El Gobierno francés aprueba finalmente el decreto de etiquetado Nutri-score

A pesar de las reticencias por parte de la ministra de Agricultura y Soberanía Almentaria, Annie Genevard, finalmente el Gobierno francés hizo patria y anunció el viernes 14 de marzo la firma del decreto que permite la entrada en vigor del renovado Nutri-score, poniendo candado a las disensiones internas que habían retrasado su implantación, al considerar que esta medición nutricional a incorporar en el etiquetado de los alimentos y bebidas penaliza a productos tradicionales de origen tan emblemáticos, como el Queso Roquefort.

En un comunicado, los tres Ministerios implicados (Agricultura, Sanidad y Economía) anunciaron que sus titulares han rubricado la instrucción finalmente, aunque con 14 meses de retraso, permitiendo así ajustar la evaluación nutricional de varios productos que en el anterior sistema salían bien parados, como los cereales de desayuno, y que ahora resultan castigados, pero también penalizando a otros, como el citado.

No obstante, solicitaron que este sistema francés de etiquetado nutricional mantenga un proceso de mejora continua.

Según señalaron, "el Nutri-score es, hoy en día, una herramienta de salud pública que clarifica la decisión de los consumidores e incentiva la adopción de una alimentación más favorable a la salud."

El Gobierno avisó que estará atento a los posibles efectos negativos que el nuevo etiquetado pueda tener en ciertos productos característicos de la tradición culinaria francesa, entre los que figuran los quesos, y anunció que conversará con otros países europeos para ver cómo se puede tener en cuenta su especificidad.

De acuerdo al cálculo nutricional del sistema Nutriscore, a partir de una ingesta de 100 gramos, estos productos sacan malas notas por su alto contenido en grasas y sal, a pesar de que no contienen ingredientes altamente nocivos para la salud, como los conservantes y aditivos.

Caso omiso

El Ejecutivo galo hizo caso omiso a las demandas del sector de las Denominación de Origen agroalimentarias, que pedía quedar exento de este etiquetado, que emite una nota nutricional en forma de semáforo: desde el verde (A) para los productos más saludables hasta el rojo (E) para los menos indicados en este ámbito.

Seis países europeos, que tienen permitido el sistema Nutriscore, implantaron en 2024 su nuevo algoritmo (Alemania, Bélgica, España, Luxemburgo, Países Bajos y Suiza), mientras que Francia, que es el origen del mismo, todavía no lo había hecho.

Por ello, los productos franceses contaban hasta ahora con un etiquetado desfasado y muy criticado por los usuarios, como la nota severa respecto al aceite de oliva y la favorable a algunas marcas de cereales de desayuno.

Según declaró en un mensaje en redes sociales el doctor francés, Serge Hercberg, padre del Nutri-score, "ahora hay que convencer al máximo número de actores económicos para que se decidan a adoptar el sistema por el bien de la salud de los consumidores".

Aunque, al parecer, este etiquetado iba a implantarse de manera obligatoria en los 27 Estados miembros de la UE, la fuerte presión de países como Italia, ha llevado a la Comisión Europea a congelar esos planes y a tratar de proponer un sistema de etiquetado homogéneo y armonizado para toda la UE, cuya propuesta se está haciendo esperar

La falta de unanimidad en el sistema Nutri-score es la nota más característica. Sectores agroalimentarios de Italia, España, Grecia y Chipre, por ejemplo, han criticado este sistema de etiquetado nutricional por dar malas notas a sus productos tradicionales, sobre todo en quesos, embutidos o grasas vegetales, como el. aceite de oliva. 

También algunas multinacionales alimentarias, como la francesa Danone, expresaba sus reticencias a conveniencia por el valor nutricional y el color del semáforo nutricional que se deba a algunos de sus productos, aunque estaba a favor en otros.