4 DE marzo DE 2025
El presidente estadounidense, Donald Trump, anunció a última hora del lunes que impondrá aranceles a las importaciones de productos agrícolas a partir del próximo mes del 2 de abril, sin argumentar los motivos, siendo su última amenaza sobre barreras comerciales a los bienes que otros países venden en Estados Unidos y tras entrar en vigor este martes 4 de marzo los aranceles a México, Canadá y China.
En un mensaje en su red social, Truht Social, Trump lanzó un nuevo exabrupto, señalando que "a los grandes agricultores de Estados Unidos: prepárense para empezar a producir mucho más producto agrícola para vender DENTRO de Estados Unidos. Los aranceles se aplicarán a los productos externos el 2 de abril. ¡Disfrutad!"
Por el momento, Trump no detalló qué productos agroalimentarios se verán afectados ni si o no excepciones para algunos de ellos o por países.
Algunas fuentes indicaron que esas medidas de retorsión arancelaria, si finalmente se cumplen, podrían volverse en contra de Estados Unidos y, más en concreto, como sucedió en su anterior etapa presidencia, contra los agricultores y ganaderos que Trump dice defender.
De hecho, China respondió a las nuevas tasas arancelarias norteamericanas imponiendo aranceles de hasta el 15% a productos agrícolas de Estados Unidos, que son cruciales en su balanza comercial con el exterior, reaccionando a las nuevas medidas de Trump que, en algunos productos suponen tasas de hasta el 45%. Así, las tarifas de China afectarán a las exportaciones de cane de pollo, trigo, maíz y algodón. Además, más de 20 empresas estadounidenses fueron incluids en una "lista negra" por parte del gigante asiático.
China advirtió que continuará adoptando medidas similres si Estados Unidos decide seguir escalando el conflicto comercial, dejando claro su disposición a participar hasta el final de esta controversia económica entre ambas potencias.
A cierre de esta edición, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, anunció la imposición de aranceles del 25% sobre productos de Estados Unidos y la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, esperará hasta el domingo 9 de marzo para dar una respuesta de similar calibre, que afectará de lleno a las exportaciones de su vecino del Norte.
Estados Unidos exporta alimentos y materias primas sobre los que tiene grandes excedentes, como soja, maíz o productos lácteos. Su balanza comercial agrícola en 2023 fueron 193.000 millones de dólares de bienes importados, frente a más de 174.000 millones exportados, con lo que la diferencia tampoco es demasiado amplia.
El presidente calificó en varias ocasiones los aranceles como "la palabra más hermosa en el diccionario" y los está utilizando como amenaza y, sobre todo, herramienta de negociación tanto en su primer mandato (2017-2021) como en el actual, con el fin de obtener posteriormente concesiones en comercio, migración y seguridad.
Este martes 4 de marzo se empezó a aplicar un arancel adicional del 10 % a productos chinos, elevando así la carga impositiva al 20 % sobre esos bienes, tras el otro 10% de hace un mes. Unas medidas se suman a los gravámenes impuestos durante su primer mandato sobre más de 300.000 millones de dólares en productos chinos, que en su mayoría siguen vigentes.
Además, han entrado en vigor también los aranceles del 25 % a las importaciones de México y Canadá, y anunció nuevos aranceles del 25 % sobre el acero y el aluminio, cuya entrada en vigor está prevista para el 12 de marzo.
En el pasado mes de febrero Trump anunció la imposición de "aranceles recíprocos" a los países que graven productos estadounidenses o apliquen lo que Washington considere como algún tipo de barrera, entre ellas considera el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA), que aplican la mayoría de los países desarrollados, con el objetivo de igualar las tarifas que esas naciones aplican a las exportaciones de Estados Unidos y con Unión Europea, entre los principales afectados.
Por si fuera poco, esos impuestos se sumarían a los que están ya en vigor, por lo que finalmente los tipos aplicados pueden ser de tal magnitud, que impedirían cualquier exportación de los bienes hacia el mercado norteamericano.
Algunas analistas señalan que la nueva amenaza de Trump tiene que ver con su reciente decisión de suspender la financiación a la USAID, la agencia norteamericana de ayuda internacional, que ha llevado a un creciente descontento a los agricultores de Estados Unidos, que vendían productos por valor superior a los 500 millones de dólares al Gobierno de Estados Unidos para su envío como ayuda humanitaria a países vulnerables, principalmente de África.
Distorsión del mercado
Las primeras reacciones ante la nueva amenaza de Trump no se han hecho esperar. Así, el director adjunto de la Asociación Española de la Industria y el Comercio Exportador del Aceite de Oliva (Asoliva), Rafael Pico, alertó sobre que cualquier arancel lo único que hace es distorsionar el mercado y que es el consumidor norteamericano sea quien sufra finalmente una posible subida de precios.
España exporta a Estados Unidos productos agroalimentarios de algo más de 3.500 millones de euros (datos Datacomex 2024), y un 30% y algo más de 1.000 millones son por la exportación de aceite de oliva a ese destino.
Pico recordó que Trump pidió un informe a su Departamento de Comercio sobre la balanza que tiene Estados Unidos en el sector agroalimentario con la Unión Europea, un documento que tiene que estar listo para el 1 de abril.
Según el director de Asoliva, como en principio se impondrían aranceles a los aceites de oliva de todo origen, al final quien lo pague será el consumidor americano y que este producto al resultar más caro, perdería competitividad frente a otro tipo de aceites vegetales (canola, colza, soja, girasol, aguacate, cacahuete...etc.) mucho más económicos.
Desde la patronal de la industria alimentaria, FIAB, se reafirmó su postura como firmes defensores del libre comercio, apuntando que medidas como la imposición de aranceles son limitantes y crean unas barreras que en nada benefician al conjunto de la economía.
Qcom-es © 2025 | Todos los derechos reservados