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El punto de encuentro de la cadena agroalimentaria

Periódico Digital Qcom.es: El punto de encuentro de la cadena agroalimentaria

8 DE septiembre DE 2025

Seria advertencia del sector citrícola por el Acuerdo UE-Mercosur

exportación cítricos

El Comité de Gestión de Cítricos (CGC), la patronal nacional que aglutina los ex­­­portadores privados, lamenta el “olvido” de la Comisión Europea (CE) de este sector en sus ne­go­cia­cio­nes para ratificar el Tratado comercial con Mercosur (Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay).

Pese a la evidencia de que Brasil es la pri­mera potencia transformadora de zumo, que sus jugos aca­paran en torno al 70% del consumo mundial y de que España es la primera exportadora en fres­co, nunca se ha consi­de­rado este producto como ‘sensible’.

No lo fue, añade este Comité, en junio de 2019 cuando se alcanzó un principio de acuerdo, tampoco en 2023 cuando la CE in­cor­poró un paquete de regula­cio­nes para evitar la de­forestación en Sudamérica y cumplir los Acuerdos de París; o ahora cuan­do se proponen cuotas para pro­duc­tos como la carne de vacuno, pollo o azúcar, cláu­sulas de salvaguardia y un fondo de crisis.

Desde 2019, se man­tie­ne la propuesta inicial que fija un plazo de 7 años para eliminar pro­gre­si­vamente los aranceles del zumo directo, que es el más estratégico para la industria es­­pañola y hoy se sitúa en el 12,2% y de 10 años para el concentrado, ahora en el 15%. Y para las importaciones en fresco, se eliminarán tales ta­sas -del 12,8%- en el plazo de una década desde su entrada en vigor.

Como advierte la presidenta del CGC, Inmaculada Sanfeliu, “Mercosur impactará directamente sobre la in­­dustria del zumo español -que depende de esos aranceles pa­­ra defender su producto- pero el efecto sobre sector en fresco se dará acto seguido porque las, entre 650.000 y 850.000 toneladas que cada año se retiran por desequilibrios entre oferta y demanda, por tratarse de ca­li­bres no comerciales o por sufrir defectos en la piel, fundamentalmente por fenómenos meteorológicos adversos, no tendrán un des­­tino claro y los precios del fresco se resentirán."

Zumo de Brasil

Este Comité señala que la UE, que acapara el 52% de sus exportaciones de zumo, es el primer destino para la potente industria brasileña, controlada por una oligarquía bien conocida: las multinacionales Citrosuco, Cutrale y Louis Dreyfus.

Rei­no Unido es, tras EEUU, su tercer gran mercado y recientemente el gobierno británico renovó la suspensión total de aran­celes decidida después del Brexit a 93 productos brasileños, entre ellos sus jugos. Europa en su totalidad se re­for­za­ría, gracias a Mercosur, como su primera y más segura plaza.

La UE, por su parte, es también el primer mercado con mucha diferencia de las ventas de las empresas transformadoras españolas y Gran Bretaña, su segunda alternativa ne­cesaria.

Para Sanfeliu, "nuestro mercado natural y más próximo sería el escenario de una competencia desigual entre dos ci­tri­cultu­ras an­ta­gó­nicas: la brasileña, volcada en los jugos y la española y europea dedicada al fresco, con costes y exi­gen­cias fitosa­ni­tarias, medioambientales, de seguridad alimentaria, laborales y sociales que nada tienen que ver. España ya no puede, y sin los arance­les menos aún, competir en precio con el zumo de Brasil.”

Falta de transparencia

El CGC lamenta, además, la falta de transparecia con la que la CE ha llevado todo el proceso y las urgencias de esta última fase. Para evitar el bloqueo de algunos Estados miembros, liderados por Francia, como ya auguró el CGC en 2023, la CE ha acabado por imponer la aplicación provisional de su capítulo comercial, separándolo del componente político y de cooperación, para así ratificar el tratado sin el visto bueno de todos los Estados miembros.

