4 DE febrero DE 2025
Organización de la Industria de los Alimentos y Bebidas de la UE. FoodDrink Europe
La Brújula Europea de la Competitividad es un paso adelante positivo, pero el éxito dependerá de la acción.
La industria alimentaria y de bebidas de la Unión Europea -el mayor sector manufacturero de Europa, uno de los principales empleadores y uno de los principales contribuyentes a la economía (300.000 empresas, 99% PYME, 4,7 millones de empleados)- apoya los objetivos de la Brújula para la simplificación de las normativas y alinear mejor las políticas nacionales y de la UE.
La competitividad es fundamental para los fabricantes europeos de alimentos y bebidas, que se enfrentan a un aumento de los costes, a un mercado único fragmentado, a la escasez de mano de obra, a la competencia desleal y a las interrupciones en la cadena de suministro.
Como industria estratégica, necesitamos inversión, innovación y políticas racionalizadas para garantizar una cadena alimentaria resistente y sostenible.
En palabras de Dirk Jacobs, director general de FoodDrinkEurope: “la Brújula de la Competitividad traza una dirección prometedora para el futuro industrial de Europa. Como pilar estratégico de la prosperidad y la estabilidad social de Europa, la industria de la alimentación y bebidas está dispuesta a participar en la aportación de soluciones para impulsar la inversión, la innovación, la reindustrialización y la resiliencia de nuestra cadena alimentaria. Ahora es el momento de pasar de las palabras y pasar a la acción».
Mientras que la esperada Visión de la Agricultura y la Alimentación marcará la dirección estratégica de nuestros sistemas alimentarios, la Brújula de la Competitividad y las propuestas conexas también deben dar prioridad a la competitividad de la cadena alimentaria europea optimizando las condiciones de producción, reduciendo las cargas administrativas excesivas, fomentando la inversión y desbloqueando la innovación en el sector agroalimentario.
Esto es válido también para la próxima propuesta “Omnibus”, que esperamos como un instrumento que mantiene la ambición medioambiental, al tiempo que aporta simplificación en los ámbitos de la información financiera sostenible, la diligencia debida en materia de sostenibilidad y la taxonomía.
La industria alimentaria y de bebidas de la UE compra alrededor del 70% de todos los productos agrícolas de Europa y es un motor de cambio en nuestra cadena alimentaria.
Esperamos que el Acuerdo Industrial Limpio también garantice la competitividad de la industria agroalimentaria y, al mismo tiempo, avance en la consecución de los objetivos climáticos, especialmente en el caso de los procesos alimentarios de alto consumo energético.
La Brújula de la Competitividad es muy ambiciosa, pero la prueba está en los hechos. Es hora de obtener resultados para la economía europea.
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