25 DE noviembre DE 2024
El presidente electo estadounidense, Donald Trump, eligió este sábado 23 de noviembre a Brooke L. Rollins, como nueva secretaria del Departamento de Agricultura de Estados Unidos.
Definida por el mandatario republicano como "una patriota leal", Rollins, que nació hace 52 años en un área rural de Texas, tendrá a su cargo a casi 100.000 empleados del USDA, compuesto por 29 agencias y oficinas.
Según dijo el presidente electo en un comunicado de su equipo de transición"como nuestra próxima secretaria de Agricultura, Brooke (Rollins) encabezará el esfuerzo para proteger a los agricultores estadounidenses, que son verdaderamente la columna vertebral de nuestro país, pese a que pocos días antes había sonado para este cargo la senado por Georgia, Kelly Loeffler.
Trump destacó que Rollins ha pasado los últimos cuatro años defendiendo las políticas de "nuestra agenda America First (EE.UU. primero), como fundadora y directora ejecutiva del America First Policy Institute (AFPI) y America First Works (AFW), desde donde ayudó a crear un equipo de patriotas leales."
También recordó que su nominada formó parte de su Consejo Asesor Económico en 2016 y fue directora del Consejo de Política Nacional, directora de la Oficina de Innovación Estadounidense y asistente del Presidente para Iniciativas Estratégicas.
Según recalcó Trump, "hizo un trabajo increíble durante mi primer mandato... en estos puestos, ayudó a desarrollar y gestionar la agenda de política nacional transformadora de mi Administración."
Rollins sería la segunda mujer en estar a cargo del USDA, después de Ann Veneman, que trabajó para el Gobierno de George W. Bush. (2001-2009).
De ser confirmada por el Senado, Rollins participará en la renegociación del acuerdo comercial entre Estados Unidos, México y Canadá, que se realizará el próximo año, y lidiar con la promesa del presidente electo de establecer aranceles a ciertos productos agrícolas. Tambien deberá afrontar la revisión de la actual Ley Agraria (Farm Bill), cuya vigencia finalizó en 2018 y se ha ido prorrogando hasta septiembre de este año.
Farm Bill
El Congreso de Estados Unidos, cuando se constituya en el próximo mes de enero, se verá obligado a estudiar una prórroga de al menos un año de la Ley Agraria americana, puesto que su última versión, que fue aprobada en 2018 y ya prorrogada durante un año, hasta 2023, expiró el pasado 30 de septiembre.
Como el Partido Republicano se hizo tras elecciones del pasado 5 de noviembre con el control de ambas Cámaras del Congreso, deberá esperar hasta al menos principios de 2025 para volver a reanudar los debates sobre una reforma de Farm Bill, que se espera de mayor alcance y que aumente las subvenciones a los agricultores, con el fin de responder al incremento de los precios de las materias primas y de los costes de los insumos o medios de produccion.
Fuentes del sector no descartan que con Donald Trump como nuevo presidente de Estados Unidos podrían necesitarse fondos adicionales para compensar a los agricultores en caso de que este imponga nuevos aranceles al comercio con otros países, lo que podría dar lugar, como sucedió ya en su anterior mandato, a que se produjeran represalias comerciales en forma de tasas o gravámenes impositivos sobre las exportaciones estadounidenses de algunos productos agrícolas.
La presencia de Donald Trump en la Presidencia de Estados Unidos podría poner en riesgo también los esfuerzos realizados y las medidas adoptadas en los últimos cuatro años en la lucha contra el cambio climático, en la que de alguna manera se apoyó a los agricultores para que redujesen sus emisiones de gases de efecto invernadero.
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