11 DE septiembre DE 2023
#SiYoNoProduzcoTuNoComes
El mundo urbano sigue invadiendo el mundo rural, y no geográficamente hablando. Poco a poco, y sin darse cuenta, el campo ha ido cediendo terreno en sus legítimos intereses a favor de unos pocos que han aprovechado la ínfima, si no nula, defensa con la que se encontraban al atacar al medio rural y a los que lo pueblan.
Que si el lobo mata, que si el oso caza, o incluso, que es lo que me faltaba por ver, que si el gallo canta y molesta a los ‘urbanos’ o que las campanas repican y molestan a los turistas. El campo, señores y señoras, ha seguido el mismo compás desde hace milenios, y la sociedad, lejos de integrarse, eligió emigrar de él, y sin embargo ahora pretenden moldearlo a su gusto.
Hoy en día, fruto de las nuevas tendencias y sensibilidades de la sociedad en aumento, los medios de comunicación, lejos de mostrar la realidad del campo, la distorsionan, agrediendo a un sector que le da de comer y que es potencia en nuestro país. Y gran parte de la culpa, por desgracia, es de los propios productores de alimentos que no tienen capacidad de poder escribir ellos mismos su propio relato, y no han sabido alzar la voz con cada barbaridad que el mundo urbano soltaba al aire.
Unas veces el ataque ha venido por temas medioambientales, otras por temas de nutrición/salud, y en muchas ocasiones por el tema del agua o del bienestar animal. Y el sector no ha sido capaz, por falta de recursos supongo, de contar su realidad, bien distinta a la que otros contaban y que siempre ha sido y sigue siendo negativa.
Muchos pensarán que esta bola de nieve se hace cada vez más grande y ya es imposible pararla, pero no es cierto. La flora y fauna que en España existe es fruto de una acción milenaria de nuestra agricultura y ganadería, y tan importante es alzar la voz a tiempo, como lo es la defensa del sector por parte de aquellos que sabemos de lo que va. Porque si queremos que se dejen de verter mentiras y sacar normas que dificultan aún más la actividad agraria, hay una cosa que tenemos que dejar clara, y es que el mundo urbano no puede escribir el relato del campo.
Tenemos que ser listos e inteligentes para defender de una forma pública nuestros intereses, y si para ello hay que realizar acciones más provocativas que las que ya se están llevando a cabo, habrá que hacerlo. Tenemos que recuperar el terreno perdido con ciencia y conciencia, y unir al sector para plantar cara a un medio urbano que quiere expandirse y modificar todo aquello por lo que hoy en día es lo que es.
El relato puede y debe cambiar, y para ello debemos crear alianzas entre el sector productor, agricultores, ganaderos y pescadores, la industria alimentaria, la auxiliar, la distribución la restauración y los propios consumidores. Porque lejos de ser invisibles, somos imprescindibles, y lo hemos demostrado en los momentos más difíciles.
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