16 DE abril DE 2025
La Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV) reforzó la importancia de la cooperación multilateral y de la adaptación a las condiciones cambiantes, con motivo de la publicación de los datos mundiales sobre el sector vitivinícola en 2024 en su conferencia de prensa online del pasado martes 15 de abril.
La OIV publicó estadísticas sobre producción, consumo y comercio de todas los países productores y consumidores a nivel mundial (más de 180) para crear una foto instantánea del sector vitivinícola en 2024.
Los datos ponen de relieve los efectos del cambio climático, los cambios en las preferencias de los consumidores y la incertidumbre geopolítica sobre el sector, incluida la de índole comercial creada por la imposición de aranceles por parte de la Administración Trump en el segundo país más consumidor del mundo.
El director general de la OIV, John Barker, afirmó que todos estos impactos suponen un reto de adaptación para el sector vitivinícola, pero que si es satisfactoria traerá también consigo oportunidades.
De hecho, reconoció que los aranceles del Gobierno de Estados Unidos están generando incertidumbre en el mercado, pero rechazó especular sobre posibles escenarios futuros hasta ver sus verdaderos efectos sobre el sector. Al respecto, señaló que si los arancales al vino se quedaran en el 10%, eso no cambiaría la posición de Estados Unidos como uno de los grandes mercados de consumo de vino. Sin embargo, Barker recordó que "un 47% del vino producido a nivel global es exportado y consumido fuera de los países productores, por lo que cualquier tipo de barrera genera distorsión en el mercado."
Así, en 2024, según datos de la OIV, Estados Unidos fue el mayor importador de vino por valor de 6.300 millones de euros, pero en tercero en volumen, con 12,3 millones de hectolitros, por detrás de Alemania (12,7 Mhl) y Reino Unido (12,6 Mhl).
Según Barker, "trabajar juntos para desarrollar soluciones al cambio climático y hacer del vino un faro de sostenibilidad; invertir en investigación sobre nuevos públicos para que podamos ver el vino a través de sus ojos; reforzar nuestro compromiso con el multilateralismo y el comercio mundial: estos son los elementos que harán avanzar al sector vitivinícola".
La OIV tiene un papel clave como referencia mundial de la viña y el vino, uniendo a 51 países para promover la cooperación, la armonización y el intercambio de conocimientos en torno a los principales retos y oportunidades del sector.
Se ralentiza el descenso de la superficie mundial de viñedo
La superficie mundial de viñedo lleva cuatro años disminuyendo. En 2024 se contrajo de nuevo en un 0,6%, hasta quedar en unos 7,1 millones de hectáreas, mostrando un ritmo de disminución más lento que en años anteriores.
Esta tendencia a la baja, según el OIV, está impulsada por la eliminación de viñedos en las principales regiones vitivinícolas, pero, en cambio, algunos países muestran una dinámica de expansión de su masa vegetal vitícola
La producción mundial de vino se enfrenta al cambio climático
La OIV estima que la producción mundial de vino en 2024 fue de unos 225,8 millones de hectolitros, que es, además, la más baja en más de 60 años, con un descenso de un 4,8% con respecto a la de 2023.
Esto se debe en gran medida, según esta organización, a fenómenos meteorológicos impredecibles y en muchos casos extremos, tanto en las zonas productoras del Hemisferio Norte como en el del Sur, provocados por el cambio climático, que también crearon problemas a nivel sanitario en los cultivos de amplias zonas productoras, según la OIV.
Nuevos patrones de consumo y diversidad de los mercados
Un aspecto que destaca esta organización multilateral es que en 2024, el consumo mundial de vino se estimó en unos 214 millones de hectolitros, un volumen que es un 3,3 % inferior al de 2023. De confirmarse esta cifra, según la OIV, representaría el nivel de consumo mundial más bajo desde 1961.
La OIV explica que esto se debe a una combinacion de factores económicos y geopolíticos (Ucrania, aranceles de Estados Unidos, China...) que generan inflación de precios y crean incertidumbre, así como también a un declive del propio consumo en los mercados tradicionales maduros, como puede ser el caso de Francia, Italia o España, determinado por la evolución de las preferencias de estilo de vida, los cambios en los hábitos sociales y generacionales en el comportamiento de los consumidores.
No obstante, la OIV apunta que en 195 países, el vino nunca se ha consumido tanto y recuerda también que una serie de países que combinan un fuerte consumo global con poblaciones muy numerosas siguen ofreciendo un importante potencial de crecimiento.
Equilibrio entre producción y demanda
La OIV se muestra relativamente optimista en la actual situacion y señala que "a pesar de los continuos descensos tanto de la producción como del consumo, se espera que el equilibrio del mercado mundial se mantenga en 2024, ya que es improbable que la producción supere a la demanda, continuando con la tendencia observada con la escasa cosecha de 2023."
Además, añade que dos años consecutivos de baja producción pueden ayudar tambien a estabilizar el mercado, aunque es probable que los niveles de existencias sigan siendo desiguales en las distintas regiones.
El comercio internacional mantiene los volúmenes y el valor
Los volúmenes de exportación de vino se mantuvieron estables en 99,8 millones de hectolitros, mientras que en valor las exportaciones disminuyeron ligeramente, un 0,3%, hasta 35.900 millones de euros, manteniéndose un precio medio de exportación históricamente alto, de 3,60 euros/litro.
Para la OIV, la inflación y la escasa oferta siguen sujetando unos precios altos, en comparación con los años anteriores a la pandemia (casi un 30% por encima).
Hemisferio Sur
La OIV avanzó que la producción en los países del Hemisferio Sur, cuya vendimia se realiza en primavera (mientras que en el Hemisferio Norte es en otoño), y que está ya concluyendo alcanzará los 47 millones de hectolitros, con un aumento del 2,6% con respecto a la del mismo periodo de 2024.
Subirá en Argentina, Brasil, Sudáfrica, Australia y Nueva Zelanda, pero descenderá en Chile, uno de los principales productores de esta zona del mundo.
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