15 DE noviembre DE 2024
El sector vitivinícola europeo estima que la producción de vino y mosto en la actual campaña 2024/25 alcanzará los 144 millones de hectolitros, lo que supone un ligero descenso de casi el 3% con respecto al año anterior y un 10% por debajo de la media quinquenal.
Este descenso refleja los continuos retos a los que se enfrenta el sector, sobre todo en términos de condiciones climáticas adversas. Así, Italia se situaría a la cabeza de nuevo, tras un mal 2023, con una producción estimada de 41 Mhl, superando a Francia.
España ocuparía de nuevo el segundo lugar, con una mejora nota de su producción sobre el pasado año del 18%, hasta sumar 38,1 Mhl, relegando a Francia al tercer puesto, al sufrir un descenso significativo de casi un 22% de su producción sobre la campaña pasada, quedando en apenas 37,4 millones de hectolitros.
Entre los principales países productores de vino de la UE, serían Francia, Alemania y Portugal los que experimentasen descensos de la producción en comparación con 2023, con descensos del 21,7%, 8,7% y 7,9% respectivamente.
Por el contrario, Italia y España registrarían aumentos del 7% y el 17,6% sobre 2023/24, pero a pesar de ello, todos los principales productores se situarían por debajo de su producción media quinquenal, continuando una tendencia a la baja desde la cosecha de 2019.
No obstante, el COPA-Cogeca recalca que las cifras presentadas son estimaciones de los resultados de la cosecha de 2024/25 en los principales países productores europeos (vino y mosto) y, por tanto, están sujetas aún a cambios hasta que sean confirmadas oficialmente por las autoridades estadísticas nacionales.
La vendimia de 2024 estuvo marcada por el clima impredecible y los efectos persistentes de las sequías recientes, lo que llevó a cosechas inconsistentes en todas las regiones. Aunque la vigilancia constante y el trabajo de campo ayudaron a controlar la sanidad de las plantas, las enfermedades acaecidas fueron un problema menor en comparación con 2023.
Por su parte, la escasez de agua para regadío o de precipitaciones afectó especialmente a las regiones meridionales, provocando el adelanto de las cosechas en muchas zonas.
Además, la inflación y el aumento de los costes de la cadena de suministro (incluidos el vidrio, el gas, el transporte y los fertilizantes) han elevado considerablemente los gastos de producción.
Asiimismo, el aumento del coste de los préstamos también ha dificultado el acceso de los productores al crédito para las inversiones esenciales necesarias para desarrollar sus negocios.
Las medidas de crisis aplicadas en algunos Estados miembros, no obstante, contribuyeron a aliviar la presión del mercado, y se está llevando a cabo un seguimiento para evaluar su impacto.
Como la demanda interna sigue disminuyendo, ha aumentado la importancia de las exportaciones a terceros países, por lo que las medidas de promoción son cruciales para la estabilidad del mercado.
A juicio de Luca Rigotti, presidente del Grupo de Trabajo "Vino" del COPA-Cogeca, "las cifras de producción de este año no hacen sino confirmar la tendencia. El mercado europeo del vino atraviesa un periodo difícil y complejo, con unos costes de producción elevados y una dinámica internacional que afecta a la comercialización."
Sin embargo, añadió Rigotti, "sigo siendo optimista sobre la capacidad de recuperación y el espíritu emprendedor de nuestros agricultores."
La campaña vitivinícola de 2024 puso de manifiesto los importantes retos a los que se enfrentan los viticultores europeos, entre ellos las incertidumbres climáticas y las presiones económicas. A pesar de estos obstáculos, la resistencia de los productores y los debates estratégicos en curso permiten albergar un cauto optimismo sobre el futuro del sector vitivinícola europeo.
FRANCIA
La cosecha en el país vecino fue relativamente escasa. Tras ocupar el primer puesto del podio el año pasado como mayor productor mundial, tras la debacle de producción de Italia y España, en la actual campaña se sitúa en tercera posición.
Los datos siguen dos tendencias principales: por un lado la cada vez más difícil situación climática, que ha llevado a los viñedos franceses a tener que enfrentarse con la gestión del agua (demasiada o muy poca dependiendo de la zona), y con el impacto de las sequías de años anteriores que han debilitado los viñedos.
En la mayoría de los viñedos, la floración tuvo lugar en condiciones de frío y humedad, lo que provocó «coulure» (caída de flores y bayas) y «millerandage» (formación de uvas pequeñas).
Además, el viñedo galo sufrió episodios de heladas, mildiu y granizadas han contribuido a reducir la cosecha.
La política de arranque puesta en marcha por la interprofesional y el Gobierno aún no ha tenido un impacto real en la producción, con la excepción de la región de Burdeos.
