30 DE enero DE 2025
La Oficina Nacional de Prospectiva y Estrategia del Gobierno presentó el pasado 20 de enero el informe HispanIA 2040 sobre cómo la inteligencia artificial está mejorando y mejorará aún más nuestro bienestar futuro. En el caso del sector agrario cambiará la manera de gestión de las explotaciones, y mejorará el ahorro aumentando la eficiencia, por ejemplo, en el uso de agua y de otros insumos (fertilizantes, fitosanitarios...etc.).
Apunta el informe que en el mundo ya hay sistemas inteligentes capaces de detectar fugas y episodios de contaminación en las redes de distribución y de reducir este tipo de incidencias hasta en un 70%. En el campo, las ganancias serían aún mayores. Existen sistemas de riego gestionados por IA que ajustan el goteo de forma automática según la humedad del suelo, la meteorología y el tipo de cultivo, reduciendo el desperdicio y logrando un ahorro hídrico de hasta el 20%.
Solo con instalar estos sistemas en el 15% de nuestras explotaciones agrarias, lograríamos un ahorro anual equivalente a dos veces el consumo de la ciudad de Madrid, aliviando el fantasma de la sequía en muchos territorios. Entrevistamos para la ocasión a Pablo Rodríguez, portavoz del GT de IA de la Federación Nacional de Comunidades de Regantes (Fenacore).
Qcom.es-. La Federación estima que la aplicación de la IA en la agricultura permitirá ahorrar hasta un 10% de agua para riego sin comprometer la producción y el rendimiento de los cultivos. ¿Cómo se llega a estimación?
Pablo Rodríguez-. En Fenacore llevamos años colaborando con distintas comunidades de regantes en la implantación de sistemas inteligentes de riego, basados en el análisis de datos. Nuestra estimación se deriva de experiencias “piloto” y mediciones reales realizadas en explotaciones de diferentes zonas agroclimáticas, donde se han instalado redes de sensores (de humedad, temperatura, estado de la planta, etc.) y sistemas de soporte a la decisión que utilizan algoritmos de IA.
La aplicación de estos sistemas nos permite ajustar el suministro de agua a la necesidad real del cultivo en cada momento, evitando riegos excesivos o mal programados. Esto se traduce en un ahorro cuantificable que, en muchos casos, ronda el 10%, sin que se observen mermas en la producción.
Además de la experiencia práctica, nos apoyamos en estudios de centros de investigación agronómica y Universidades, que han validado la eficacia de las plataformas de riego de precisión, confirmando esos porcentajes de ahorro de agua bajo condiciones de control y seguimiento adecuados.
Cabe destacar que el porcentaje de ahorro puede variar según el tipo de cultivo, el clima y la tecnología concreta que se utilice. Sin embargo, la tendencia muestra que, con la IA y el riego “inteligente”, reducir el consumo de agua sin sacrificar rendimiento es perfectamente viable.
¿Qué tipos de tecnologías de IA se están implementando actualmente en las comunidades de regantes para optimizar el uso del agua?
Actualmente, aún estamos en el inicio de la aplicación de IA en las comunidades de regantes. Sólo las más grandes tienen de momento la capacidad técnica para abordar este desafío. Recordemos que la IA generativa al “alcance de todos” es una situación relativamente nueva y estamos todavía en las primeras fases de adopción. En este momento, se utiliza experimentalmente en el riego de precisión, con algoritmos de selección de turnos (esencialmente cuánta agua aportamos en cada turno). Y, a nivel administrativo, empezamos a tener experiencias de implantación de tratamiento de la información administrativa a través de IA, sobre todo en la gestión.
¿Están mejorando la eficiencia de la gestión administrativa ChatGPT y Copilot?
Depende mucho de cada comunidad, no hay una tarea específica que se esté resolviendo a día de hoy con IA de modo general y, como decía anteriormente, es una tecnología realmente novedosa. De momento, hemos tenido algunas demostraciones y talleres con las comunidades de regantes y sabemos que varias están experimentando ya con la generación de material administrativo (presentaciones, memorandos, resúmenes) con IA.
Fenacore respalda el uso de fondos europeos y del PERTE de Digitalización del Agua para el desarrollo de la IA y su implantación en el regadío. ¿Qué proyectos específicos se están financiando con estos fondos ahora mismo?
Desde la propia Federación no tenemos un seguimiento directo de cada comunidad a ese nivel de detalle, y la petición de ayudas PERTE y PERTE II son competencia exclusiva de las comunidades. No obstante, en la propia vertebración de los programas de ayuda se potencia claramente la infraestructura técnica (también por extensión la dedicada a la IA) y en esos apartados de la petición se está incluyendo toda la mejora estimada en cuestiones de implantación de Inteligencia Artificial.
¿En qué consiste el proyecto “Life Triplet” y cómo está contribuyendo a la eficiencia en el uso del agua y nutrientes?
El “Life Triplet es un proyecto financiado por el programa LIFE+ de la Unión Europea (orientado a la protección del medio ambiente, la eficiencia de recursos y la acción por el clima), cuyo objetivo principal es demostrar y promover nuevas tecnologías de riego y manejo de nutrientes más eficientes y respetuosas con el entorno.
Básicamente consiste en obtener datos de sensores y de imágenes aéreas para digitalizarlas en un entorno de aplicación específico para el análisis de riego, con el objetivo de mejorar la eficiencia. Está liderado por varias empresas, así como centros públicos como la Universidad de Cartagena, desde donde se coordina el proyecto.
El uso de sensores e imágenes satelitales está marcando un antes y un después en el mantenimiento predictivo. ¿A qué desafíos se ha enfrentado la aplicación de estas tecnologías y cómo los han superado?
