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Periódico Digital Qcom.es: El punto de encuentro de la cadena agroalimentaria

8 DE enero DE 2024

Nos vamos a la Antártida a monitorizar la gripe aviar de alta patogenicidad

La presidenta del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Eloísa del Pino; el director general de la Fundación General CSIC (FGCSIC), Ramón Torrecillas; y la presidenta de la Unión Española de Aseguradoras y Reaseguradoras (UNESPA), Mirenchu del Valle, firmaron el miércoles 8 de enero un acuerdo por el que 99 entidades asociadas a UNESPA han donado 297.000 euros para financiar la CSIC-UNESPA Antartic Expedition.

Esta expedición científica liderada por Antonio Alcamí, profesor de investigación del CSIC en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (CBMSO-CSIC-UAM), tiene como objetivo monitorizar la presencia del virus de la gripe aviar de alta patogenicidad (H5N1) en la Antártida.

El proyecto cuenta con el apoyo del Comité Polar Español y permitirá a la investigación española seguir liderando en el ámbito internacional los estudios de detección de la gripe aviar en la Antártida.

La presidenta del CSIC, Eloísa del Pino, ha mostrado durante el acto de firma del acuerdo el “profundo agradecimiento” de la institución a las entidades asociadas a UNESPA por la donación realizada y por “el compromiso que muestran, de nuevo, con la investigación científica, como ya hicieron durante la pandemia de COVID-19”. Además, la también presidenta de la FGCSIC ha destacado la “enorme relevancia que tienen estas acciones para el impulso de proyectos científicos tan destacados como el que dirige Antonio Alcamí”. Por su parte, el director de la FGCSIC, Ramón Torrecillas, ha destacado el papel fundamental de la FGCSIC en la canalización y articulación de los fondos donados por UNESPA para poner al servicio de la expedición científica los recursos necesarios para llevarla a cabo. 

“La función social del seguro es proteger a las personas. A raíz de la pandemia de COVID-19, las aseguradoras españolas creamos un fondo solidario que, entre otras labores, apoyó varios proyectos de investigación del CSIC para hacer frente al coronavirus bajo el lema ‘Estar Preparados’.

La expedición que respaldamos ahora da continuidad a aquella línea de trabajo. Nuestro deseo es impulsar la prevención y la investigación científica es, claramente, una manera de lograrlo”, afirma Mirenchu del Valle, presidenta de UNESPA.

La donación de las entidades asociadas a UNESPA sufragará los gastos de la expedición científica, en la que los investigadores se desplazarán a diferentes lugares de la Antártida con elevada densidad de fauna para detectar la presencia del virus de la gripe aviar HPAI (Highly Pathogenic Avian Influenza) en aves y mamíferos marinos.

La duración estimada de la expedición es de seis semanas durante las cuales se desarrollarán tareas de localización del patógeno en la península Antártica, las islas Shetland del Sur y el Mar de Weddell a bordo del velero Australis, un barco que cuenta con una gran experiencia en navegación en la Antártida y permite alcanzar puntos de difícil acceso. Esta embarcación, dotada con los sistemas más modernos de navegación y comunicaciones vía satélite, tiene espacio para alojar a ocho investigadores además de tres tripulantes.

Ocho científicos experimentados

La expedición está integrada por ocho científicos de diferentes nacionalidades que incluye -además del coordinador de la misma, Antonio Alcamí, a dos biólogos expertos en aves y mamíferos marinos, dos veterinarios patólogos especializados en gripe aviar, un biólogo molecular con experiencia en genómica y dos virólogos. Se trata de un equipo con una trayectoria extensa en el estudio de virus altamente patógenos como el SARS-CoV-2, el mpox o la gripe aviar HPAI, así como en el trabajo en laboratorios de alta seguridad de nivel 3 (de alta contención biológica para patógenos respiratorios emergentes y reemergentes).

Para llevar a cabo la misión científica se instalará en el velero un laboratorio de diagnóstico molecular por PCR en tiempo real y de secuenciación del virus. La toma de muestras se hará siguiendo estrictos protocolos de seguridad. Los resultados se comunicarán en tiempo real al Comité Polar Español para que sean transmitidos al Consejo de Programas Antárticos Nacionales (COMNAP), el Comité Científico de Investigación Antártica (SCAR) y la Asociación Internacional de Operadores Turísticos (IAATO), lo que permitirá advertir a la comunidad internacional de los casos de gripe aviar encontrados, así como una mejor planificación logística en la Antártida.

