27 DE febrero DE 2025
La Alianza por la Competitividad de la Industria Española*
La aplicación de las medidas propuestas para impulsar la reindustrialización va a depender del compromiso de los Gobiernos de la UE
La Alianza por la Competitividad de la Industria Española, en la que se inserta la patronal empresarial de la Alimentación y Bebidas (FIAB), coincide plenamente con la visión manifestada el pasado 26 de febrero por la Comisión Europea sobre que “la industria es epicentro de la identidad y de la competitividad europeas, y ante el actual contexto geopolítico y la ralentización de nuestra economía, Europa debe abordar con medidas concretas los retos que implica el impulso de la competitividad de nuestra industria”.
Consideramos el paquete de medidas presentado por la Comisión Europea como un primer paso “decisivo e ilusionante”, pero subrayando que analizaremos en detalle cada uno de los puntos abordados por Bruselas para evaluar y valorar plenamente el alcance de las distintas medidas propuestas.
No obstante, estimamos que la efectividad de las medidas queda condicionada a la voluntad y el compromiso de los Estados miembros en la ejecución del margen de actuación que se les otorga para impulsar sus sectores industriales.
Con todo ello, damos la bienvenida a este enfoque comunitario dado por Bruselas para impulsar la reindustrialización, pero consideramos fundamental que los Estados, y España en particular, actúen con compromiso, para evitar que se produzca una distorsión competitiva de la UE dada por el mayor o menor impulso que unos u otros países den al proceso.
En términos generales, según destaca Carlos Reinoso, portavoz de la Alianza, “consideramos que las medidas anunciadas en torno al abaratamiento de la energía son determinantes, pues como venimos advirtiendo, “el mayor coste energético en la UE deja en desventaja a las empresas industriales europeas frente a otros competidores internacionales”.
A eso hay que sumar el objetivo irrenunciable, pero costoso, de la descarbonización. Más aún frente al abandono de los compromisos climáticos por parte algunos países, lo que amenaza aún más la competitividad de la industria europea.
Para evitar esas desventajas, además de incentivar fiscalmente las inversiones industriales orientadas a la descarbonización, Europa debe también flexibilizar los plazos y garantizar la neutralidad tecnológica.
Reinosa valora que “mejor es cumplir algo más tarde, que no cumplir”, y acometer las inversiones necesarias para descarbonizar la industria y mantener su competitividad es algo “más que complejo”.
En este sentido, apostamos porque tanto Europa como los Estados miembros garanticen la neutralidad tecnológica a las empresas industriales. Algo que por el momento no está sucediendo.
Amberes como reacción
En esta línea, consideramos que, en términos generales, se está avanzando en la dirección marcada, justo ahora hace un año, por la Declaración de Amberes, de la que la Alianza es firmante y a la que se unió con el objetivo de impulsar la complementación del Pacto Verde Europeo con un Acuerdo Industrial Europeo.
La Declaración de Amberes supuso, en nuestra opinión, una potente palanca que hizo que la UE reaccionara. En ella, el sector privado alzó la voz, y Bruselas escuchó con atención. Para Reinoso, “esta Declaración ha sido, sin duda, el espaldarazo que faltaba para que la UE se pusiese manos a la obra”.
El hecho de que, tras la presentación de propuestas, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se reúna con los firmantes de la Declaración de Amberes, avala la importancia que Bruselas da a las propuestas presentadas por el sector, uno de los actores clave en el impulso al necesario proceso de reindustrialización de Europa.
Simplificación administrativa
A falta de revisar en detalle las medidas propuestas, también vemos relevante el paquete de reformas dirigidas a reducir la carga administrativa de las empresas europeas y mejorar su competitividad dentro del mercado global.
Se trata de “un paso necesario” para corregir la desaceleración que en las últimas décadas ha sufrido la industria europea frente al ritmo de otras grandes economías, debido a una brecha continuada en el aumento de la productividad.
Seguir en éste, como en otros aspectos, las tesis establecidas por el informe Draghi es esencial para dar el vital impulso que requiere el proceso de reindustrialización sostenible que la UE requiere.
Financiar la descarbonización
El anuncio por parte de Bruselas de financiar los procesos de descarbonización industriales ha sido bien acogido por parte de la Alianza, porque llevamos años reclamando recursos financieros ante las “ingentes” inversiones que conlleva la descarbonización de la industria. “Y más aún ante la guerra comercial que puede desatar la política proteccionista iniciada por Donald Trump”, añade Reinoso, dado que la política arancelaria activada por Estados Unidos generará pérdidas para todos los actores involucrados, afectando la competitividad y el equilibrio del mercado.
“Si no somos competitivos en ese escenario, apunta Reinoso, no saldremos bien clasificados en la carrera por el liderazgo comercial, más aún cuando otros corredores parten con ventaja, al no atender a la cuestión climática”.
La Unión Europea debe actuar con cohesión, evitando asimetrías que perjudiquen a ciertos sectores o países para encontrar soluciones que minimicen impactos negativos y favorezcan un comercio justo y equilibrado.
*La Alianza, constituida por ANFAC (automoción), AOP (refino), ASPAPEL (papel), FEIQUE (química y farmacia), FIAB (alimentación y bebidas), OFICEMEN (cemento), PRIMIGEA (materias primas minerales), SERNAUTO (componentes de automoción) y UNESID (siderurgia) representa al 60% del Producto Industrial Bruto de España.
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