Son la base del proyecto Life Triplet, así como de otros que se han ido realizando a todo lo largo y ancho del país. Tradicionalmente, el mayor desafío ha sido la disponibilidad de imágenes y, en este momento, esa disponibilidad es mayor que nunca, ya que hay cada vez más satélites que pueden aportar imágenes con cada vez mejor resolución, y también la tecnología de drones está muy avanzada, permitiendo vuelos con mucha más resolución a un coste contenido.
Además, la tecnología de IA generativa, con modelos basados en “transformers”, ha venido a ayudar muchísimo al análisis de las imágenes. En este momento, este tipo de técnicas tienen un coste de adopción menor que nunca.
Fenacore destaca la importancia de la formación de los agricultores para generalizar y acelerar la aplicación de estas tecnologías. ¿Qué iniciativas formativas están ya en marcha o previstas para capacitar a los agricultores en el uso de la IA y otras tecnologías digitales?
Nosotros hemos apoyado iniciativas formativas habitualmente, pero en la actualidad los cursos están claramente enfocados en la parte más técnica. Aunque también se realizan cursos dirigidos a ayudar a las comunidades de regantes con todas sus obligaciones y, últimamente y de modo específico, en la gestión de las ayudas del plan PERTE para el ciclo del agua, por ejemplo.
En cualquier caso, la formación en tecnología relacionada con la IA es un claro objetivo para este 2025, en la medida en que este tipo de disciplinas se asienten en el sector y los regantes vayan necesitando los conocimientos necesarios para su uso.
En el contexto internacional, China y la Unión Europea lideran las inversiones en IA aplicada al regadío. ¿Cómo se posiciona España en este ámbito?
España es uno de los países con mayor superficie regada de la Unión Europea y, por tanto, uno de los más interesados en optimizar el uso del agua. Desde hace años se han emprendido planes de modernización y digitalización del regadío (por ejemplo, la transformación de riegos a presión, instalación de sistemas de telegestión y sensores).
Esta trayectoria hace que el sector agrícola español esté relativamente avanzado en la adopción de tecnologías de optimización de riego y monitorización de cultivos.
En nuestro país hay apoyo institucional y proyectos de I+D en este sector. De hecho, el Ministerio de Agricultura respalda iniciativas de modernización de regadíos, y existen programas específicos dentro del Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia (financiado con fondos Next Generation EU), que incentivan la inversión en digitalización y eficiencia hídrica.
A todo ello, se suman proyectos de I+D colaborativos con Universidades y centros tecnológicos, muchos de ellos enmarcados en convocatorias europeas (Horizonte 2020, ahora Horizonte Europa) y en líneas de investigación regionales. Estos proyectos ponen foco en la inteligencia artificial, la sensórica y el uso de datos geoespaciales para mejorar la toma de decisiones en riego.
Además, España cuenta con un tejido empresarial y de empresas de base tecnológica (startups) cada vez más dinámicas en el desarrollo de soluciones de agricultura de precisión e IA aplicada al campo. Estas empresas trabajan en sensorización, big data, plataformas de gestión de explotaciones y drones, entre otras tecnologías. Y a ello le sumamos que el país participa en consorcios internacionales de innovación, lo que facilita la transferencia de tecnología y la adopción de buenas prácticas. Podemos decir que el contexto del que partimos en esta “revolución” de la IA respecto al sector agrícola resulta bastante esperanzador.
Aun así, en una comparativa con China y la UE podríamos señalar que el primero destaca por una inversión masiva en I+D y a una velocidad de implementación muy rápida, sobre todo en grandes extensiones agrícolas y proyectos experimentales de alto presupuesto, mientras que la Unión Europea, y España, como Estado miembro, se beneficia de los fondos e iniciativas comunitarias. Hay países de la UE (como Países Bajos, Francia o Alemania) que también invierten en la digitalización del sector agrícola. Sin embargo, España, por sus necesidades hídricas y su gran extensión de regadío, suele estar bien posicionada dentro de estos programas.
Por tanto, pese a no disponer de los volúmenes de inversión de una superpotencia como China, se encuentra a la vanguardia dentro del contexto europeo en lo que respecta a estrategias de riego “inteligente” y de uso eficiente del agua, gracias a la larga tradición de modernización de regadíos.
Por último, ¿qué oportunidades existen en el ámbito de la inversión en I+D que estén relacionadas con la inteligencia artificial?
Las oportunidades para reforzar el papel de España serían, a mi juicio, aumentar la inversión en I+D: consolidar y ampliar las líneas de financiación específicas para IA en agricultura y la investigación aplicada en centros tecnológicos y Universidades.
Apremia también impulsar la formación y la transferencia tecnológica, es decir, fomentar la capacitación de agricultores y regantes en el uso de herramientas digitales, así como fortalecer la colaboración entre empresas, administraciones y explotaciones agrarias.
En tercer lugar, sería necesario escalar proyectos piloto: los ensayos exitosos en comunidades de regantes y fincas demostrativas deben extenderse a más zonas y cultivos, lo que permitiría un mayor impacto en el ahorro de agua y en la eficiencia de los insumos.
Asimismo, potenciar la cooperación internacional, a través de la participación en consorcios europeos e internacionales, tanto para atraer inversión y conocimiento como para exportar tecnología y soluciones “made in Spain” es una oportunidad clave, así como el fomento para la adopción de estándares y la interoperabilidad, a través de la homogeneización de datos y protocolos de comunicación favorecerá el surgimiento de ecosistemas digitales que permitan aprovechar la IA mucho mejor.
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