16 DE abril DE 2025
El pasado 16 de abril los representantes permanentes de los Estados miembros de la UE (Coreper) aprobaron el mandato del Consejo para modificar el estatus de protección del lobo, armonizando la legislación comunitaria con el Convenio de Berna actualizado.
El mandato incluye una modificación específica de la Directiva sobre Hábitats —la legislación de la UE que implementa el Convenio de Berna— para reflejar el nivel de protección revisado del lobo, de "estrictamente protegido" a "protegido".
El objetivo, según el Consejo, es proporcionar mayor flexibilidad en la gestión de las poblaciones de lobos en los países de la UE, con el fin de mejorar la coexistencia y minimizar el impacto del crecimiento poblacional de la especie, incluyendo los desafíos socioeconómicos.
Los Estados miembros, no obstante, podrían implementar niveles de protección más estrictos y este un aspecto a tener en cuenta para el caso de nuestro país, donde hay división de opiniones entre las tesis de las organizaciones agrarias, que defienden este cambio en la protección de la especie silvestre por los daños que viene causando en la cabaña ganadera de extensivo, y las del Ministerio para la Transición Ecológica y las ONG medioambientalistas que defienden la actual protección y consideran que existen también mecanismos suficientes para la prevención y su coexistencia con el ganado.
La posición del Consejo no contiene cambios con respecto a la propuesta inicial de la Comisión sobre esta modificación específica de la Directiva sobre hábitats.
Los representantes de los Estados miembros respaldaron el objetivo de alinear la legislación de la UE con la reciente decisión del Convenio de Berna que entró en vigor el 7 de marzo de 2025, tras la propuesta de la UE de modificar el estatus de protección del lobo de especie estrictamente protegida a especie protegida.
Si bien los lobos ya no estarían bajo el estatus de especie estrictamente protegida, los Estados miembros deberían garantizar un estado de conservación favorable para el lobo y aplicar medidas de seguimiento, que podrían dar lugar a prohibiciones temporales o locales de la caza.
Además, la financiación y el apoyo de la UE seguirán estando disponibles para medidas de coexistencia y prevención, y las ayudas estatales para compensar a los agricultores afectados podrían mantenerse.
Sin embargo, los Estados miembros todavía tienen la posibilidad de incluir al lobo como especie estrictamente protegida en su legislación nacional y de implementar medidas más estrictas para su protección.
Ahora, le toca el turno al Parlamento Europeo, que pretende adoptar su posición en el próximo mes mayo de 2025. Si su postura es idéntica al mandato del Consejo, ésta institución adoptará entonces formalmente la directiva modificatoria.
Convenio de Berna
El Convenio de Berna, adoptado en 1979 y que entró en vigor en 1982, es un tratado internacional bajo la égida del Consejo de Europa, cuyo objetivo garantizar la conservación y protección de las especies vegetales y animales silvestres y sus hábitats naturales.
Para tal fin, la Convención impone obligaciones jurídicas a las partes contratantes y protege más de 500 especies de plantas silvestres y más de 1.000 especies de animales silvestres.
Su órgano decisorio, el Comité Permanente, se reúne anualmente en Estrasburgo. La UE y sus Estados miembros son partes del Convenio de Berna.
El 20 de diciembre de 2023, la Comisión remitió al Consejo una propuesta de decisión para adaptar el estatus de protección del lobo en virtud del Convenio de Berna.
La modificación del estatus de protección del lobo en virtud del Convenio de Berna es un requisito previo para cualquier modificación correspondiente de su estatus a nivel de la UE.
El 26 de septiembre de 2024, el Consejo adoptó la decisión de presentar, en nombre de la Unión Europea, una propuesta para modificar el estatus de conservación del lobo. La decisión del Convenio de Berna entró en vigor el 7 de marzo, lo que permitió a la UE adaptar la legislación correspondiente.
El estado de conservación del lobo ha mostrado una tendencia positiva en las últimas décadas. La especie se ha recuperado con éxito en todo el continente europeo, y su población estimada casi se ha duplicado en 10 años (de 11.193 ejemplares en 2012 a 20.300 en 2023).
Esta continua expansión ha generado desafíos socioeconómicos, en particular en lo que respecta a la coexistencia con las actividades humanas y los daños al ganado.
Según los últimos datos disponibles de los Estados miembros, se estima que los lobos matan al menos 65.500 cabezas de ganado cada año en la Unión Europea.
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