Al respecto Sanfiliu advirtió en que “no conocemos de qué manera se activarán las salvaguardias ahora prometidas y si se tendrá en consideración las distorsiones que Mer­cosur provocará en el mercado del zumo y/o en al mercado en fresco”, añadiendo que -dados los antecedentes- “no parece que se sea consciente de la importancia estratégica que tiene la industria transfor­ma­do­ra europea para la comercialización de nuestros cítricos”.

Según el CGC, los costes del modelo brasileño son inalcanzables para la citricultura española y europea: grandes explo­taciones en manos de unos pocos, con un sis­­tema de producción mucho menos exigente que el fresco y más intensivo en el uso de fitosani­ta­rios. Plaguicidas, muchos de ellos aquí retirados, cuyo uso se ha multiplicado por los efectos de­vastadores de la enfermedad del Greening (HLB).

Las tres grandes corporaciones brasileñas citadas con­trolan, directa o indirectamente, las principales tierras y tienen en propiedad flotas con grandes bu­ques para trasladar sus jugos a Europa.

Situar su producto en los puertos de Rotterdam (Holanda) o Gante (Bélgica), les cuesta casi lo mismo que a las procesadoras espa­ñolas transportar su zumo de Andalucía, Murcia o Va­len­cia a Francia en camión cisterna.

De hecho, las puntuales ‘incur­siones’ de algunos de estos buques descargando en puertos como el de Huelva ya se ha acreditado que tienen un efecto inmediato sobre la actividad de las plantas españolas.

Efectivamente, mejorar la situación competitiva en Europa de la oferta brasileña ya mayoritaria de zumos (tan­to el ‘100% exprimido’ como el concentrado) gracias a la eliminación de aranceles, inevitablemente arras­traría a la industria española, que tendría objetivas dificultades para mantener mínimos már­genes.

La actual situación interna­cio­nal, marcada por los altos precios del zumo, responde a una coyuntura originada en Brasil y Florida que guarda re­lación directa con el fuerte descenso de la cosecha provocado por la expansión del HLB, una enfermedad sin cura cuyos efectos hasta hace unos años habían logrado atenuar en el país sudamericano, no así en EEUU.

Problema medioambiental 

El CGC, además y como ha venido haciendo estos años, reitera el problema medioambiental que supondría que los citricultores no puedan desviar a esta industria la fruta con defectos o con falta de calibre.

Ese por­cen­ta­je de entre el 15 y el 20% de la cosecha, esos cientos de miles de to­ne­la­das sin destino, no se valorizarían y se con­ver­tirían en residuos provocandodo lixiviados, que conta­mi­nan suelos y aguas cuando no mul­tiplican la presencia de hongos y pla­gas en el campo.

“La industria no solo es clave por el valor del zumo en sí mismo, es imprescindible porque garantiza una salida a toda la producción, reduce mermas, regula y da estabilidad al mercado en fresco, asegura mayor ca­lidad, evi­ta un problema ambiental y, además, porque genera una economía circular en la que todo se aprovecha pa­ra sub­pro­ductos como aceites esenciales, alimento para ganado o compuestos bioactivos”, remarca Sanfeliu.

 A todo ello cabría añadir otro riesgo derivado del lógico incremento de las importaciones sin arancel de la UE de naranjas, mandarinas o limones procedentes de Argentina o de la propia Brasil. Se trata de dos países con altos niveles de afección de las enfermedades más temidas en la UE: los hongos de la ‘mancha negra’ y ‘Elsinoe’, la Clorosis Variegada de los Cítricos (CVC), el Citrus canker o el propio Citrus greening (HLB).

Sanfeliu concluye que “los controles de las importaciones en frontera en materia de sanidad vegetal son ya insuficientes. El riesgo de que traigan nuevas y graves enfermedades se disparará a poco que, gracias a Mercosur, se incremente el tráfico."

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