26 DE septiembre DE 2025
La Comisión Ejecutiva de la Federación Española del Vino (FEV), reunida en Sant Sadurní d’Anoia, abordó entre otros asuntos el desarrollo de la nueva campaña vitivinícola 2025/26, marcada por una vendimia que ya está generalizada en buena parte del país y que será corta, aunque de gran calidad, y anormalmente avanzada en el calendario.
En línea con otras proyecciones que se han ido anunciado en las últimas semanas, la asociación bodeguera anticipa una cosecha de vino y mosto en torno a un 10-15% por ciento inferior a la del año anterior, que se cerró en 36,8 Mhl, es decir, entre 31,3 Mhl y 33,12 millones, muy lejos de los 40 millones que se alcanzaron, por ejemplo, en 2021 o 2022.
Con todo, esta es una cifra global que difiere mucho según las distintas regiones vinícolas, según la patronal del sector, ya que en algunos territorios se podían dar caídas de hasta el 40% o el 50% en la producción, motivadas por fuertes olas de calor, sequías o algunas enfermedades de la vid como el mildiu.
Para la Comisión Ejecutiva de la FEV estas cifras recuerdan que la actividad vitivinícola está absolutamente ligada a la climatología y pone de manifiesto la necesidad de actuar con firmeza en medidas de adaptación a los efectos del cambio climático para asegurar la producción y la sostenibilidad futura del sector.
Ley de la Cadena
Los bodegueros representados por la FEV han querido también salir al paso y dar respuesta a todas las manifestaciones, calificadas de "desproporcionadas" e "infundadas" que las organizaciones agrarias han venido realizando en distintos medios de comunicación, desde que comenzase la vendimia y recordaron que sus bodegas asociadas cumplen de manera escrupulosa con la Ley de la Cadena Agroalimentaria.
Un cumplimiento que este año, debido a los recortes esperados en la producción, está provocando incrementos significativos en el precio de la uva para cumplir con la obligación de cubrir el coste efectivo de producción y compensar, en algunos casos, los bajos rendimientos de los viticultores, recalca la FEV en clara contradicción con lo denunciado por organizaciones agrarias de algunas zonas vitivinicolas (Rioja, Ribera del Duero, Rueda, Galicia, Comunidad Valenciana, etc.).
El incremento de costes de aprovisionamiento de materia prima, como es lógico, provoca a su vez un impacto en el resto de la cadena de valor del sector.
A este respecto, la FEV reclama a la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA) cierta flexibilidad y una reflexión sobre algunos aspectos de la Ley, ya que, a su juicio, "es prácticamente imposible prever contractualmente una situación de escasez sobrevenida, como la que se afronta este año en algunas zonas de España, y la Ley no permite la modificación del precio pactado al alza una vez entregada la uva, que es cuando realmente se conoce la merma sobre la producción esperada."
Esta situación, concluye la FEV, "podría perjudicar potencialmente a bodega, ya que en contra de su voluntad podría estar incumpliendo la norma al no llegar a cubrir con el precio pactado previamente el coste efectivo de producción. Pero también al viticultor, que cobraría menos de lo que el comprador querría pagar, debido a la merma en la cantidad final de uva entregada."
Qcom-es © 2025 | Todos los derechos reservados