El nuevo programa de arranque definitivo, que afectará hasta 30.000 hectáreas y repercutirá en la cosecha de 2025. »
La campaña de este año 2024 fue difícil para los viñedos franceses, ya que algunas zonas sufrieron sequía y otras exceso de agua y enfermedades, lo que provocó importantes variaciones en los rendimientos y que algunos productores perdieran toda su cosecha.
El apoyo del Gobierno al plan de arranque contribuye a ajustar el potencial de producción, atendiendo a las demandas de los profesionales. Sin embargo, "también son necesarias medidas temporales de arranque, solicitadas desde hace varios meses", según comentó Ludovic Roux, presidente de Vignerons Coopérateurs d'Occitanie y Vicepresidente del grupo de trabajo sobre el vino del Copa-Cogeca.
ITALIA
Parece probable que Italia recupere el primer puesto de mayor productor mundial, con 41,5 Mhl (estimados) de vino y mosto. Esto representa un aumento con respecto a la cosecha del año anterior, pero sigue siendo un 12% inferior a la media de los últimos cinco años.
Ha sido una cosecha difícil en el país transalpino, con una clara división entre el Norte y el Sur del país: En el Norte, las malas condiciones meteorológicas (episodios de granizo y lluvias intensas durante la primavera), han incrementado el trabajo de gestión en los viñedos, necesario para asegurar su sanidad, y aumentado la preocupación por el desarrollo de enfermedades vegetales.
Por el contrario, el Sur ha sufrido una fuerte sequía, que afectó al rendimiento de las vides y aumentó la preocupación por el futuro.
Las fuertes lluvias esporádicas de agosto no compensaron la escasez estructural de agua y han obligado a adelantar las operaciones de vendimia.
En conjunto, a nivel nacional la calidad prevista de la cosecha es muy alta en comparación con el año anterior, en el que episodios prolongados de mildiu afectaron a buena parte de los viñedos.
Por regiones, se espera que el Norte produzca un 0,6% más que el año anterior, las regiones centrales un +29,1%, mientras que el Sur y las islas un +15,6%.
ESPAÑA
A pesar de las difíciles condiciones meteorológicas (sequía), España es, junto con Italia, el único gran país productor de la UE que muestra signos positivos esta cosecha.
El cambio climático adelantó el inicio de la vendimia, que en algunas zonas ha comenzado en la segunda quincena de julio.
El aumento de la producción se debe principalmente al buen comportamiento de los viñedos de la región de Castilla-La-Mancha, que representa más de la mitad de la producción nacional de vino y aumentó su producción vinícola un 23% respecto al año pasado, mientras que otras regiones como Cataluña, Comunidad Valenciana, Aragón y Región de Murcia seguirán la tendencia del año pasado o serán ligeramente inferiores debido a la grave escasez de agua.
ALEMANIA
La reducción de la producción en Alemania con respecto al año pasado (-8,7%) se ha debido a las difíciles condiciones meteorológicas.
Los viñedos alemanes sufrieron cierto estrés en la primera mitad del año: las heladas en algunas regiones y el tiempo excepcionalmente lluvioso en toda Alemania provocaron una reducción del rendimiento (especialmente en las regiones de Sajonia y Saale-Unstrut, donde la caída de la producción alcanzó hasta el 80 % del potencial).
Las condiciones de humedad aumentaron el riesgo de infecciones por mildiu y oídio, con el consiguiente incremento del esfuerzo laboral en los viñedos.
En contra de las previsiones, se recogió buen material de uva y se prevé una cosecha excelente.
Debido al buen suministro de agua, las vides almacenan muchos minerales, lo que conduce a la producción de vinos ricos en extracto y mineralidad.
La larga fase de maduración también tuvo un efecto positivo en el desarrollo de los aromas de las bayas.
«Creemos que el vino blanco de Alemania en particular tiene potencial para satisfacer los gustos actuales de los consumidores este año», declaró el Secretario General del DWV y Vicepresidente del grupo de trabajo sobre vino del Copa-Cogeca, Christian Schwörer.
En cuanto a los países que representan una fracción menor de la producción europea de vino para la cosecha de 2024, se prevé que Portugal, Austria, Rumanía y los Países Bajos experimenten una grave reducción de su producción de vino, con un descenso de, respectivamente, el 8% (a 6,9 Mhl), el 19% (a 1,87 Mhl), el 25% (a 3,7Mhl) y el 45% (a 7 000 hl) en relación con la cosecha anterior.
Esta reducción de la producción se debió a las heladas de primavera y al verano caluroso y seco, a las heladas eólicas de abril, a las floraciones fallidas y a las fuertes lluvias de junio, así como a algunos episodios de odium y Peronospora.
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