20 DE enero DE 2025
La Oficina Nacional de Prospectiva y Estrategia del Gobierno presentó el informe HispanIA 20240 sobre cómo la inteligencia artificial está mejorando y mejorará aún más nuestro bienestar futuro. En el caso del sector agrario cambiará la manera de gestión de las explotaciones, y mejorará el ahorro aumentando la eficiencia, por ejemplo, en el uso de agua y de otros insumos (fertilizantes, fitosanitarios...etc.).
Al respecto, se señaló que la Inteligencia Artificial (IA) es una de las innovaciones tecnológicas con mayor potencial para transformar nuestra sociedad en el futuro. Como lo fue la electricidad, internet o el motor de combustión en su momento, la IA está llamada a convertirse en una tecnología de alcance general capaz de redefinir industrias enteras, elevar nuestra productividad y modernizar nuestro estado de bienestar, entre otras cosas.
Hasta la fecha, según esta Oficina, se han publicado multitud de estudios sobre cómo impulsar su adopción en el tejido productivo y los servicios públicos de todo el mundo. Sin embargo, ninguno ha abordado de forma integral cómo la IA nos puede ayudar a resolver algunos de los principales desafíos que tendremos que navegar durante las próximas décadas. Este es el propósito de HispanIA 2040: entender cómo la IA puede aumentar nuestro bienestar futuro y qué decisiones debemos tomar para que así sea.
El estudio analiza las oportunidades y los retos que presenta el despliegue de la IA para afrontar los cinco desafíos principales que tiene la sociedad española a largo plazo, como son modernizar el tejido productivo; fortalecer el estado de bienestar; alcanzar la sostenibilidad medioambiental; reforzar los sistemas de seguridad y la defensa, reducir la desigualdad
Lo hace reconociendo, además, la enorme incertidumbre que hay en torno a la capacidad de la IA para aproximarse a la inteligencia humana, y ofreciendo una visión transformadora pero realista de lo que esta tecnología puede suponer para nuestro país de aquí a 2040. Para ello, se han priorizado las aplicaciones para las que existe evidencia empírica, y se ha cuantificado su impacto dada la posición de partida de España en cada uno de los desafíos anteriores.
Más en concreto, egún se recoge en el documento, La IA también nos ayudará a mejorar la gestión del agua. En el mundo ya hay sistemas inteligentes capaces de detectar fugas y episodios de contaminación en las redes de distribución y de reducir este tipo de incidencias hasta en un 70%.
Si los instalásemos en nuestras ciudades, podríamos ahorrar unos 486 hectómetros cúbicos al año; suficiente para satisfacer el consumo doméstico de toda Andalucía.
En el campo, las ganancias serían aún mayores. Existen sistemas de riego gestionados por IA que ajustan el goteo de forma automática según la humedad del suelo, la meteorología y el tipo de cultivo, reduciendo el desperdicio y logrando un ahorro hídrico de hasta el 20%.
Solo con instalar estos sistemas en el 15% de nuestras explotaciones agrarias, lograríamos un ahorro anual equivalente a dos veces el consumo de la ciudad de Madrid, aliviando el fantasma de la sequía en muchos territorios.
De aquí a 2040, los agricultores también podrán usar la IA para conocer en tiempo real la salud de sus cultivos a través del análisis de imágenes satelitales, ajustar los tiempos de cosecha, determinar la cantidad óptima de fertilizantes y pesticidas, y trabajar sus campos con tractores, cosechadoras y drones autónomos, todo lo cual les ayudará a reducir sus costes de producción, compensar la falta de mano de obra en el mundo rural, y minimizar su huella ambiental.
Otra de las posibilidades que ofrece la IA es que nos servirá para entender y afrontar mejor los efectos del cambio climático. La incorporación de esta tecnología a los modelos medioambientales los hará ganar precisión y capacidad predictiva a largo plazo, y sofisticará los sistemas de alerta temprana mediante la identificación de patrones típicos de eventos extremos como huracanes, DANA u olas de calor antes de que se produzcan.
No todo son ventajas
Naturalmente, no todo serán ventajas. El desarrollo de la IA también plantea retos adicionales a nuestros ecosistemas. El entrenamiento y el uso de grandes modelos de lenguaje es relativamente intensivo en el consumo de recursos naturales. El año pasado, solo el uso de ChatGPT en España consumió unos 15 millones de KWh de electricidad (el equivalente a 4.000 hogares) y unos 112 millones de litros de agua (lo mismo que el mantenimiento de 48 piscinas olímpicas).
Más elevada es la demanda de energía y materias primas que requiere la fabricación y el mantenimiento de los equipos informáticos que alimentan la IA.72 Un centro de datos de tamaño medio necesita tanta agua como tres hospitales juntos y la producción de un microchip requiere de unos 8.000 litros de agua ultrapura.73 Aunque de aquí a 2040 el aumento esperado en el número de usuarios podría multiplicar por varias veces estos consumos, existe consenso que gran parte del despliegue de la IA se producirá a través de modelos y centros de datos más pequeños, capaces de adaptarse mejor a las necesidades particulares de cada sector de actividad y cuyo consumo de recursos será significativamente menor.
HispanIA 2040 también recoge doce líneas prioritarias de actuación para facilitar la adopción de la IA, mejorar nuestras capacidades internas de desarrollo y garantizar que su uso se produzca siguiendo principios éticos y responsables.
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