12 DE abril DE 2023
Redacción Qcom.es
Un universo de variedades y formatos permiten degustar un alimento único, marcado por la excelencia, la tradición y la historia, que no sólo está muy rico y gusta a toda la familia, sino que además es nutritivo, digerible, y por qué no decirlo: saludable. Hablamos del queso de origen nacional.
Porque más allá de muchos mitos, bulos y malentendidos, el queso es un alimento muy completo que nos invita a “quesear” cada día. Entre las bondades del queso cabe destacar que contiene proteínas de alto valor biológico y es uno de los alimentos con mayor concentración de calcio (hasta el punto de que, una sola porción de 100 gramos equivale al requerimiento diario de una persona adulta). El queso es, de igual forma, un alimento rico en vitaminas A, D, B12, B9 (ácido fólico), B1 (tiamina) y B2 (riboflavina). Un argumento saludable que no es baladí para “amar” el queso y mantenerlo en el marco de la dieta mediterránea o atlántica.
De hecho, las principales guías en alimentación recomiendan tomar entre dos y cuatro raciones de lácteos al día, dependiendo de la edad y circunstancias de cada colectivo, con los quesos como una opción que no debemos obviar. En concreto, una ración de leche equivaldría a 200-250 mililitros (una taza o vaso), mientras que la ración de yogur serían 250 gramos (2 yogures). Por lo que respecta a los quesos, la porción de semicurado o curado recomendada rondaría los 30 gramos y, la de queso fresco, sobre 60 gramos.
De esta forma, los quesos deben formar parte de la ingesta de una media de tres lácteos al día, que es la recomendación que realizan desde la Fundación Española de la Nutrición (FEN) o desde el Comité Científico de la Organización Interprofesional Láctea (InLac).
Pero no solamente podemos tomarlos en crudo, ya que el queso es uno de esos ingredientes que se adaptan como un guante a mil y una recetas muy apetecibles, aprovechando en muchos casos los alimentos de temporada como las fresas y los frutos rojos, que destacan estos días en las fruterías, en todo su esplendor. Así, por ejemplo, ¿por qué no aprovechar para preparar una rica tarta de queso con fresas o frutos del bosque de nuestra tierra?
La receta es muy sencilla: sólo nos hará falta un poco de queso de untar, nata líquida, leche, mantequilla, cuajada, galletas y azúcar. Todo, con las fresas de temporada como uno de los ingredientes que maridan a la perfección con los lácteos.
Pero hay mucho más, porque un postre casero con queso marca la diferencia en cualquier hogar o restaurante. Quizás una propuesta no demasiado conocida es la sabrosa y original tarta de queso japonesa, con el queso crema de origen nacional como emblema lácteo, junto a la mantequilla tan esencial para construir los mejores postres.
Por otra parte, las temperaturas irán subiendo en las próximas semanas e invitará a disfrutar de espectaculares postres muy fríos, que podemos preparar en casa de forma fácil y rápida, como el helado casero de queso y arándanos. Consciente del potencial que ofrece el enorme abanico de quesos de origen nacional, desde la Organización Interprofesional Láctea (Inlac), desarrollan la ambiciosa campaña de información “Quesea” para divulgar este patrimonio gastronómico de excepción, que no todos los consumidores conocen.
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