25 DE marzo DE 2022
Redacción Qcom.es
El Lunes 14 de Marzo se inició el paro de la Plataforma del Transporte, conformada por autónomos. Como no entender sus reivindicaciones ante un entorno cada vez más difícil, en el que los autónomos nos enfrentamos a subidas de costes generalizadas sin poder subir el precio para compensarlas, y con cada vez mayores exigencias administrativas e impedimentos para vivir de nuestro trabajo. Eso es lo único que queremos, vivir dignamente de nuestro trabajo.
Lo mismo ocurre con nuestros compañeros de la flota de bajura, que amarraron los días 21,22 y 23 de Marzo, por los costes del gasóleo.
Pero es importante recordar que estas subidas afectan a todos los sectores económicos. Los minoristas están pagando un 50% más por el combustible para sus furgonetas profesionales y lo mismo con la factura de la luz, que se ha disparado y no podemos apagar nuestras cámaras y equipos de frío. Nosotros pagamos los impuestos especiales de los hidrocarburos y no recibimos ayuda alguna para compensar estos incrementos de costes.
Aun así, hemos seguido al pie del cañón, con muchas dificultades, derivadas del paro del transporte, del amarre de parte de la flota y de unos medios de comunicación dedicados a alarmar, en lugar de informar. El consumidor pensaba que no había pescado fresco, cuando las pescaderías de casi toda España, salvo lugares como La Coruña, han tenido suficiente producto para ofrecer, faltando algunas especies de nuestras costas, fundamentalmente pescados azules y menudo.
Precios altos cuando compramos, y ventas flojas por esta tormenta perfecta. Mala rentabilidad a pesar del esfuerzo realizado para conseguir productos, como siempre hacemos, escoltándonos a nosotros mismos, esquivando piquetes en algunas ciudades y pueblos de España y con el estómago encogido de no saber qué te vas a encontrar en la noche cuando te desplazas a abastecerte.
Los comercios de barrio son los que han luchado para que los productos lleguen a los consumidores, otra vez. Los grandes han salido escoltados, pero a los pequeños, una vez más, nadie les ha ayudado y nadie les va a compensar por estas dos semanas de locos y de gran incertidumbre, ni a compensar la desorbitada subida de los precios en sus costes.
Respeto a las justas reivindicaciones, pero sin boicotear el medio de vida de otros muchos pequeños autónomos, también agotados y hastiados del abandono que sufren por parte de la administración pública.
Tal vez, lo que está pendiente es un paro de todos los autónomos de España para demostrar lo que ya sabemos y saben, que somos esenciales.
Y dicho esto, destacar que desde Fedepesca y Adepesca nos hemos coordinado con todas las asociaciones miembro y de otros sectores de la cadena, enviado notas de prensa a diario explicando que sí había pescado, informado en las redes sociales, atendido a decenas de medios de comunicación y defendido el buen hacer de nuestro sector, del que no podemos estar más orgullosos.
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