21 DE noviembre DE 2024
En un encuentro mantenido con periodistas especializados señalaron que las noticias falsas ("fake news") o incorrectas, que se viralizan rápidamente a través de las redes sociales, más si cabe cuando no se corresponden siquiera alertas alimentarias por los cauces oficiales, impacta en la reputación de las empresas afectadas y en sus ventas, así como en la confianza del consumidor a corto plazo.
El sector se muestra muy preocupado ante el incremento de estrategias de desinformación por parte de organizaciones con intereses particulares o espúreos, que tratan de generar un clima de "alerta constante" y dañan la reputación de las empresas y de los productos agroalimentarios.
Estas fuentes apuntaron, por ejemplo, el caso de las fresas marroquiés, sobre las que se difundió el bulo de que habían entrado ya en el mercado español contaminadas, cuando no fue así al detectarse la alerta antes de su distribución. Según sus datos, esta noticia falsa supuso un impacto de entre un 5 % y el 10 % de las ventas de las fresas en los supermercados que, además, se manifiestan sobre todo de producto español.
Al respecto, a pesar de que el sistema de detección y alertas alimentarias funcionó, la deficiente gestión de la información tuvo un impacto no justificado en la confianza de los consumidores y, por ende, en las cifras de ventas.
Estas mismas fuentes pusieron también por ejemplo la presencia de un cuerpo extraño (plástico) en chocolates, que se difundió según los procedimientos por los sistemas oficiales unos 51 días después de que se solucionara y, pese a todo, tuvo un efecto en los lineales de la distribución.
Con la premisa de que el riesgo cero no existe en seguridad alimentaria y de que España y la UE cuenta con uno de los sistemas más seguros en este ámbito, desde la distribución se urgó también a abordar esta situación de forma lo más coordinada posible entre todos los sectores afectados -Administraciones competentes, medios de comunicación y empresas-, en un intento de frenar las desinformaciones que van en aumento y ante la que, aseguraron estas fuentes, se sienten indefensos.
Bienestar animal
También se comentaron aspectos sobre la relación entre el bienestar de los animales, donde se ha avanzado mucho en los últimos años, y se puede avanzar mucho más , y la seguridad alimentaria, y aunque lo primero forma parte de lo segundo, no es algo que se considere determinante, a pesar de que el sector ganadero también ha sufrido múltiples casos de desinformación en esta campo por parte de asociaciones u organizaciones, cuyos intereses sobre el papel es la defensa de los animales.
En relación a si los alimentos importados cumplen o no con las mismas exigencias que los del mercado nacional, estas mismas fuentes señalaron que los requisitos de entrada a nuetro mercado en lo que respecta a la seguridad alimentaria, tiene que ver con el Límite Máximo de Residuos (LMR), que es el mismo que el que se exige a los productos de aquí, aunque el modelo productivo del país de origen sea otro respecto al comunitario.
En este sentido, señalaron que sería necesario, y así se lo trasladaron al Gobierno en el debate sobre la Estrategia Nacional de Alimentación (ENA) en elaboración, que sería necesario incluir alguna medida sobre liderazgo en la gestión de la comunicación sobre riesgos y seguridad alimentaria, y también confirmaron, que a instancias de nuestro país se ha creado un grupo de trabajo específico en Bruselas para abordar este asunto a escala comunitaria.
Este, el de la falta de unidad o liderazgo en la comunición sobre seguridad alimentaria es lo que ha conllevado a una incesante alerta de riesgos, la mayoría de ellos infundados, y que resta credibilidad a las notificaciones que son importantes, creando un caldo de cultivo, del que se alimentan tácticas e intereses de desinformación de algunas organizaciones, con el resultado de un daño, a veces irreparable, de la reputación del conjunto de la cadena alimentaria y de la credibilidad en el sistema de seguridad alimentaria de nuestro país.
La información sobre seguridad alimentaria es competencia de varias Administraciones (europeo, estatal y autonómica) y obdede a una serie de protocolos estrictas que aseguran una correcta gestión de las alertas para evitar riesgos. En nuestro país, la red de alertas alimentarias está coordinada por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria, en coordinación con las Comunidades Autónomas.
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