“El apoyo de UNESPA a este proyecto tendrá un gran impacto internacional ya que hará posible conocer la extensión del virus en la fauna antártica e implementar protocolos de seguridad para evitar una posible transmisión del virus a investigadores o turistas que visitan el continente helado”, destaca Antonio Alcamí.

La futura campaña es una continuación de los trabajos previos realizados por el equipo de Alcamí y publicados en la portada de la revista Nature Microbiology el pasado noviembre.

En la Campaña Antártica Española de 2024, entre los meses de enero y febrero, los investigadores del CSIC instalaron en la Base Antártica Española Gabriel de Castilla (Isla Decepción) el laboratorio de diagnóstico molecular más avanzado disponible en la Antártida, lo que permitió detectar los primeros casos de gripe aviar de alta patogenicidad en aves y mamíferos marinos en el continente antártico. El mismo equipo fue también el primero en instalar un laboratorio molecular en un velero y detectar más casos en aves en la península Antártica y el Mar de Weddell.

Amenaza a la fauna silvestre

La propagación de la influenza aviar de alta patogenicidad (IAAP) ha alcanzado un hito sin precedentes con la reciente detección en la Antártida. El virus ha atravesado continentes desde que se reportó inicialmente en Europa en 2021 llegando a Norteamérica ese mismo año y a Sudamérica en 2022. Más recientemente, ha extendido su alcance a las islas antárticas en 2023, según recuerda una declaración institucional de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) de marzo del pasado año

Sin embargo, la gravedad de la situación se intensifica al infiltrarse en el extremo norte de la Antártida continental, según se  notificó a través del Sistema Mundial de Información Zoosanitaria (WAHIS). El descubrimiento se produjo gracias a la identificación del virus en un  págalo antártico, un tipo de ave, recogido por científicos argentinos cerca de la base de investigación antártica argentina, Primavera. Los  págalos, grandes aves marinas que se reproducen en las zonas subantártica y antártica, constituyen un vector preocupante, ya que migran hacia el norte cuando no están criando.

La influenza aviar altamente patógena, que antes se consideraba principalmente una amenaza para las aves de corral, ha dado paso a una «nueva normalidad» en la que el virus está pasando de las aves silvestres a los mamíferos silvestres, con repercusiones que superan todo lo visto anteriormente. Las estimaciones varían pero, según el último recuento, desde 2021 se han visto afectadas 485 especies de más de 25 órdenes aviares y se han infectado 37 nuevas especies de mamíferos. Solo las islas del Pacífico, Australia y Nueva Zelanda siguen libres de la enfermedad, aunque la situación está cambiando rápidamente. 

Los brotes de influenza aviar altamente patógena han provocado un marcado descenso de las poblaciones de animales silvestres, incluidos los mamíferos marinos de Sudamérica. A pesar de las dificultades, existen estrategias para proteger  la fauna a corto y largo plazo. Entre ellas, prevenir nuevos brotes en las aves de corral mejorando la bioseguridad, implementar mejores sistemas de vigilancia para informar sobre la epidemiología del virus y beneficiar a la fauna, y responder a los brotes en los animales silvestres mediante un enfoque coordinado, interinstitucional y multisectorial. Por ejemplo, el Grupo de Trabajo sobre Fauna Silvestre de la OMSA ha elaborado nuevas directrices sobre la vacunación de emergencia contra la influenza aviar altamente patógena de aves silvestres de gran importancia para la conservación y la gestión de la influenza aviar altamente patógena en mamíferos marinos. 

La pérdida de la fauna a la escala actual presenta un riesgo sin precedentes de colapso de la población de animales silvestres, creando una crisis ecológica. La OMSA convoca a sus Miembros a responder rápida y exhaustivamente a los brotes de IAAP en la fauna silvestre, haciendo hincapié en la incorporación de la sanidad de los animales silvestres a los sistemas de vigilancia, notificación, preparación y respuesta en materia de sanidad animal. Estos esfuerzos exigen no limitarse a considerar la fauna como un riesgo potencial para la salud humana y la sanidad de los animales de producción, sino como seres que merecen protección por si mismos. La OMSA subraya la importancia de una sólida coordinación interinstitucional y de la inclusión de diversos conocimientos especializados para garantizar la transparencia, la equidad y el beneficio mutuo de las decisiones. 

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