16 DE octubre DE 2025
La revisión específica de la Directiva marco sobre residuos entró en vigor este 16 de octubre estableciendo objetivos vinculantes de reducción del desperdicio de alimentos para los Estados miembros.
Según la Comisión Europea, la revisión de esta normativa, de traslación y cumplimiento obligatorios por parte de los Estados miembros de la UE, ayudará a reducir los residuos, mitigar el daño ambiental y mejorar la seguridad económica y la resiliencia de la UE impulsando la innovación en prácticas sostenibles y reduciendo la dependencia de las materias primas, en consonancia con la Brújula de Competitividad y la Agenda Estratégica de la UE para 2024-29.
En el caso del sector alimentario, la Directiva marco revisada sobre residuos introduce objetivos vinculantes de reducción del desperdicio de alimentos que los Estados miembros deberán alcanzar, lo que supone un paso significativo hacia la reducción del impacto ambiental, social y económico del desperdicio de alimentos en la UE.
Los Estados miembros deben reducir el desperdicio de alimentos en un 10% en el procesamiento y la fabricación, y en un 30% per cápita en el comercio minorista y el consumo para 2030, lo que incluye restaurantes, servicios de alimentación y hogares.
Para alcanzar estos objetivos, los Estados miembros deberán evaluar y adaptar sus programas de prevención del desperdicio de alimentos. Esto implica medidas para apoyar intervenciones de cambio de comportamiento, concienciar sobre la prevención del desperdicio de alimentos y promover la innovación y las soluciones tecnológicas. También se incluyen medidas que aborden las ineficiencias en la cadena de suministro de alimentos y fomenten la cooperación entre los actores.
Además, la Directiva revisada introduce medidas reforzadas para facilitar la donación de alimentos, exigiendo a las empresas alimentarias pertinentes que propongan acuerdos de donación a los bancos de alimentos y otras organizaciones de redistribución de alimentos.
Para supervisar los avances, la Comisión realizará una revisión exhaustiva antes de 2027. Esta incluirá un estudio para comprender mejor las causas fundamentales de la pérdida y el desperdicio de alimentos en la producción primaria.
La revisión también considerará la posibilidad de modificar los objetivos de 2030 y establecer nuevos objetivos más allá de 2030, extendiéndose potencialmente hasta 2035.
La Directiva revisada exige que la Comisión adopte normas de aplicación para tener en cuenta las variaciones en los flujos turísticos en la reducción del desperdicio de alimentos lograda por los Estados miembros.
Próximos pasos
Los Estados miembros tendrán 20 meses para transponer la Directiva revisada a las legislaciones nacionales y, al respecto, deberán designar a las autoridades competentes encargadas de coordinar las medidas para prevenir la generación de desperdicio de alimentos antes del 17 de enero de 2026 y adaptar sus programas de prevención del desperdicio de alimentos en función de las medidas necesarias antes del 17 de octubre de 2027 .
La CE recuerda que en julio de 2023, la Comisión propuso una modificación específica de la Directiva marco sobre residuos, centrándose en los residuos textiles y alimentarios.
La Directiva revisada tiene como objetivo fortalecer aún más la contribución de la UE a la meta 12.3 del Objetivo de Desarrollo Sostenible, en consonancia con el Plan de Acción de Economía Circular de la UE .
Los datos notificados por los Estados miembros y publicados por ESTAT desde 2020 hasta 2023 muestran niveles significativos de desperdicio de alimentos y, hasta la fecha, no se observa una clara tendencia a la baja.
Por lo tanto, la Directiva revisada representa un gran avance para abordar este problema y ofrece una oportunidad crucial para que la UE retome el rumbo hacia el logro de sus objetivos.
Alrededor de 130 Kg/per capita en la UE
Según la Oficina de Estadística de la Unión Europea (Eurostat), en 2023 se desperdiciaron alrededor de 130 kilogramos de alimentos por persona y añoi en la UE.
En total, la Unión generó 58,2 millones de toneladas de desperdicio alimentario, que incluye partes comestibles y no comestibles, lo que indica un ligero aumento del 0,7 % en comparación con 2022 (57,8 millones de toneladas).
Los residuos domésticos representaron más de la mitad del desperdicio alimentario total (53%), el equivalente a 69 kg por habitante.
Otro 47% restante se generó en las etapas posteriores de la cadena alimentaria: así, el 19% provino de la fabricación de productos alimenticios y bebidas (24 kg por habitante), el 11% en restaurantes y servicios de alimentación (14 kg por habitante), el 10% en la producción primaria (12 kg por habitante) y el 8% en la venta minorista y otros tipos de distribución de alimentos (10 kg por habitante).
La Directiva Marco sobre Residuos 2008/98/CE (actualizada recientemente por la Directiva 2025/1892, que la modifica), establece la obligación de informar anualmente sobre las mediciones de los niveles de desperdicio de alimentos por sector de actividad, según la clasificación estadística de actividades económicas de la Comunidad Europea (NACE Rev. 2), y por hogares.
La Decisión Delegada (UE) 2019/1597 de la Comisión define la metodología común y los requisitos mínimos de calidad para la medición uniforme de los niveles de desperdicio de alimentos, y la Decisión de Ejecución (UE) 2019/2000 de la Comisión establece el formato de los informes.
El desperdicio de alimentos consiste en partes de alimentos destinadas a ser ingeridas (alimentos comestibles) y partes de alimentos no destinadas a ser ingeridas (alimentos incomestibles).
El desperdicio de alimentos es cualquier alimento que se haya convertido en residuo en las siguientes condiciones: ha entrado en la cadena alimentaria, ha sido retirado o descartado de ella, o en la etapa de consumo final, está destinado a ser procesado como residuo.
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