5 DE diciembre DE 2024
La Comisión Europea y los países del Mercosur anunciaron el viernes la celebración de un acuerdo por el que se crea una zona de libre comercio que abarca a 780 millones de personas. Sin embargo, el acuerdo tendrá que ser sellado por los Estados miembros de la UE.
Después de veinte años después del inicio de las negociaciones, la Unión Europea y los países del Mercosur -Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay- han alcanzado por fin un acuerdo comercial, que califican de "ambicioso y equilibrado".
Francia, que se opone al acuerdo, lleva varias semanas intentando convencer a sus socios para que lo bloqueen. Polonia ha anunciado oficialmente su intención de unirse a una coalición contraria al acuerdo, y en una declaración publicada el viernes Italia condicionó su acuerdo a garantías para sus agricultores. Los votos de Irlanda, Países Bajos y Austria siguen siendo dudosos.
Para sus partidarios, el acuerdo abrirá nuevos mercados para los europeos, al tiempo que mantendrá su influencia en la región en un momento en que China está aumentando sus inversiones en América Latina. A sus detractores les preocupa la competencia de las importaciones de productos agrícolas en Europa.
A nivel nacional, son muchas las organizaciones agrarias que han manifestado su oposición al acuerdo que mantiene "diferencias en términos de competitividad que conlleva para sectores como el vacuno de carne, avícola, porcino, azúcar, maíz y miel".
Para la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA), en estas “épocas turbulentas” que atraviesa la geopolítica internacional hay que “entablar amistades y forzar alianzas”, pero la organización criticó que la presidenta de la Comisión Europea haya incumplido su compromiso de estrechar lazos con el sector agrario, “no haya dialogado suficientemente con las organizaciones representativas de agricultores y ganaderos, representadas por el COPA-Cogeca”.
La organización agraria COAG (Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos) rechaza el acuerdo comercial entre la Unión Europea y Mercosur, al igual que el resto de organizaciones del ámbito del COPA-Cogeca.
Consideran que el libre comercio con países de América del Sur beneficia a la industria europea, pero no al campo, al que condena a competir con un modelo de grandes latifundios sin las exigencias fitosanitarias con las que trabajan ganaderos y agricultores europeos.
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