3 DE junio DE 2025
La industria alimentaria y de bebidas de la UE se encuentra en una encrucijada competitiva. Un nuevo informe de la Universidad e Investigación de Wageningen muestra que la producción de alimentos y bebidas es el motor de la cadena agroalimentaria, pero destaca importantes desafíos que amenazan su competitividad a largo plazo.
Al respecto, la industria alimentaria y de bebidas de la UE, a través de su organización europea FoodDrinkEurope, insta a la Comisión a desarrollar un plan sectorial específico.
La industria alimentaria y de bebidas de la UE emplea a 4,7 millones de personas y compra aproximadamente el 70 % de todos los productos agrícolas de la UE. Con pymes que representan el 99 % del sector, la industria apoya las economías locales e impulsa la prosperidad en toda Europa.
Sin embargo, los fabricantes de alimentos y bebidas de la UE están a la zaga de Estados Unidos y China, especialmente en innovación y productividad. Así, Estados Unidos invierte el doble en I+D, mientras que China lo hace cinco veces más.
La productividad laboral en Estados Unidos es de 130.000 euros por trabajador, más del doble de los 54.000 € de la UE.
Entre 2010 y 2021, el valor añadido de la UE creció un 50%; el de Estados Unidos, un 71%. Sin una reforma urgente, Europa corre el riesgo de perder su liderazgo global.
Los resultados confirman lo que la encuesta de directores ejecutivos de FoodDrinkEurope ya reveló en febrero: la confianza empresarial está decayendo, la carga regulatoria está aumentando y se necesitan medidas urgentes para fortalecer el mayor sector manufacturero de Europa.
Este nuevo estudio de Wageningen revela cinco áreas clave de preocupación para la industria alimentaria y de bebidas europea, con impactos en la cadena alimentaria en general:
Productividad rezagada: la productividad se sitúa un 30% por debajo de la media del sector manufacturero de la UE, a pesar de un aumento del 59% en el valor añadido desde 2008, y la inversión en I+D sigue siendo inferior a la de los competidores mundiales.
Hiperconsolidación de los minoristas: en 2023, los cuatro minoristas más grandes tenían el 60% de la cuota de mercado en todos los Estados miembros de la UE excepto uno; este alto nivel de consolidación fortalece su poder de negociación frente a los agricultores y los fabricantes de alimentos y bebidas.
El liderazgo mundial en riesgo: la UE puede ser el principal exportador agroalimentario del mundo, pero su participación global está cayendo, del 21% al 19%, mientras que las exportaciones de alimentos de China aumentaron un 83% entre 2008 y 2019.
Aumento de la presión sobre los costes de los insumos: Los altos costes de los insumos siguen presionando a los fabricantes de alimentos y bebidas, lo que amenaza las futuras inversiones en la cadena alimentaria. Además, los precios de la energía se mantienen por encima de los niveles previos a la COVID-19.
La parte media de la cadena alimentaria está bajo presión: los fabricantes de alimentos y bebidas sustentan 3,5 millones de empleos agrícolas y representan el 26,7% del valor añadido total de la cadena agroalimentaria, pero se enfrentan a presiones, apretados en la mitad de la cadena, con márgenes de beneficio más bajos en 2022.
Los consumidores están reduciendo sus gastos: entre 2021 y 2023, la cantidad de alimentos y bebidas compradas por los consumidores cayó un 7% y un 5% respectivamente, lo que pone de relieve la necesidad de apoyar el poder adquisitivo de los consumidores, restablecer la confianza económica e impulsar el mercado único.
El director general de FoodDrinkEurope, Dirk Jacobs, afirmó al respecto que "los responsables políticos pueden percibir las señales de alerta del estudio de Wageningen; no deben permitir que la industria alimentaria y de bebidas se deteriore sin darse cuenta. El sector europeo de la alimentación y las bebidas es vital, y si la UE se toma en serio la seguridad alimentaria, la sostenibilidad y la prosperidad, debe colaborar con la industria para construir una cadena agroalimentaria competitiva y resiliente".
En este sentido, FoodDrinkEurope insta a la Comisión Europea a desarrollar un plan sectorial para la industria alimentaria y de bebidas de la UE.
Ya se esperan planes para otras industrias importantes, como la siderúrgica, la química y la automovilística, mientras tanto, la mayor industria manufacturera de Europa, la alimentaria y de bebidas, sigue sin contar con uno.
Pedimos a nuestros líderes políticos que sitúen al sector alimentario y de bebidas en el centro de la estrategia industrial de la UE con un plan sectorial específico que apoye la competitividad, la innovación y una cadena de suministro de alimentos más justa y sostenible para todos.
Estudio en pdf:
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