el cambio climático, varios expertos han ofrecido sus reacciones al Science Media Centre España. https://sciencemediacentre.es/
Así, Ernesto Rodríguez Camino, meteorólogo Superior del Estado y miembro de la Asociación Meteorológica Española, afirmó sobre si se puede decir que tienen relación este tipo de eventos meteorológicos con el cambio climático que, “en términos generales lo que sabemos es que, en un contexto de cambio climático, este tipo de fenómenos de precipitaciones intensas y excepcionales, raras, van a ser cada vez más frecuentes y más intensos y, por lo tanto, destructivos.”
“Eso en términos generales. Eventos de este tipo que, entre uno y otro, antes pasaban muchos decenios, ahora nos podemos encontrar que los tenemos con más frecuencia y su capacidad destructiva es mayor,” añade Rodríguez Camino.
Para el meteorólogo, “asociar un evento particular como este al cambio climático, es decir, preguntarse que si no hubiésemos tenido cambio climático habríamos sufrido un evento como este, requiere estudios a posteriori y siempre se puede decir en términos probabilísticos, pero no sobre la marcha. Esto es algo que se analizará y estos casos muy destructivos o muy violentos, luego dan lugar a muchos estudios que se hacen en ámbitos académicos y de investigación.”
Respecto al papel que tienen los avisos en esos eventos extremos, Ernesto Rodríguez Camino afirma que “lo que tenemos que tener en cuenta es que los avisos se hacen para zonas relativamente amplias, a nivel de comarca, y luego las consecuencias más extremas son a nivel puntual, a nivel de municipio muchas veces, y eso depende de muchas otras cosas que no tienen que ver con la precipitación.”
Así, añade, que “los avisos que da la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) se refieren a precipitación, que es la responsabilidad de AEMET. Pero si luego esa precipitación tiene efectos más o menos destructivos, depende también de la orografía, de precipitación aguas arriba, de obras públicas, de dónde están asentados los municipios, de si hay obstáculos o no hay obstáculos... Todo eso ya es algo muy particular. Entre precipitaciones intensas y su poder destructivo, hay toda una cadena de acciones que también hay que considerar”.
Por su parte, María José Sanz, directora del BC3 (Centro Vasco de Investigación sobre Cambio Climático), afirmó al respecto que “las atribuciones siempre son delicadas. En términos generales, la corriente en chorro o “jet stream”, debido a los cambios que estamos viendo, por el cambio climático, está teniendo ondulaciones más pronunciadas. Las DANAS son zonas de bajas presiones que se aislan de esa corriente en chorro. Aunque son frecuentes, suceden más en invierno, cuando se producen estas ondulaciones.”
Además, añade María José Sanz, “como ahora mismo tenemos más cantidad de agua en la atmósfera porque los océanos están más calientes por el aumento de las temperaturas, este factor se suma al anterior y provocan fenómenos intensos.”
Al respecto, indica también que “habrá que ver qué condiciones se han dado, dónde se ha producido ese aislamiento de bajas presiones o la cantidad de evaporación, entre otras cuestiones. Y también están los ríos atmosféricos, determinadas corrientes en la atmósfera que transportan el vapor de agua. Hay estudios que indican que fenómenos extremos en California tuvieron que ver con este factor”.
Más reacciones
Desde el Reino Unido (SMC UK), Jess Neumann, profesora asociada de Hidrología de la Universidad de Reading, afirmó que “las inundaciones repentinas en España son otro terrible recordatorio del tiempo cambiante y más caótico que estamos experimentando como consecuencia del cambio climático. Las tormentas se han desarrollado como resultado del paso de aire más frío sobre el cálido mar Mediterráneo, creando inestabilidad atmosférica y trayendo consigo lluvias torrenciales.”
“Este tipo de tormentas, añadió Neumann, pueden desarrollarse rápidamente y con un aviso relativamente corto. Las comunidades locales han informado de muros de agua de hasta tres metros de altura. La pérdida de vidas humanas nos demuestra que no estamos plenamente preparados para hacer frente a tormentas como las que han azotado el sureste de España. “
Para la profesora de Hidrología, “tenemos que considerar seriamente cómo podemos diseñar mejor nuestros paisajes, pueblos y ciudades. A largo plazo, esto tendrá que incluir un rediseño radical de las zonas urbanas. Las inundaciones repentinas pueden afectar a cualquiera y en cualquier lugar. Nos tomamos muy en serio la preparación para otros peligros, como terremotos y tsunamis, con educación, simulacros y kits de emergencia. Es hora de que hagamos lo mismo con la preparación ante el riesgo de inundaciones”.
A su vez, Liz Stephens, catedrática de Riesgos Climáticos y Resiliencia de la Universidad de Reading, afirmó que “la gente no debería morir por este tipo de fenómenos meteorológicos previstos en países que disponen de los recursos necesarios para hacerlo mejor. Aunque se emitió un aviso meteorológico rojo para la región con tiempo suficiente para que la gente se alejara del peligro, un aviso rojo por sí solo no comunica cuál será el impacto y qué debe hacer la gente.”
Para Stephens, “los científicos del clima llevan años advirtiendo de que el cambio climático provocará lluvias más intensas, y las trágicas consecuencias de este suceso demuestran que nos queda mucho camino por recorrer para prepararnos para este tipo de sucesos, y peores, en el futuro”.
*Nota importante: La información y las reacciones a la misma proceden de Science Media Centre España. sciencemediacentre.es/">sciencemediacentre.es/
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